Revised Common Lectionary (Complementary)
Así piensan los malvados
16 Los malos coquetean con la muerte;
la consideran su amiga
y la buscan con todas sus fuerzas.
Se han puesto de acuerdo con ella,
y son el uno para el otro.
2 En su locura, los malvados
se dicen unos a otros:
«Nuestra vida es corta y triste,
todos tenemos que morir.
¡Nadie ha vuelto de la muerte!
12 »¡La gente buena es un estorbo!
Se opone a todo lo que hacemos;
nos reprende por no obedecer
las enseñanzas de Dios.
No le agrada que despreciemos
la buena educación.
13 Los buenos están orgullosos
de conocer a Dios;
¡hasta se creen hijos de Dios!
14 Rechazan nuestra manera de pensar.
¡Su presencia nos molesta!
15 ¡Su vida es muy distinta a la nuestra
y su manera de actuar es diferente!
16 Se apartan de nuestra compañía,
y nos rechazan como si tuviéramos
una terrible enfermedad.
Dicen que los buenos son felices
después de la muerte,
y se sienten muy orgullosos
de tener a Dios por Padre.
17 »A ver si es cierto lo que dicen,
veamos cómo será su muerte.
18 Si realmente son hijos de Dios,
él los ayudará y los librará
de todos sus enemigos.
19 Vamos a insultarlos,
vamos a torturarlos
para ver hasta dónde aguantan.
20 Les daremos una muerte
dolorosa y humillante;
vamos a ver si es verdad
que Dios vendrá en su ayuda».
El error de los malvados
21 Los malvados piensan así,
pero están muy equivocados:
su propia maldad los mantiene ciegos.
22 No pueden entender
los planes de Dios;
no creen que él premia
a la gente buena y obediente.
Planes contra Jeremías
18 Dios me dijo: «Jeremías, tus enemigos están tramando hacerte daño». 19 Pero yo parecía un manso cordero que es llevado al matadero, pues ni idea tenía de sus planes. Mis enemigos decían:
«Vamos a matarlo.
Vamos a derribarlo como a un árbol,
y a destruir todos sus frutos,
¡para que nadie vuelva a recordarlo!»
20 Pero tú, Dios todopoderoso,
eres un juez justo;
tú conoces todo lo que sentimos
y todo lo que pensamos.
¡Yo confío en ti,
déjame ver cómo los castigas!
Ven a defenderme
SALMO 54 (53)
David compuso este poema cuando la gente de Zif fue a decirle a Saúl: «Parece que David se ha escondido entre nosotros». Instrucciones para el director del coro: Este himno deberá cantarse acompañado de instrumentos de cuerda.
54 Dios mío,
ven a salvarme,
ven a defenderme;
haz uso de tu poder,
¡muestra quién eres!
2 Dios mío,
escucha mi oración;
atiende mis palabras.
3 Gente extraña y violenta
me ataca y me quiere matar.
¡Esa gente no quiere nada contigo!
4-6 Tú, mi Dios y Señor,
me das tu ayuda y tu apoyo;
harás caer sobre mis enemigos
el mal que quieren hacerme.
¡Destrúyelos, Dios mío,
pues tú eres fiel!
Yo, con mucho gusto,
te presentaré una ofrenda
y alabaré tu bondad,
7 pues me dejaste ver
la derrota de mis enemigos,
y me libraste de todos mis problemas.
La sabiduría que Dios da
13 Si alguno de ustedes es sabio y entendido, demuéstrelo haciendo el bien y portándose con humildad. 14 Pero si ustedes lo hacen todo por envidia o por celos, vivirán tristes y amargados; no tendrán nada de qué sentirse orgullosos, y faltarán a la verdad. 15 Porque esa sabiduría no viene de Dios, sino que es de este mundo y del demonio, 16 y produce celos, peleas, problemas y todo tipo de maldad.
17 En cambio, los que tienen la sabiduría que viene de Dios, no hacen lo malo; al contrario, buscan la paz, son obedientes y amables con los demás, se compadecen de los que sufren, y siempre hacen lo bueno; tratan a todos de la misma manera, y son verdaderos cristianos.
18 A los que buscan la paz entre las personas, Dios los premiará dándoles paz y justicia.
Las guerras y los pleitos
4 ¿Saben por qué hay guerras y pleitos entre ustedes? ¡Pues porque no saben dominar su egoísmo y su maldad! 2 Son tan envidiosos que quisieran tenerlo todo, y cuando no lo pueden conseguir, son capaces hasta de pelear, matar y promover la guerra. ¡Pero ni así pueden conseguir lo que quieren!
Ustedes no tienen, porque no se lo piden a Dios. 3 Y cuando piden, lo hacen mal, porque lo único que quieren es satisfacer sus malos deseos.
7 Por eso, obedezcan a Dios. Háganle frente al diablo, y él huirá de ustedes. 8 Háganse amigos de Dios, y él se hará amigo de ustedes.
¡Pecadores, dejen de hacer el mal! Los que quieren amar a Dios, pero también quieren pecar, deben tomar una decisión: o Dios, o el mundo de pecado.
Jesús habla otra vez de su muerte
30 Jesús y sus discípulos se fueron de ese lugar, y viajaron por la región de Galilea. En su camino, Jesús no quiso que la gente supiera que él pasaba por allí, 31 pues quería dedicarse a enseñar a sus discípulos. Les decía: «Yo, el Hijo del hombre, seré entregado en manos de los que me han de matar, pero tres días después resucitaré.»
32 Los discípulos no entendían lo que Jesús les quería decir, pero tenían miedo de preguntarle.
¿Quién es el más importante?
33 Jesús y sus discípulos llegaron al pueblo de Cafarnaúm. Cuando ya estaban en la casa, él les preguntó: «¿De qué estaban hablando cuando venían por el camino?»
34 Los discípulos no contestaron nada, porque habían estado discutiendo cuál de ellos era el más importante.
35 Entonces Jesús se sentó, llamó a los doce discípulos y les dijo: «Si alguno de ustedes quiere ser el más importante, deberá ocupar el último lugar y ser el servidor de todos los demás.»
36 Luego llamó a un niño y lo puso frente a ellos. Lo tomó en sus brazos y les dijo: 37 «Si ustedes aceptan a un niño como éste, me aceptan a mí. Y si me aceptan a mí, aceptan a Dios, que fue quien me envió.»
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