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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Salmos 118:1-2

La misericordia eterna del SEÑOR

118 ¡Alaben al SEÑOR porque es bueno;

porque para siempre es su
misericordia!
Diga, por favor, Israel:
“¡Para siempre es su misericordia!”.

Salmos 118:14-24

14 El SEÑOR[a] es mi fortaleza
y mi canción;
él es mi salvación.
15 ¡Voz de júbilo y de salvación hay en las moradas de los justos!
¡La diestra del SEÑOR hace proezas!
16 ¡La diestra del SEÑOR está
levantada, en alto!
¡La diestra del SEÑOR hace proezas!
17 No moriré, sino que viviré
y contaré las obras del SEÑOR[b].
18 Duramente me castigó el SEÑOR[c] pero no me entregó a la muerte.
19 ¡Ábranme las puertas de la justicia! Entraré por ellas y daré gracias
al SEÑOR[d].
20 Esta es la puerta del SEÑOR; por ella entrarán los justos.
21 Te daré gracias
porque me has respondido
y has sido mi salvación.
22 La piedra que desecharon los edificadores
ha venido a ser la principal del ángulo.
23 De parte del SEÑOR es esto;
es una maravilla a nuestros ojos.
24 Este es el día que hizo el SEÑOR; nos gozaremos y nos alegraremos
en él.

Jueces 4:17-23

La muerte de Sísara

17 Sísara huyó a pie a la tienda de Jael, mujer de Heber el queneo, porque había paz entre Jabín, rey de Hazor, y la casa de Heber el queneo. 18 Jael salió para recibir a Sísara y le dijo:

—¡Ven, señor mío! Ven a mí; no tengas temor.

Él entró en la tienda con ella, y ella lo cubrió con una manta. 19 Y él le dijo:

—Por favor, dame un poco de agua, porque tengo sed.

Ella abrió un odre de leche y le dio de beber, y lo volvió a cubrir. 20 Entonces él le dijo:

—Quédate a la entrada de la tienda, y si alguien viene y te pregunta diciendo: “¿Hay alguno aquí?”, responderás que no.

21 Pero Jael, mujer de Heber, tomó una estaca de la tienda, y tomando un mazo en su mano fue a él silenciosamente y le metió la estaca por las sienes, clavándola en la tierra, mientras él estaba profundamente dormido y agotado. Así murió.

22 Y he aquí que cuando Barac venía persiguiendo a Sísara, Jael salió a su encuentro y le dijo:

—Ven, y te mostraré al hombre que buscas.

Él entró con ella, y he aquí que Sísara yacía muerto con la estaca clavada en su sien. 23 Así sometió Dios aquel día a Jabín, rey de Canaán, ante los hijos de Israel.

Jueces 5:24-31

24 “¡Bendita entre las mujeres sea Jael,

mujer de Heber el queneo.
Sea bendita entre las mujeres que habitan en tiendas.

25 Él pidió agua, y ella le dio leche;

en taza de nobles le sirvió nata.

26 Con su mano tomó la estaca,

y con su derecha el mazo de obrero.
Golpeó a Sísara, machacó su cabeza, perforó y atravesó su sien.

27 A los pies de ella se encorvó y cayó;

quedó tendido.
A los pies de ella se encorvó y cayó.
Donde se encorvó, allí cayó extenuado.

28 “La madre de Sísara se asoma

a la ventana,
y mirando por la celosía dice a gritos: ‘¿Por qué tarda su carro en venir?
¿Por qué se detienen las ruedas
de sus carros?’.

29 Las más sabias de sus damas

le responden,
y ella se repite a sí misma las palabras:

30 ‘¿No habrán capturado botín?

¿No lo estarán repartiendo?
Para cada hombre una joven o dos;
un botín de ropas de colores para Sísara; un botín de bordados de colores,
bordados por ambos lados,
para mi cuello… ¡Qué botín!’.

31 “¡Perezcan así todos tus enemigos,

oh SEÑOR!
Pero los que te aman sean como el sol cuando se levanta en su poderío”.

Y la tierra reposó durante cuarenta años.

Apocalipsis 12:1-12

La mujer y el dragón

12 Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol y con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Y estando encinta, gritaba con dolores de parto y sufría angustia por dar a luz. Y apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón rojo que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas tenía siete diademas. Su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó sobre la tierra. El dragón se puso de pie delante de la mujer que estaba por dar a luz, a fin de devorar a su hijo en cuanto le hubiera dado a luz. Ella dio a luz un hijo varón que ha de guiar todas las naciones con cetro de hierro. Y su hijo fue arrebatado ante Dios y su trono. Y la mujer huyó al desierto, donde tenía un lugar que Dios había preparado, para ser alimentada allí durante mil doscientos sesenta días.

Estalló entonces una guerra en el cielo: Miguel[a] y sus ángeles pelearon contra el dragón. Y el dragón y sus ángeles pelearon, pero no prevalecieron, ni fue hallado más el lugar de ellos en el cielo. Y fue arrojado el gran dragón, la serpiente antigua[b] que se llama diablo y Satanás, el cual engaña a todo el mundo. Fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados junto con él.

10 Oí una gran voz en el cielo que decía: “¡Ahora ha llegado la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo! Porque ha sido arrojado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba día y noche delante de nuestro Dios. 11 Y ellos lo han vencido por causa de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, porque no amaron sus vidas hasta la muerte. 12 Por esto, alégrense, oh cielos, y los que habitan en ellos. ¡Ay de la tierra y del mar! Porque el diablo ha descendido a ustedes y tiene grande ira, sabiendo que le queda poco tiempo”.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

Version Reina Valera Actualizada, Copyright © 2015 by Editorial Mundo Hispano