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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Génesis 15:1-12

Pacto del SEÑOR con Abram

15 Después de estas cosas vino la palabra del SEÑOR a Abram en visión, diciendo:

—No temas, Abram. Yo soy tu escudo, y tu galardón será muy grande.

Abram respondió:

—Oh SEÑOR Dios[a], ¿qué me has de dar? Pues continúo sin hijos, y el heredero de mi casa será Eliezer, de Damasco. —Añadió Abram—: A mí no me has dado descendencia, y he aquí me heredará un criado nacido en mi casa.

Y he aquí que la palabra del SEÑOR vino a él diciendo:

—No será este el que te herede, sino que alguien que salga de tus entrañas será el que te herede.

Entonces lo llevó fuera y le dijo:

—Mira, por favor, al cielo y cuenta las estrellas, si acaso las puedes contar. —Y añadió—: Así será tu descendencia.

Él creyó al SEÑOR, y le fue contado por justicia. Entonces le dijo:

—Yo soy el SEÑOR, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte esta tierra como posesión.

Él respondió:

—Oh SEÑOR Dios[b], ¿cómo sabré que yo la he de poseer?

Le respondió:

—Tráeme una vaquilla de tres años, una cabra de tres años, un carnero de tres años, una tórtola y un pichón.

10 Él tomó todos estos animales, los partió por la mitad y puso cada mitad una frente a otra. Pero no partió las aves. 11 Entonces descendieron unos buitres sobre los cuerpos muertos, y Abram los ahuyentaba. 12 Pero cuando el sol estaba por ponerse, cayó sobre Abram un sueño profundo, y he aquí que se apoderó de él el terror de una gran oscuridad.

Génesis 15:17-18

17 Y sucedió una vez que el sol se puso y hubo oscuridad que he aquí, apareció un horno humeante, y una antorcha de fuego pasó por en medio de los animales divididos.

18 Aquel día el SEÑOR hizo un pacto con Abram diciendo:

—A tus descendientes daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el gran río, el río Éufrates;

Salmos 27

La confianza del que busca al SEÑOR

27 Salmo de David.

El SEÑOR es mi luz y mi salvación;
¿de quién temeré?
El SEÑOR es la fortaleza de mi vida; ¿de quién me he de atemorizar?
Cuando se acercaron a mí
los malhechores,
mis adversarios y mis enemigos para devorar mis carnes,
tropezaron y cayeron.
Aunque acampe un ejército contra mí,
mi corazón no temerá.
Aunque contra mí se levante guerra, aun así estaré confiado.
Una cosa he pedido al SEÑOR; esta buscaré:
que more yo en la casa del SEÑOR todos los días de mi vida,
para contemplar la hermosura del SEÑOR
y para inquirir en su templo.
Porque en su enramada me esconderá en el día del mal;
me ocultará en lo reservado de
su tabernáculo;
me pondrá en alto sobre una roca.
Ahora levantará mi cabeza
sobre mis enemigos que me rodean,
y en su tabernáculo ofreceré
sacrificios de júbilo.
Cantaré y entonaré salmos al SEÑOR.
Escucha, oh SEÑOR,
mi voz con que clamo a ti.
Ten misericordia de mí y respóndeme.
Mi corazón ha dicho:
“Busquen su[a] rostro”.
¡Tu rostro buscaré, oh SEÑOR!
No escondas de mí tu rostro;
no apartes con ira a tu siervo. Tú has sido mi ayuda;
no me dejes ni me desampares,
oh Dios de mi salvación.
10 Aunque mi padre y mi madre me dejen,
con todo, el SEÑOR me recogerá.
11 Enséñame, oh SEÑOR, tu camino; guíame por sendas de rectitud
a causa de los que me son contrarios.
12 No me entregues a la voluntad de mis adversarios,
porque contra mí se han levantado testigos falsos que respiran violencia.
13 ¡Oh, si yo no creyese que he de ver
la bondad del SEÑOR
en la tierra de los vivientes!
14 Espera en el SEÑOR.
Esfuérzate y aliéntese tu corazón. ¡Sí, espera en el SEÑOR!

Filipenses 3:17-4:1

17 Hermanos, sean imitadores de mí y presten atención a los que así se conducen, según el ejemplo que tienen en nosotros. 18 Porque muchos andan por ahí, de quienes les hablaba muchas veces, y ahora hasta lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo. 19 El fin de ellos será la perdición, su dios es su estómago, su gloria se halla en su vergüenza, y piensan solamente en lo terrenal. 20 Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos ardientemente al Salvador, el Señor Jesucristo. 21 Él transformará nuestro cuerpo de humillación para que tenga la misma forma de su cuerpo de gloria, según la operación de su poder, para sujetar también a sí mismo todas las cosas.

Así que, hermanos míos, amados y queridos, gozo y corona mía, estén firmes en el Señor, amados.

Lucas 13:31-35

Lamento de Jesús sobre Jerusalén

31 En la misma hora llegaron ciertos fariseos y le dijeron:

—Sal y vete de aquí, porque Herodes te quiere matar.

32 Él les dijo:

—Vayan y díganle a ese zorro: “He aquí echo fuera demonios y realizo sanidades hoy y mañana, y al tercer día termino”. 33 Sin embargo, es necesario que yo siga mi camino hoy, mañana y pasado mañana porque no es posible que un profeta muera fuera de Jerusalén.

34 »¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, así como la gallina junta sus pollitos debajo de sus alas, y no quisiste! 35 He aquí la casa de ustedes es dejada desierta. Les digo que no me verán más hasta que venga el día cuando digan: “¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!”[a].

Lucas 9:28-36

La transfiguración

28 Aconteció, como ocho días después de estas palabras, que tomó consigo a Pedro, a Juan y a Jacobo, y subió al monte a orar. 29 Y mientras oraba, la apariencia de su rostro se hizo otra y sus vestiduras se hicieron blancas y resplandecientes. 30 Y he aquí, dos hombres hablaban con él. Eran Moisés y Elías, 31 quienes aparecieron en gloria y hablaban de su partida que él iba a cumplir en Jerusalén. 32 Pedro y los otros con él estaban cargados de sueño; pero se mantuvieron vigilando y vieron su gloria y a dos hombres que estaban con él. 33 Aconteció que, mientras aquellos se apartaban de él, Pedro dijo a Jesús, sin saber lo que decía:

—Maestro, nos es bueno estar aquí. Levantemos, pues, tres enramadas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.

34 Mientras él estaba diciendo esto, vino una nube y les hizo sombra. Y ellos tuvieron temor cuando entraron en la nube. 35 Entonces de la nube salió una voz que decía: “Este es mi Hijo, el Escogido[a]. A él oigan”.

36 Cuando cesó la voz, Jesús fue hallado solo. Y ellos callaron, y en aquellos días no dijeron a nadie nada de lo que habían visto.

Lucas 9:37-43

Jesús sana a un muchacho

37 Aconteció al día siguiente, cuando habían bajado del monte, que una gran multitud le salió al encuentro. 38 Y he aquí, un hombre de la multitud clamó diciendo:

—Maestro, te ruego que veas a mi hijo, que es el único que tengo. 39 He aquí un espíritu lo toma, y de repente grita y lo convulsiona con espumarajos; lo hace pedazos y difícilmente se aparta de él. 40 Yo rogué a tus discípulos que lo echaran fuera pero no pudieron.

41 Respondiendo Jesús, dijo:

—¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con ustedes y los soportaré? Trae a tu hijo acá.

42 Y mientras aún se acercaba, el demonio lo derribó y lo convulsionó. Pero Jesús reprendió al espíritu inmundo y sanó al muchacho, y se lo entregó a su padre. 43 Y todos se maravillaban de la grandeza de Dios.

Jesús anuncia su humillación

Como todos se maravillaban de todas las cosas que hacía, dijo a sus discípulos:

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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