Revised Common Lectionary (Complementary)
7 La ley del Señor es perfecta[a](A), que restaura el alma(B);
el testimonio del Señor es seguro(C), que hace sabio al sencillo(D).
8 Los preceptos del Señor son rectos(E), que alegran el corazón(F);
el mandamiento del Señor es puro(G), que alumbra los ojos(H).
9 El temor del Señor es limpio, que permanece para siempre;
los juicios del Señor son verdaderos(I), todos ellos justos(J);
10 deseables más que el oro(K); sí, más que mucho oro fino,
más dulces que la miel(L) y que el destilar[b] del panal.
11 Además, tu siervo es amonestado por ellos(M);
en guardarlos hay gran recompensa(N).
12 ¿Quién puede discernir sus propios errores(O)?
Absuélveme(P) de los que me son ocultos(Q).
13 Guarda también a tu siervo de pecados de soberbia(R);
que no se enseñoreen de mí(S).
Entonces seré íntegro[c](T),
y seré absuelto de gran transgresión(U).
14 Sean gratas las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti(V),
oh Señor, roca mía(W) y redentor mío(X).
Dios ordena a Israel que entre a la Tierra Prometida
1 Estas son las palabras que Moisés habló a todo Israel al otro lado del Jordán, en el desierto(A), en el Arabá(B), frente a Suf[a], entre Parán, Tofel, Labán, Hazerot y Dizahab. 2 Hay once días de camino desde Horeb(C), por el camino del monte Seir(D), hasta Cades-barnea(E). 3 Y sucedió que en el año cuarenta(F), el mes undécimo, el primer día del mes, Moisés habló a los hijos de Israel conforme a todo lo que el Señor le había ordenado(G) que les diera, 4 después de haber derrotado[b] a Sehón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón(H), y a Og, rey de Basán(I), que habitaba en Astarot y[c] en Edrei(J). 5 Al otro lado del Jordán, en la tierra de Moab, Moisés comenzó a explicar esta ley, diciendo: 6 El Señor nuestro Dios nos habló en Horeb(K), diciendo: «Bastante habéis permanecido[d] en este monte. 7 Volveos; partid e id a la región montañosa de los amorreos, y a todos sus vecinos, en el Arabá, en la región montañosa, en el valle[e](L), en el Neguev[f], y por la costa del mar, la tierra de los cananeos y el Líbano, hasta el gran río, el río Eufrates(M). 8 Mirad, he puesto la tierra delante de vosotros; entrad y tomad posesión de la tierra que el Señor juró dar a vuestros padres Abraham, Isaac y Jacob, a ellos y a su descendencia[g] después de ellos(N)».
Nombramiento de ayudantes para Moisés
9 Y en aquel tiempo os hablé, diciendo: «Yo solo no puedo llevar la carga de todos vosotros(O). 10 El Señor vuestro Dios os ha multiplicado y he aquí que hoy sois como las estrellas del cielo en multitud(P). 11 Que el Señor, el Dios de vuestros padres, os multiplique mil veces más de lo que sois y os bendiga, tal como os ha prometido[h](Q). 12 ¿Cómo puedo yo solo llevar el peso y la carga de vosotros y vuestros litigios? 13 Escoged[i] de entre vuestras tribus hombres sabios, entendidos y expertos, y yo los nombraré como vuestros jefes(R)». 14 Y vosotros me respondisteis, y dijisteis: «Bueno es que se haga lo que has dicho». 15 Entonces tomé a los principales[j] de vuestras tribus, hombres sabios y expertos, y los nombré[k] como dirigentes[l] vuestros, jefes de mil, de[m] cien, de[n] cincuenta, y de[o] diez, y oficiales para vuestras tribus.
16 Y en aquella ocasión mandé a vuestros jueces, diciendo: «Oíd los pleitos entre vuestros hermanos[p], y juzgad justamente(S) entre un hombre y su hermano[q] o el forastero que está con él. 17 No mostraréis parcialidad en el juicio; lo mismo oiréis al pequeño que al grande(T). No tendréis temor del[r] hombre, porque el juicio es de Dios(U). Y el caso que sea muy difícil para vosotros, me lo traeréis a mí, y yo lo oiré(V)». 18 En aquella misma ocasión os mandé todas las cosas que deberíais hacer(W).
Muerte de Herodes
20 Herodes estaba muy enojado con los de Tiro y de Sidón(A); pero ellos, de común acuerdo se presentaron ante él, y habiéndose ganado a Blasto, camarero del rey, pedían paz pues su territorio era abastecido por el del rey(B). 21 El día señalado, Herodes, vestido con ropa real, se sentó en la tribuna[a] y les arengaba. 22 Y la gente gritaba: ¡Voz de un dios y no de un hombre es esta! 23 Al instante un ángel del Señor(C) lo hirió, por no haber dado la gloria a Dios; y murió[b] comido de gusanos.
24 Pero la palabra del Señor crecía y se multiplicaba(D).
25 Y Bernabé y Saulo(E) regresaron de[c] Jerusalén después de haber cumplido su misión[d](F), llevando consigo a Juan, llamado también Marcos(G).
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