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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Salmos 120

Protección contra la lengua engañosa

120 Canto de ascenso gradual[a].

Al SEÑOR llamé estando en
mi angustia
y él me respondió.
Libra mi alma, oh SEÑOR,
de los labios mentirosos
y de la lengua fraudulenta.
¿Qué se te dará, o qué te aprovechará,
oh lengua engañosa?
¡Afiladas flechas de guerrero
con brasas de retama!
¡Ay de mí, que soy peregrino en Mesec, y habito en las tiendas de Quedar!
Mucho tiempo ha habitado sola mi alma con los que aborrecen la paz.
Yo soy pacífico; pero cuando hablo ellos me hacen la guerra.

2 Reyes 24:18-25:21

Sedequías y la caída de Jerusalén

18 Sedequías tenía veintiún años cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén. El nombre de su madre era Hamutal hija de Jeremías, de Libna.

19 Él hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, conforme a todo lo que había hecho Joacim. 20 Ciertamente el furor del SEÑOR estaba contra Jerusalén y Judá, hasta que los echó de su presencia.

Entonces Sedequías se rebeló contra el rey de Babilonia.

25 Y aconteció el diez del mes décimoa del noveno año de su reinado que Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino con todo su ejército contra Jerusalén. Luego acamparon contra ella y construyeron muros de asedio contra ella en derredor.

La ciudad estuvo sitiada hasta el año once del rey Sedequías. En el noveno día del mes cuarto[a] prevaleció el hambre en la ciudad, y no había alimentos para el pueblo de la tierra.

Entonces se abrió una brecha en la ciudad, y huyeron de noche el rey[b] y todos los hombres de guerra por el camino de la puerta que estaba entre los dos muros, junto al jardín del rey, mientras los caldeos estaban junto y alrededor de la ciudad. Se dirigieron[c] hacia el Arabá, pero el ejército de los caldeos persiguió al rey y lo alcanzó en las llanuras de Jericó; y todo su ejército fue dispersado de su lado.

Entonces prendieron al rey y lo llevaron ante el rey de Babilonia, en Ribla, y este pronunció[d] sentencia contra aquel. Degollaron a los hijos de Sedequías en su presencia. Y a Sedequías le sacó los ojos, lo aprisionó con cadenas de bronce y lo hizo llevar a Babilonia.

El séptimo[e] día del mes quinto[f] del año diecinueve de Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino a Jerusalén Nabuzaradán, capitán de la guardia, servidor del rey de Babilonia. Incendió la casa del SEÑOR, la casa del rey y todas las casas de Jerusalén; incendió todo edificio grande. 10 Todo el ejército de los caldeos que estaba con el capitán de la guardia demolió los muros alrededor de Jerusalén.

11 Nabuzaradán, capitán de la guardia, hizo llevar cautivo al resto del pueblo que había quedado en la ciudad, a los desertores que se habían pasado al rey de Babilonia y al resto de la gente. 12 Sin embargo, el capitán de la guardia hizo quedar una parte de la gente más pobre de la tierra, como viñadores y labradores.

13 Los caldeos destrozaron las columnas de bronce que estaban en la casa del SEÑOR, así como las bases de las pilas móviles y la fuente de bronce que estaban en la casa del SEÑOR; y se llevaron el bronce a Babilonia. 14 También se llevaron las ollas, las palas, las despabiladeras, los cucharones y todos los utensilios de bronce con que servían. 15 El capitán de la guardia se llevó también los incensarios y los tazones para la aspersión, tanto los de oro como los de plata.

16 En cuanto a las dos columnas, la fuente y las bases de las pilas móviles que Salomón había hecho para la casa del SEÑOR, no hubo manera de pesar el bronce de todos estos objetos. 17 La altura de cada columna era de ocho metros. Encima tenían un capitel de bronce de un metro y medio de alto y alrededor, sobre el capitel, había una red y granadas, todo de bronce. La segunda columna tenía una labor igual, con la red.

18 El capitán de la guardia tomó también a Seraías, el sacerdote principal; a Sofonías, el segundo sacerdote; y a tres guardias de la puerta. 19 Y de la ciudad tomó a un funcionario que estaba encargado de los hombres de guerra; a cinco hombres de los más íntimos del rey que se hallaban en la ciudad y al escriba principal de la milicia, quien reclutaba al pueblo de la tierra, y a sesenta hombres del pueblo de la tierra que se hallaban en la ciudad. 20 Nabuzaradán, capitán de la guardia, los tomó y los llevó ante el rey de Babilonia, en Ribla. 21 El rey de Babilonia los hirió y los mató en Ribla, en la tierra de Hamat. Así fue llevado cautivo Judá lejos de su tierra.

1 Corintios 15:20-34

20 Pero ahora, Cristo sí ha resucitado de entre los muertos, como primicias de los que durmieron. 21 Puesto que la muerte entró por medio de un hombre, también por medio de un hombre ha venido la resurrección de los muertos. 22 Porque así como en Adán todos mueren, así también en Cristo todos serán vivificados. 23 Pero cada uno en su orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. 24 Después el fin, cuando él entregue el reino al Dios y Padre, cuando ya haya anulado todo principado, autoridad y poder. 25 Porque es necesario que él reine hasta poner a todos sus enemigos debajo de sus pies. 26 El último enemigo que será destruido es la muerte.

27 Porque ha sujetado todas las cosas debajo de sus pies[a]. Pero cuando dice: “Todas las cosas están sujetas a él”, claramente está exceptuando a aquel que le sujetó todas las cosas. 28 Pero cuando aquel le ponga en sujeción todas las cosas, entonces el Hijo mismo también será sujeto al que le sujetó todas las cosas, para que Dios sea el todo en todos.

29 Por otro lado, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos? Si los muertos de ninguna manera resucitan, ¿por qué, pues, se bautizan por ellos? 30 ¿Y por qué, pues, nos arriesgamos nosotros a toda hora? 31 Sí, hermanos, cada día muero; lo aseguro por lo orgulloso que estoy de ustedes en Cristo Jesús nuestro Señor. 32 Si como hombre batallé en Éfeso contra las fieras, ¿de qué me aprovecha? Si los muertos no resucitan,

¡comamos y bebamos,

que mañana moriremos![b].

33 No se dejen engañar: “Las malas compañías corrompen las buenas costumbres”[c]. 34 Vuelvan a la sobriedad, como es justo, y no pequen más, porque algunos tienen ignorancia de Dios. Para vergüenza de ustedes lo digo.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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