Revised Common Lectionary (Complementary)
Canción de las gradas.
1 A ti alcé mis ojos, a ti que habitas en los cielos.
2 He aquí como los ojos de los esclavos miran a la mano de sus señores, y como los ojos de la esclava a la mano de su señora; así nuestros ojos esperan al SEÑOR nuestro Dios, hasta que tenga misericordia de nosotros.
3 Ten misericordia de nosotros, oh SEÑOR, ten misericordia de nosotros; porque estamos muy hastiados de menosprecio.
4 Muy hastiada está nuestra alma del escarnio de los que están en holgura; del menosprecio de los soberbios.
25 Y respondió Bildad suhita, y dijo:
2 El señorío y el temor están con Dios; El hace paz en sus alturas.
3 ¿Por ventura sus ejércitos tienen número? ¿Y sobre quién no está su luz?
4 ¶ ¿Cómo pues se justificará el hombre con Dios? ¿Y cómo será limpio el que nace de mujer?
5 He aquí que ni aun la misma luna será resplandeciente, ni las estrellas son limpias delante de sus ojos.
6 ¿Cuánto menos el hombre que es un gusano, y el hijo de hombre, también gusano?
26 Y respondió Job, y dijo:
2 ¿En qué ayudaste al que no tiene fuerza? ¿Has salvado con tu brazo al que no tiene fortaleza?
3 ¿En qué aconsejaste al que no tiene ciencia, y mostraste bien cómo son las cosas?
4 ¿A quién has anunciado palabras, y de quién es el espíritu que de ti sale?
5 Cosas muertas son formadas debajo de las aguas, y de sus moradas.
6 El Seol es descubierto delante de él, y el infierno no tiene cobertura.
7 Extiende el aquilón sobre vacío, cuelga la tierra sobre nada.
8 Ata las aguas en sus nubes, y las nubes no se rompen debajo de ellas.
9 El aprieta la faz de su trono, y extiende sobre él su nube.
10 El cercó con término la superficie de las aguas, hasta que se acabe la luz y las tinieblas.
11 Las columnas del cielo tiemblan, y se espantan de su reprensión.
12 El rompe el mar con su potencia, y con su inteligencia hiere la hinchazón suya.
13 Su espíritu adornó los cielos; su mano creó la serpiente huidora.
14 He aquí, éstas son partes de sus caminos; ¡y cuán poco es lo que hemos oído de él! Porque el estruendo de sus fortalezas, ¿quién lo entenderá?
19 Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada de sí mismo, sino lo que viere hacer al Padre; porque todo lo que él hace, esto también hace el Hijo juntamente.
20 Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que éstas le mostrará; que vosotros os maravillaréis.
21 Porque como el Padre levanta los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida.
22 Porque el Padre a nadie juzga, mas todo el juicio dio al Hijo;
23 para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.
24 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a juicio, mas pasó de muerte a vida.
25 De cierto, de cierto os digo: Vendrá hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que oyeren vivirán.
26 Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así dio también al Hijo que tuviera vida en sí mismo;
27 y también le dio potestad de hacer juicio, por cuanto es Hijo de hombre.
28 No os maravilléis de esto; porque vendrá hora, cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz;
29 y los que hicieron bienes, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron males, a resurrección de juicio.
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