Revised Common Lectionary (Complementary)
16 Así ha dicho el SEÑOR —el que abre camino en el mar, y senda en las aguas impetuosas; 17 el que saca al carro y al caballo y al ejército junto con su poderío, y yacen para no levantarse jamás; son extinguidos y apagados como una mecha—: 18 “No se acuerden de las cosas pasadas ni consideren las cosas antiguas. 19 He aquí que yo hago una cosa nueva; pronto surgirá. ¿No la conocerán? Otra vez les haré un camino en el desierto, y ríos en el sequedal. 20 Los animales del campo me honrarán; también los chacales y los avestruces. Porque daré aguas en el desierto y ríos en el sequedal para dar de beber a mi pueblo escogido. 21 Este es el pueblo que yo he formado para mí; ellos proclamarán mi alabanza.
El retorno a Sion
126 Canto de ascenso gradual[a].
Cuando el SEÑOR restauró
de la cautividad a Sion
nos parecía que soñábamos.
2 Entonces nuestra boca se llenó de risa;
y nuestra lengua, de cantos de alegría. Entonces decían entre las naciones: “Grandes cosas ha hecho el SEÑOR con estos”.
3 ¡Grandes cosas ha hecho el SEÑOR con nosotros!
Estamos alegres.
4 Restáuranos, oh SEÑOR, de la cautividad como los arroyos en el Néguev.
5 Los que siembran con lágrimas, con regocijo segarán.
6 El que va llorando,
llevando la bolsa de semilla,
volverá con regocijo
trayendo sus gavillas.
4 Aunque yo tengo de qué confiar también en la carne. Si alguno cree tener de qué confiar en la carne, yo más: 5 circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; 6 en cuanto al celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia de la ley, irreprensible.
7 Pero las cosas que para mí eran ganancia las he considerado pérdida a causa de Cristo. 8 Y aún más: Considero como pérdida todas las cosas, en comparación con lo incomparable que es conocer a Cristo Jesús mi Señor. Por su causa lo he perdido todo y lo tengo por basura a fin de ganar a Cristo 9 y ser hallado en él; sin pretender una justicia mía, derivada de la ley, sino la que es por la fe en Cristo; la justicia que proviene de Dios por la fe. 10 Anhelo conocerlo a él y el poder de su resurrección, y participar en sus padecimientos, para ser semejante a él en su muerte; 11 y de alguna manera, me encontraré en la resurrección de los muertos.
12 No quiero decir que ya lo haya alcanzado ni que haya llegado a la perfección, sino que prosigo a ver si alcanzo aquello para lo cual también fui alcanzado por Cristo Jesús. 13 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado. Pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está por delante, 14 prosigo a la meta hacia el premio del supremo llamamiento[a] de Dios en Cristo Jesús.
Jesús es ungido en Betania
12 Seis días antes de la Pascua llegó Jesús a Betania donde estaba Lázaro, a quien Jesús resucitó de entre los muertos. 2 Le hicieron allí una cena. Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con él.
3 Entonces María, habiendo traído como medio litro de perfume de nardo puro de mucho valor, ungió los pies de Jesús y los limpió con sus cabellos. Y la casa se llenó con el olor del perfume. 4 Pero uno de sus discípulos, Judas Iscariote[a], el que estaba por entregarle, dijo:
5 —¿Por qué no fue vendido este perfume por casi un año de salario y dado a los pobres?
6 Pero dijo esto, no porque le importaban los pobres sino porque era ladrón y, teniendo la bolsa a su cargo, sustraía de lo que se echaba en ella. 7 Entonces Jesús dijo:
—Déjala. Para el día de mi sepultura ha guardado esto. 8 Porque a los pobres siempre los tienen con ustedes, pero a mí no siempre me tienen.
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