Revised Common Lectionary (Complementary)
93 El Señor reina, revestido de esplendor;
el Señor se ha revestido de grandeza y ha desplegado su poder.
Ha establecido el mundo con firmeza;
jamás caerá.
2 Desde el principio se estableció tu trono
y tú desde siempre has existido.
3 Se levantan las aguas, Señor;
se levantan las aguas con estruendo;
se levantan las aguas y sus batientes olas.
4 Pero el Señor, en las alturas, se muestra poderoso:
más poderoso que el estruendo de las muchas aguas,
más poderoso que los embates del mar.
5 Dignos de confianza son, Señor, tus mandatos;
¡la santidad es para siempre el adorno de tu casa!
Profecía contra Sidón
20 La palabra del Señor vino a mí y me dijo: 21 «Hijo de hombre, pon tu rostro contra Sidón y profetiza contra ella. 22 Adviértele que así dice el Señor y Dios:
»“Yo estoy en contra tuya, Sidón,
y manifestaré mi gloria en ti.
Cuando te traiga un justo castigo
y manifieste sobre ti mi santidad,
se sabrá que yo soy el Señor.
23 Mandaré en tu contra una plaga
y por tus calles correrá la sangre.
Por la espada que ataca por todos lados
los heridos caerán en tus calles,
¡y se sabrá que yo soy el Señor!
24 »”Los israelitas no volverán a sufrir el desprecio de sus vecinos, que duele como aguijones y punza como espinas, y se sabrá que yo soy el Señor”.
25 »Así dice el Señor y Dios: “Cuando yo reúna al pueblo de Israel de entre las naciones donde se encuentra disperso, le mostraré mi santidad en presencia de todas las naciones. Entonces Israel vivirá en su propio país, el mismo que di a mi siervo Jacob. 26 Allí vivirán seguros, construirán sus casas y plantarán viñedos, porque yo ejecutaré un justo castigo sobre los vecinos que desprecian al pueblo de Israel. ¡Y se sabrá que yo soy el Señor su Dios!”».
20 Lo cierto es que Cristo ha sido levantado de entre los muertos, como primicias de los que murieron. 21 De hecho, ya que la muerte vino por medio de un hombre, también por medio de un hombre viene la resurrección de los muertos. 22 Así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos volverán a vivir, 23 pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; después, cuando él venga, los que le pertenecen. 24 Entonces vendrá el fin, cuando él entregue el reino a Dios el Padre, luego de destruir todo dominio, autoridad y poder. 25 Porque es necesario que Cristo reine hasta someter a todos sus enemigos a su dominio. 26 El último enemigo que será destruido es la muerte, 27 pues Dios «ha puesto todo bajo sus pies».[a] Al decir que «todo» ha quedado sometido a su dominio, es claro que no se incluye a Dios mismo, quien todo lo sometió a Cristo. 28 Y cuando todo le sea sometido, entonces el Hijo mismo se someterá a aquel que le sometió todo, para que Dios sea todo en todos.
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