Revised Common Lectionary (Complementary)
Dios es bondadoso
SALMO 138 (138)
Himno de David.
138 Dios mío,
¡quiero alabarte de todo corazón!
¡Quiero cantarte himnos
delante de los dioses!
2 Quiero ponerme de rodillas
y orar mirando hacia tu templo;
quiero alabarte
por tu constante amor.
Por sobre todas las cosas,
has mostrado tu grandeza,
has hecho honor a tu palabra.
3 Te llamé y me respondiste;
me diste nuevas fuerzas.
4-5 Dios mío,
¡grande es tu poder!
Te alabarán los reyes de este mundo
cuando escuchen tu palabra
y sepan todo lo que has hecho.
6 Dios mío,
tú estás en el cielo,
pero cuidas de la gente humilde;
en cambio, a los orgullosos
los mantienes alejados de ti.
7 Cuando me encuentro en problemas,
tú me das nuevas fuerzas.
Muestras tu gran poder
y me salvas de mis enemigos.
8 Dios mío,
tú cumplirás en mí
todo lo que has pensado hacer.
Tu amor por mí no cambia,
pues tú mismo me hiciste.
¡No me abandones!
Mardoqueo descubre un plan para matar al rey
19-20 Ester obedecía a Mardoqueo desde niña, y aún continuaba haciéndolo. Nadie sabía de qué familia ni de qué raza era ella, porque Mardoqueo le había ordenado no decirlo. Un día, mientras las jóvenes se reunían en la otra sección de la casa de las mujeres, Mardoqueo se sentó a la entrada del palacio real 21 y escuchó hablar a dos oficiales del rey que vigilaban la entrada del palacio. Eran Bigtán y Teres, que estaban muy enojados con el rey y hacían planes para matarlo. 22 Al oír esto, Mardoqueo fue a decírselo a la reina Ester, y ella se lo dijo al rey. 23 El rey mandó investigar el asunto, y cuando se comprobó que era cierto, ordenó que esos dos hombres fueran ahorcados. Todo esto fue anotado, en presencia del rey, en el libro de la historia del país.
Mardoqueo y Amán
3 Tiempo después, el rey Asuero nombró jefe de gobierno a Amán hijo de Hamedata, que era descendiente de Agag. 2 Además, el rey ordenó que todos sus sirvientes se arrodillaran e inclinaran su cabeza ante Amán, en señal de respeto.
Pero Mardoqueo ni se arrodillaba ni inclinaba su cabeza, 3 así que los sirvientes del palacio le preguntaron por qué no obedecía la orden del rey. 4 Varias veces le hicieron la misma pregunta, pero él no les hacía caso.
Después de unos días, los sirvientes se lo contaron a Amán. Querían ver si Mardoqueo se atrevería a decirle lo que ya les había dicho a ellos; es decir, que no obedecía esa orden porque era judío.
5 Cuando Amán se enteró de que Mardoqueo no se arrodillaba ni inclinaba su cabeza ante él, se enfureció. 6 Y al saber que Mardoqueo era judío, decidió castigarlo a él y destruir a todos los judíos que vivían en el reino de Asuero.
14-15 Estos seguidores de Jesús eran un grupo muy unido, y siempre oraban juntos. Con ellos se reunían los hermanos de Jesús y algunas mujeres, entre las que se encontraba María, la madre de Jesús. Todos los de este grupo eran como ciento veinte personas. Un día en que todos ellos estaban juntos, Pedro se levantó de pronto y les dijo:
16 «Queridos amigos, todos sabemos que a Jesús lo arrestaron porque Judas llevó a los enemigos de Jesús hasta donde él estaba. Eso ya lo había anunciado el Espíritu Santo por medio de David. Así lo dice la Biblia, y así sucedió.
17 »No hay que olvidar que Judas era uno de los nuestros, y que trabajaba con nosotros. 18 Cuando traicionó a Jesús, con el dinero que le dieron fue y compró un terreno. Pero luego se cayó de cabeza y se estrelló contra el suelo. 19 Todos en Jerusalén lo supieron y, desde entonces, ese lugar se conoce como “Campo de sangre”. 20 Ahora tiene que cumplirse lo que se dice en el libro de los Salmos:
“¡Que su casa se quede vacía!
¡Que nadie viva en ella!
¡Que otro haga su trabajo!”
Copyright © 2000 by United Bible Societies