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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Salmos 38

Plegaria en el sufrimiento

38 Salmo de David. Para conmemorar.

Oh SEÑOR, no me reprendas
en tu furor
ni me castigues en tu ira.
Porque tus flechas han penetrado
en mí,
y sobre mí ha descendido tu mano.
No hay parte sana en mi cuerpo
a causa de tu ira;
no hay paz en mis huesos a causa
de mi pecado.
Porque mis iniquidades han
sobrepasado mi cabeza;
como carga pesada me agobian.
Hieden y supuran mis heridas
a causa de mi locura.
Estoy encorvado y abatido en gran manera;
ando enlutado todo el día.
Porque mis espaldas están inflamadas,
y no hay parte sana en mi cuerpo.
Estoy debilitado y totalmente molido; gimo a causa de la conmoción de
mi corazón.
Oh Señor, delante de ti están todos mis deseos,
y mi gemido no te es oculto.
10 Mi corazón palpita fuertemente,
y mi vigor me ha abandonado. Aun la luz de mis ojos ya no está conmigo.
11 Mis amigos y compañeros se han apartado de mi plaga;
mis parientes se han mantenido alejados.
12 Los que buscaban mi vida
armaron trampas,
y los que procuraban mi mal profirieron amenazas.
Maquinaban fraudes todo el día.
13 Pero yo, como si fuera sordo,
no escuchaba,
y era como un mudo que no abre
la boca.
14 Actué como un hombre que no oye,
y en cuya boca no hay amonestación.
15 Pues en ti, oh SEÑOR, he esperado;
tú responderás, oh SEÑOR, Dios mío.
16 Porque dije:
“No sea que se alegren de mí
y, cuando resbale mi pie, se
enaltezcan sobre mí”.
17 Porque yo estoy a punto de caer,
y mi dolor está delante de mí continuamente.
18 Por eso confesaré mi iniquidad; me acongojaré por mi pecado.
19 Porque mis enemigos están vivos
y fuertes;
se han aumentado los que me aborrecen sin motivo.
20 Los que pagan mal por bien
me son hostiles
por seguir yo lo bueno.
21 No me desampares, oh SEÑOR. Dios mío, no te alejes de mí;
22 apresúrate a socorrerme,
oh Señor, salvación mía.

1 Samuel 24

David perdona la vida a Saúl

24 Sucedió que cuando Saúl volvió de atacar a los filisteos, le avisaron diciendo: “He aquí que David está en el desierto de En-guedi”. Entonces Saúl tomó a tres mil hombres escogidos de todo Israel y fue en busca de David y de sus hombres, por las cumbres de los peñascos de las cabras monteses.

En el camino, Saúl llegó a un redil de ovejas donde había una cueva, y entró allí para hacer sus necesidades. David y sus hombres estaban sentados en la parte más recóndita de la cueva. Y sus hombres dijeron a David:

—Este es el día del cual te dijo el SEÑOR: “He aquí, yo entregaré a tu enemigo en tu mano, y harás con él lo que te parezca bien”.

Entonces David se levantó y cortó el borde del manto de Saúl, sin ser notado. Sucedió después de esto que el corazón de David le golpeaba, por haber cortado el borde del manto de Saúl. Y David[a] dijo a sus hombres:

—El SEÑOR me libre de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido del SEÑOR: que yo extienda mi mano contra él, porque él es el ungido del SEÑOR.

Entonces David reprimió a sus hombres con palabras y no les permitió que atacaran a Saúl. Luego Saúl salió de la cueva y continuó su camino. Después David se levantó, salió de la cueva y gritó detrás de Saúl diciendo:

—¡Mi señor el rey!

Cuando Saúl miró atrás, David inclinó su rostro a tierra y se postró. Entonces David preguntó a Saúl:

—¿Por qué escuchas las palabras de los hombres que dicen: “He aquí que David busca tu mal”? 10 He aquí, tus ojos han visto en este día cómo el SEÑOR te ha puesto hoy en mi mano en la cueva. Me dijeron[b] que te matara, pero yo tuve[c] compasión de ti y dije: “No extenderé mi mano contra mi señor, porque él es el ungido del SEÑOR”. 11 ¡Mira, padre mío! Mira el borde de tu manto en mi mano. Yo corté el borde de tu manto, pero no te maté. Mira, pues, y reconoce que no hay maldad ni rebelión en mí. Yo no he pecado contra ti, pero tú andas a la caza de mi vida, para quitármela. 12 Que el SEÑOR juzgue entre tú y yo, y que el SEÑOR me vengue de ti; pero mi mano no será contra ti. 13 Como dice el proverbio de los antiguos: “De los impíos saldrá la impiedad”. Pero mi mano no será contra ti. 14 ¿Tras quién ha salido el rey de Israel? ¿A quién persigues? ¿A un perro muerto? ¿A una pulga? 15 Que el SEÑOR sea el juez y juzgue entre tú y yo. Que él vea y contienda por mi causa, y me defienda de tu mano.

16 Y sucedió que cuando David acabó de decir a Saúl estas palabras, Saúl preguntó:

—¿No es esa tu voz, David, hijo mío?

Entonces Saúl alzó su voz y lloró. 17 Luego dijo a David:

—Tú eres más justo que yo, porque tú me has tratado bien, cuando yo te he tratado mal. 18 Tú has demostrado hoy que me has hecho bien, porque el SEÑOR me entregó en tu mano, y tú no me mataste. 19 Cuando un hombre halla a su enemigo, ¿lo deja ir sano y salvo? ¡El SEÑOR te recompense con bien por lo que has hecho conmigo este día! 20 Ahora, he aquí yo sé que tú ciertamente has de reinar y que el reino de Israel ha de ser estable en tu mano. 21 Ahora pues, júrame por el SEÑOR que no eliminarás a mis descendientes después de mí ni borrarás mi nombre de mi casa paterna.

22 David se lo juró a Saúl, y Saúl regresó a su casa. Entonces David y sus hombres subieron a la fortaleza.

1 Corintios 11:17-22

Abusos en la Cena del Señor

17 Pero al encargarles lo siguiente no los alabo; pues no se reúnen para lo mejor, sino para lo peor. 18 Primeramente, porque cuando se reúnen como iglesia, oigo que hay entre ustedes disensiones, y en parte lo creo; 19 porque es preciso que haya entre ustedes hasta partidismos, para que se manifiesten entre ustedes los que son aprobados.

20 Porque cuando se reúnen en uno, eso no es para comer la Cena del Señor, 21 pues cada cual se adelanta a comer su propia cena; y mientras uno tiene hambre, otro se halla embriagado. 22 ¿Acaso no tienen casas en donde comer y beber? ¿O menosprecian la iglesia de Dios y avergüenzan a los que no tienen? ¿Qué les diré? ¿Los alabaré? ¡En esto no los alabo!

1 Corintios 11:27-33

Tomando la Cena de manera digna

27 De modo que cualquiera que coma este pan y beba esta copa del Señor de manera indigna, será culpable del cuerpo y de la sangre del Señor. 28 Por tanto, examínese cada uno a sí mismo, y coma así del pan y beba de la copa. 29 Porque el que come y bebe, no discerniendo el cuerpo, juicio come y bebe para sí. 30 Por eso hay entre ustedes muchos enfermos y debilitados, y muchos duermen. 31 Pero si nos examináramos bien a nosotros mismos, no se nos juzgaría. 32 Pero siendo juzgados, somos disciplinados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo.

33 Así que, hermanos míos, cuando se reúnan para comer, espérense unos a otros.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

Version Reina Valera Actualizada, Copyright © 2015 by Editorial Mundo Hispano