Print Page Options
Previous Prev Day Next DayNext

Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Traducción en lenguaje actual (TLA)
Version
Salmos 119:17-24

17-19 Yo estoy a tu servicio;
trátame bien, y cumpliré tus órdenes.
Estoy de paso en este mundo;
dame a conocer tus mandamientos.
¡Ayúdame a entender
tus enseñanzas maravillosas!
20 Todo el día siento grandes deseos
por conocerlas.
21 ¡Qué lástima me dan
los que no cumplen tus mandamientos!
¡Tú reprendes a esos orgullosos!
22 No permitas que me desprecien
pues siempre obedezco tus mandatos.
23 Los poderosos hacen planes contra mí,
pero yo sólo pienso en tus enseñanzas.
24 Ellas me hacen feliz,
y me dan buenos consejos.

Éxodo 4:1-17

Sin embargo, Moisés le dijo a Dios:

—Los jefes de Israel no van a creer que te he visto, así que tampoco van a obedecerme.

Entonces Dios le preguntó:

—¿Qué tienes en tu mano?

—Una vara —contestó Moisés.

—Tírala al suelo —ordenó Dios.

Moisés tiró la vara al suelo, y ésta se convirtió en una serpiente. Moisés trató de apartarse de ella, pero Dios le dijo:

—Ahora extiende la mano y agarra la serpiente por la cola.

Moisés extendió la mano para agarrarla y, en cuanto la tocó, la serpiente se convirtió otra vez en una vara. Entonces Dios le dijo:

—Haz esto mismo delante de los jefes de Israel. Cuando ellos vean que la vara se convierte en serpiente, creerán que me has visto a mí, que soy el Dios de sus antepasados. 6-8 Pero si no te creen ni te obedecen, dales otra prueba: Mete la mano entre tu ropa y tócate el pecho; luego vuelve a sacarla.

Moisés lo hizo así, y cuando sacó la mano, vio que estaba llena de llagas, pues tenía lepra. Dios le dijo:

—Vuelve a meter tu mano entre la ropa.

Moisés obedeció, y cuando la sacó vio que ya estaba sana. Dios le dijo:

—Si después de ver estas dos señales no te creen ni te obedecen, ve al río Nilo, saca agua de allí, y derrámala en el suelo. Enseguida el agua se convertirá en sangre.

10 Sin embargo, Moisés le dijo a Dios:

—¡Pero es que yo no sé hablar bien! Siempre que hablo, se me traba la lengua, y por eso nadie me hace caso. Este problema lo tengo desde niño.

11 Dios le contestó:

—Escúchame, Moisés, ¡soy yo quien hace que hables o que no hables! ¡Soy yo quien hace que puedas oír o que no oigas nada! ¡Soy yo quien puede hacerte ver, o dejarte ciego! 12 Anda, ponte en marcha a Egipto, que yo te ayudaré a que hables bien, y te enseñaré lo que debes decir.

13 Pero Moisés dijo:

—Dios mío, te ruego que envíes a otra persona.

14 Entonces Dios se enojó con Moisés y le dijo:

—¡Pues ahí tienes a tu hermano Aarón, el sacerdote de la tribu de Leví! Aarón habla muy bien, y sabe convencer a la gente. Además, ya ha salido a tu encuentro, y se alegrará de verte. 15-16 Tú dile a Aarón todo lo que te he mandado decir, para que él se lo diga al pueblo por ti. De ese modo, Aarón hablará en tu lugar, así como tú hablas en lugar mío. Yo, por mi parte, les ayudaré a hablar y les enseñaré lo que deben hacer. 17 Anda, toma la vara y haz con ella lo que te he ordenado hacer.

1 Pedro 2:1-10

Por lo tanto, dejen de hacer lo malo. No se digan mentiras, no sean hipócritas, no sean envidiosos ni chismosos. Más bien, busquen todo lo que sea bueno y que ayude a su espíritu, así como los niños recién nacidos buscan ansiosos la leche de su madre. Si lo hacen así, serán mejores cristianos y Dios los salvará, pues ustedes han comprobado que el Señor es bueno.

El nuevo pueblo de Dios

4-5 Ustedes son piedras vivas que Dios está usando para construir un templo espiritual. Por lo tanto, acérquense a Jesucristo, pues él es la piedra viva que la gente despreció, pero que Dios eligió como la piedra más valiosa. Además, ustedes son sacerdotes especiales, y por medio de Jesucristo le ofrecerán a Dios los sacrificios que a él le agradan. Pues Dios dice en la Biblia:

«Yo seré para Jerusalén
una piedra valiosa y escogida.
Seré la piedra principal,
y serviré de base al edificio.

»El que confíe en mí
jamás será engañado.»

Ustedes creen en Dios, y por eso consideran que esa piedra es muy valiosa. Pero a los que no creen, les sucede lo que dice la Biblia:

«La piedra que rechazaron
los constructores del templo
es ahora la piedra principal.»

Y también:

«Ésta es la piedra
por la que muchos caerán;
muchos tropezarán en esta roca.»

¡Eso es lo que se merecen! ¡Tropezarán por no aceptar el mensaje de Jesucristo!

Pero ustedes son miembros de la familia de Dios, son sacerdotes al servicio del Rey, y son su pueblo. Dios mismo los sacó de la oscuridad del pecado, y los hizo entrar en su luz maravillosa. Por eso, anuncien las maravillas que Dios ha hecho.

10 Antes, ustedes no eran nada,
pero ahora son el pueblo de Dios.
Antes, Dios no les tenía compasión,
pero ahora los ama mucho.