Revised Common Lectionary (Complementary)
El Señor es mi fuerza
1 Den gracias al SEÑOR, porque él es bueno;
su fiel amor es para siempre.
2 Que diga Israel:
«Su fiel amor es para siempre».
14 El SEÑOR es mi fuerza y mi canto de victoria.
Él es mi Salvador.
15 Se escuchan los cantos de victoria y alegría
en los hogares de los justos.
La mano del SEÑOR ejerce el poder.
16 El SEÑOR levanta su mano en señal de victoria;
la mano del SEÑOR ejerce el poder.
17 No moriré, pues viviré
para contar lo que ha hecho el SEÑOR.
18 El SEÑOR me castigó con dureza,
pero no me entregó a la muerte.
19 Ábranse, puertas justas,
y entraré a agradecer al SEÑOR.
20 Por ellas se entra a la presencia del SEÑOR,
por ellas entran los que son justos.
21 SEÑOR, te agradezco por responderme
y porque fuiste mi salvación.
22 La piedra que los constructores rechazaron
se convirtió en la piedra principal.
23 Esto es obra del SEÑOR,
y quedamos maravillados.
24 Este es el día en que el SEÑOR ha obrado;
¡Alegrémonos y seamos felices en él!
Llevan el cofre de Dios a Jerusalén
(1 Cr 13:5-14; 15:25-16:3, 34)
6 De nuevo, David reunió a 30 000 de los mejores soldados de Israel, 2 y partió con todos ellos a Balá de Judá[a] para llevar allá el cofre de Dios sobre el cual se invoca el nombre del SEÑOR Todopoderoso quien está sentado en su trono sobre los querubines. 3 Los hombres de David sacaron el cofre de la casa de Abinadab, que estaba situada en una colina. En una carreta nueva guiada por Uza y Ajío, hijos de Abinadab, 4 pusieron el Cofre Sagrado y Ajío iba delante del cofre.[b] 5 Mientras tanto David y todo el pueblo de Israel danzaban ante el SEÑOR al compás de instrumentos musicales. Cantaban[c] al son de liras, arpas, tambores, panderetas, címbalos.
6 Cuando llegaron al lugar donde se trilla el trigo, propiedad de Nacón, los bueyes tropezaron, haciendo caer el cofre de Dios, pero Uza alcanzó a sostenerlo antes de que se cayera. 7 Sin embargo, la ira del SEÑOR se volvió contra Uza y lo mató por atrevido.[d] Uza murió allí mismo junto al cofre. 8 David se enojó porque el SEÑOR había atacado a Uza con tanta violencia, así que llamó a aquel lugar «Peres Uza»[e], y hasta el día de hoy ese es su nombre. 9 Ese día David sintió miedo del SEÑOR y pensó: «Es mejor que no me lleve el cofre del SEÑOR». 10 Así que no llevó el cofre del SEÑOR a la Ciudad de David, sino que lo llevó a la casa de Obed Edom de Gat[f]. 11 Allí permaneció el cofre del SEÑOR durante tres meses, y el SEÑOR bendijo a Obed Edom y a toda su familia.
12 Después, el pueblo le dijo a David:
—El SEÑOR ha bendecido a Obed Edom y a toda su familia porque el cofre está en su casa.
David se dijo a sí mismo:
—Voy a hacer volver la bendición a mi familia.[g]
Así que David fue con mucha alegría y emoción, y llevó el cofre de la casa de Obed Edom a la ciudad de David. 13 Apenas habían avanzado seis pasos los hombres que llevaban el cofre del SEÑOR, cuando David sacrificó un toro y un ternero engordado. 14 Vestido con un efod de lino, David empezó a danzar con toda energía[h] ante el SEÑOR. 15 David y el pueblo israelita llenos de alegría gritaban y tocaban la trompeta mientras llevaban el cofre del SEÑOR a la ciudad.
La noticia de la resurrección
(Mt 28:1-10; Mr 16:1-8; Jn 20:1-10)
24 Muy temprano el domingo en la mañana, las mujeres fueron al sepulcro. Llevaban las especias aromáticas que habían preparado. 2 Encontraron que había sido quitada la piedra que tapaba la entrada del sepulcro. 3 Entraron, pero no encontraron el cuerpo del Señor Jesús. 4 Las mujeres no entendían lo que estaba pasando, cuando de repente dos hombres vestidos con ropa muy brillante se aparecieron de pie, junto a ellas. 5 Las mujeres tenían mucho miedo y se postraron rostro en tierra. Los hombres les dijeron:
—¿Por qué están buscando entre los muertos al que está vivo? 6 Jesús no está aquí. Ha resucitado. ¿No recuerdan lo que les dijo en Galilea? 7 Les dijo que el Hijo del hombre debía ser entregado en manos de pecadores, ser crucificado y resucitar al tercer día.
8 Entonces las mujeres recordaron las palabras de Jesús. 9 Se fueron del sepulcro y les contaron todo a los once apóstoles y a los otros seguidores. 10 Estas mujeres eran María Magdalena, Juana, María la mamá de Santiago, y otras más. Cuando les contaron a los apóstoles lo que había pasado, 11 no les creyeron porque les pareció que era un disparate. 12 Sin embargo, Pedro se levantó y corrió hacia el sepulcro. Se agachó para ver adentro, pero sólo vio la tela con la que habían envuelto el cuerpo. Luego se fue preguntándose qué había pasado.[a]
© 2005, 2008, 2012, 2015 Centro Mundial de Traducción de La Biblia © 2005, 2008, 2012, 2015 Bible League International