Revised Common Lectionary (Complementary)
La misericordia de Dios
Al músico principal. Salmo de David, siervo del Señor.
36 La maldad habla al corazón del impío;
en su opinión, no hay por qué temer a Dios.(A)
2 Vive halagándose a sí mismo,
seguro de que su maldad no es condenable.
3 Sus palabras son malvadas y fraudulentas;
dejó de ser sabio y de practicar el bien.
4 Aun acostado hace planes malvados;
va por el mal camino, y disfruta de su maldad.
5 Pero tu misericordia, Señor, llega a los cielos;
¡tu fidelidad se extiende hasta las nubes!
6 Tu justicia es como las grandes montañas;
tus sentencias son como el mar profundo;
¡tú, Señor, cuidas de hombres y animales!
7 Dios mío, ¡cuán preciosa es tu misericordia!
¡La humanidad se acoge a la sombra de tus alas!
8 En tu templo se sacian de ricos alimentos;
tú apagas su sed en un río de aguas deliciosas.
9 En ti se halla el manantial de la vida,
y por tu luz podemos ver la luz.
10 Muestra tu misericordia a los que te conocen;
muestra tu justicia a los de recto corazón.
11 No dejes que los soberbios me aplasten,
ni que el poder de los impíos me sacuda.
12 Vean allí, caídos, a los que practican el mal;
¡rodaron por el suelo, y no volvieron a levantarse!
José se da a conocer a sus hermanos
45 José ya no podía contenerse delante de todos los que estaban a su lado, así que exclamó:
«¡Que salgan todos de mi presencia!»
Así que nadie estaba con él cuando se dio a conocer a sus hermanos.(A) 2 Y dio rienda suelta a su llanto. Y lo supieron los egipcios, y también se supo en la casa del faraón. 3 Y les dijo José a sus hermanos:
«¡Yo soy José! ¿Vive todavía mi padre?»
Pero sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban confundidos en su presencia. 4 Entonces José les dijo:
«Acérquense a mí.»
Ellos se acercaron, y él les dijo:
«Yo soy José, su hermano, el que ustedes vendieron a Egipto. 5 Pero no se pongan tristes, ni lamenten el haberme vendido, porque Dios me envío aquí, delante de ustedes, para preservarles la vida. 6 Ya ha habido dos años de hambre en todo el país, y aún faltan cinco más, en los que no habrá quien are la tierra ni quien coseche nada. 7 Pero Dios me envió delante de ustedes, para preservar su descendencia en la tierra y para darles vida mediante una gran liberación. 8 Así que no son ustedes quienes me mandaron acá, sino Dios, que me ha puesto como padre del faraón y señor de toda su casa, y como gobernador de toda la tierra de Egipto. 9 ¡Pero dense prisa! Vayan con mi padre y díganle esto de mi parte: “Dios me ha hecho señor de todo Egipto. Ven a mí; no te detengas. 10 Habitarás en la tierra de Gosén, y estarás cerca de mí, junto con tus hijos y tus nietos, tus ovejas y tus vacas, y todo lo que tienes. 11 Yo te alimentaré allí, para que no te falta nada a ti ni a tu familia, ni a nada de lo que tienes, pues aún están por venir cinco años de hambre.”(B) 12 Ustedes y mi hermano Benjamín lo están viendo, que soy yo mismo quien les habla. 13 Así que cuéntenle a mi padre de toda mi riqueza en Egipto, y de todo lo que han visto. ¡Pero dense prisa, y traigan aquí a mi padre!»
14 Y llorando, José se echó sobre el cuello de Benjamín, su hermano; y también Benjamín lloró sobre su cuello. 15 Llorando también, José besó luego a todos sus hermanos, y después sus hermanos hablaron con él.
9 Pero ellos, por envidia,(A) vendieron a José, y él fue llevado a Egipto.(B) Pero Dios estaba con él,(C) 10 así que lo libró de todos sus sufrimientos y le dio sabiduría para congraciarse ante el faraón, rey de Egipto, quien lo nombró gobernador de su país y de su casa.(D) 11 En ese tiempo se desató una hambruna en toda la tierra de Egipto y de Canaán, que trajo un gran sufrimiento. Y nuestros padres tampoco tenían qué comer.(E) 12 Pero cuando Jacob supo que en Egipto había trigo, mandó por primera vez a nuestros padres a comprarlo.(F) 13 La segunda vez, José les reveló a sus hermanos quién era él,(G) y el Faraón llegó a saber de dónde provenía José.(H) 14 Luego, José mandó que llevaran a Egipto a su padre Jacob(I) y a toda su familia, que eran setenta y cinco personas.(J) 15 Así fue como Jacob llegó a Egipto,(K) donde murió.(L) Allí también murieron nuestros padres, 16 pero luego sus restos fueron trasladados a Siquén y puestos en el sepulcro que Abrahán había comprado a los hijos de Jamor.(M)
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