Revised Common Lectionary (Complementary)
18 Luego Dios, el Señor, se dijo:
— No es conveniente que el hombre esté solo; voy, pues, a hacerle una ayuda adecuada. 19 Entonces Dios, el Señor, modeló con arcilla del suelo todos los animales terrestres y todas las aves del cielo, y se los llevó al hombre para que les pusiera nombre, porque todos los seres vivos llevarían el nombre que él les pusiera. 20 El hombre puso nombre a todos los animales domésticos, a todas las aves y a todos los animales salvajes. Sin embargo, no encontró entre ellos la ayuda adecuada para sí. 21 Entonces Dios, el Señor, hizo caer al hombre en un profundo sueño y, mientras dormía, le sacó una de sus costillas y rellenó con carne el hueco dejado. 22 De la costilla que le había sacado al hombre, Dios, el Señor, formó una mujer, y se la presentó al hombre 23 que, al verla, exclamó:
— ¡Esta sí que es hueso de mis huesos
y carne de mi carne!
Se llamará varona,
porque del varón fue sacada.
24 Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, se une a su mujer y los dos se hacen uno solo.
Salmo 8
¡Qué grande es tu nombre en la tierra entera!
8 Al maestro del coro; según la melodía de Gad. Salmo de David.
2 Señor Dios nuestro,
¡qué grande es tu nombre en la tierra entera!
Alzas tu gloria sobre los cielos
3 y de la boca de lactantes y niños,
has hecho un baluarte frente a tus rivales
para silenciar al enemigo y al rebelde.
4 Miro el cielo, obra de tus dedos,
la luna y las estrellas que has fijado,
5 ¿qué es el mortal para que te acuerdes de él,
el ser humano para que de él te ocupes?
6 Lo has hecho algo inferior a un dios,
lo has revestido de honor y de gloria,
7 lo has puesto al frente de tus obras,
todo lo has sometido a su poder:
8 el ganado menor y mayor, todo él,
y también los animales del campo,
9 los pájaros del cielo, los peces del mar
y cuanto surca los senderos de los mares.
10 Señor Dios nuestro,
¡qué grande es tu nombre en la tierra entera!
Introducción (1,1-4)
Dios nos ha hablado por medio de su Hijo
1 Dios habló en otro tiempo a nuestros antepasados por medio de los profetas, y lo hizo en distintas ocasiones y de múltiples maneras. 2 Ahora, llegada la etapa final, nos ha hablado por medio del Hijo a quien constituyó heredero de todas las cosas y por quien creó también el universo. 3 El Hijo, que siendo reflejo resplandeciente de la gloria del Padre e imagen perfecta de su ser, sostiene todas las cosas mediante su palabra poderosa y que, después de habernos purificado del pecado, se sentó junto al trono de Dios en las alturas 4 y ha venido a ser un valedor tanto más poderoso que los ángeles, cuanto es más excelente el título que ha recibido en herencia.
Glorificación de Jesucristo
5 El mundo de que hablamos es el mundo futuro y no lo ha puesto Dios bajo el dominio de los ángeles. 6 De ello da fe alguien en un lugar de la Escritura:
¿Qué es el ser humano para que te acuerdes de él?
¿Qué el simple mortal para que te preocupes por él?
7 Apenas inferior a los ángeles lo hiciste;
de gloria y de honor lo coronaste;
8 todo lo sometiste a su poder.
Y si todo le ha sido sometido, nada queda fuera de su dominio. Es cierto que al presente no vemos que todo le esté sometido; 9 pero sí vemos que Jesús, a quien Dios hizo un poco inferior a los ángeles, ha sido coronado de gloria y honor por haber sufrido la muerte. De esta manera, debido a la bondad de Dios, experimentó la muerte en favor de todos.
Solidario con los hermanos
10 Convenía, en efecto, que Dios, que es origen y fin de todas las cosas y que quiere conducir a una multitud de hijos a la gloria, hiciera perfecto por medio del sufrimiento a quien tenía que encabezar la salvación de los demás. 11 Y es que santificador y santificados proceden de uno mismo. Por esta razón el santificador no tiene a menos llamarlos hermanos, 12 cuando dice:
Anunciaré tu nombre a tus hermanos,
en medio de la asamblea te alabaré.
2 En esto se le acercaron unos fariseos y, para tenderle una trampa, le preguntaron si está permitido al marido separarse de su mujer. 3 Jesús les contestó:
— ¿Qué les mandó Moisés a ustedes?
4 Ellos dijeron:
— Moisés dispuso que el marido levante acta de divorcio cuando vaya a separarse de su mujer.
5 Jesús entonces les dijo:
— Moisés escribió esa disposición a causa de que ustedes son incapaces de entender los planes de Dios; 6 pero Dios, cuando creó al género humano, los hizo hombre y mujer. 7 Por esta razón, dejará el hombre a sus padres, [ se unirá a su mujer] 8 y ambos llegarán a ser como una sola persona. De modo que ya no son dos personas, sino una sola. 9 Por tanto, lo que Dios ha unido no deben separarlo los humanos.
10 Cuando volvieron de nuevo a casa, los discípulos preguntaron a Jesús qué había querido decir. 11 Él les contestó:
— El que se separa de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera; 12 y si una mujer se separa de su marido y se casa con otro, también comete adulterio.
Jesús bendice a los niños (Mt 19,13-15; Lc 18,15-17)
13 Llevaron unos niños a Jesús para que los bendijese. Los discípulos reñían a quienes los llevaban; 14 pero Jesús, al verlo, se enojó y les dijo:
— Dejen que los niños vengan a mí y no se lo impidan, porque el reino de Dios es para los que son como ellos. 15 Les aseguro que quien no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.
16 Y estrechaba a los niños entre sus brazos y los bendecía poniendo las manos sobre ellos.
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España