Revised Common Lectionary (Complementary)
15 Y díjole Jehová: Ve, vuélvete por tu camino, por el desierto de Damasco: y llegarás, y ungirás á Hazael por rey de Siria;
16 Y á Jehú hijo de Nimsi, ungirás por rey sobre Israel; y á Eliseo hijo de Saphat, de Abel-mehula, ungirás para que sea profeta en lugar de ti.
19 Y partiéndose él de allí, halló á Eliseo hijo de Saphat, que araba con doce yuntas delante de sí; y él era uno de los doce gañanes. Y pasando Elías por delante de él, echó sobre él su manto.
20 Entonces dejando él los bueyes, vino corriendo en pos de Elías, y dijo: Ruégote que me dejes besar mi padre y mi madre, y luego te seguiré. Y él le dijo: Ve, vuelve: ¿qué te he hecho yo?
21 Y volvióse de en pos de él, y tomó un par de bueyes, y matólos, y con el arado de los bueyes coció la carne de ellos, y dióla al pueblo que comiesen. Después se levantó, y fué tras Elías, y servíale.
Michtham de David.
16 GUÁRDAME, oh Dios, porque en ti he confiado.
2 Dijiste, oh alma mía, á Jehová: Tú eres el Señor:
Mi bien á ti no aprovecha;
3 Sino á los santos que están en la tierra,
Y á los íntegros: toda mi afición en ellos.
4 Multiplicaránse los dolores de aquellos que sirven diligentes á otro dios:
No ofreceré yo sus libaciones de sangre,
Ni en mis labios tomaré sus nombres.
5 Jehová es la porción de mi parte y de mi copa;
Tú sustentarás mi suerte.
6 Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos,
Y es hermosa la heredad que me ha tocado.
7 Bendeciré á Jehová que me aconseja:
Aun en las noches me enseñan mis riñones.
8 A Jehová he puesto siempre delante de mí:
Porque está á mi diestra no seré conmovido.
9 Alegróse por tanto mi corazón, y se gozó mi gloria:
También mi carne reposará segura.
10 Porque no dejarás mi alma en el sepulcro;
Ni permitirás que tu santo vea corrupción.
11 Me mostrarás la senda de la vida:
Hartura de alegrías hay con tu rostro;
Deleites en tu diestra para siempre.
5 ESTAD, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no volváis otra vez á ser presos en el yugo de servidumbre.
13 Porque vosotros, hermanos, á libertad habéis sido llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión á la carne, sino servíos por amor los unos á los otros.
14 Porque toda la ley en aquesta sola palabra se cumple: Amarás á tu prójimo como á ti mismo.
15 Y si os mordéis y os coméis los unos á los otros, mirad que también no os consumáis los unos á los otros.
16 Digo pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis la concupiscencia de la carne.
17 Porque la carne codicia contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne: y estas cosas se oponen la una á la otra, para que no hagáis lo que quisieres.
18 Mas si sois guiados del Espíritu, no estáis bajo la ley.
19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, disolución,
20 Idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,
21 Envidias, homicidios, borracheras, banqueteos, y cosas semejantes á éstas: de las cuales os denuncio, como ya os he anunciado, que los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios.
22 Mas el fruto del Espíritu es: caridad, gozo, paz, tolerancia, benignidad, bondad, fe,
23 Mansedumbre, templanza: contra tales cosas no hay ley.
24 Porque los que son de Cristo, han crucificado la carne con los afectos y concupiscencias.
25 Si vivimos en el Espíritu, andemos también en el Espíritu.
51 Y aconteció que, como se cumplió el tiempo en que había de ser recibido arriba, él afirmó su rostro para ir á Jerusalem.
52 Y envió mensajeros delante de sí, los cuales fueron y entraron en una ciudad de los Samaritanos, para prevenirle.
53 Mas no le recibieron, porque era su traza de ir á Jerusalem.
54 Y viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, y los consuma, como hizo Elías?
55 Entonces volviéndose él, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois;
56 Porque el Hijo del hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron á otra aldea.
57 Y aconteció que yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré donde quiera que fueres.
58 Y le dijo Jesús: Las zorras tienen cuevas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del hombre no tiene donde recline la cabeza.
59 Y dijo á otro: Sígueme. Y él dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre á mi padre.
60 Y Jesús le dijo: Deja los muertos que entierren á sus muertos; y tú, ve, y anuncia el reino de Dios.
61 Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; mas déjame que me despida primero de los que están en mi casa.
62 Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano al arado mira atrás, es apto para el reino de Dios.
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