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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Salmos 36

Maldad del impío y bondad del SEÑOR

36 Al músico principal. Salmo de David, siervo de Dios.

La transgresión habla al impío dentro de su[a] corazón;
no hay temor de Dios delante
de sus ojos.
Por eso se lisonjea en sus propios ojos hasta que su iniquidad sea aborrecimiento.
Las palabras de su boca son maldad y engaño;
ha dejado de ser sensato y de hacer
el bien.
Sobre su cama piensa iniquidad; está en un camino que no es bueno
y no desprecia el mal.
Oh SEÑOR, hasta los cielos alcanza tu misericordia;
y hasta las nubes, tu fidelidad.
Tu justicia es como las montañas
de Dios;
y tus juicios, como el gran océano. Oh SEÑOR, que conservas al hombre y al animal,
¡cuán preciosa es, oh Dios, tu bondad! Por eso los hijos del hombre
se refugian bajo la sombra de tus alas.
Se sacian de la abundancia de tu casa;
les das a beber del torrente
de tus delicias.
Ciertamente contigo está el manantial de la vida;
en tu luz veremos la luz.
10 Extiende tu bondad a los
que te conocen,
y tu justicia a los rectos de corazón.
11 Que no venga contra mí el pie de
la soberbia
ni me desplace la mano de los impíos.
12 Entonces caerán los que obran
iniquidad;
serán derribados y no podrán
levantarse.

Génesis 43:1-15

43 El hambre era grande en la tierra. Y aconteció que cuando acabaron de consumir las provisiones que trajeron de Egipto, les dijo su padre:

—Vuelvan y compren para nosotros un poco de alimento.

Y Judá le respondió diciendo:

—Aquel hombre nos advirtió enfáticamente diciendo: “No verán mi cara a no ser que su hermano esté con ustedes”. Si dejas ir a nuestro hermano con nosotros, iremos y te compraremos alimentos. Pero si no lo dejas ir, no iremos; porque aquel hombre nos dijo: “No verán mi cara a no ser que traigan a su hermano con ustedes”.

Y dijo Israel:

—¿Por qué me han hecho tanto mal, declarándole a aquel hombre que tenían otro hermano?

Ellos respondieron:

—Aquel hombre nos preguntó expresamente por nosotros y por nuestra familia, diciendo: “¿Vive aún su padre? ¿Tienen algún otro hermano?”. Nosotros respondimos conforme a estas preguntas. ¿Cómo podíamos saber que nos iba a decir: “Hagan venir a su hermano”?

Entonces Judá dijo a Israel su padre:

—Deja ir al muchacho conmigo. Así nos levantaremos e iremos, para que vivamos y no muramos nosotros, tú y nuestros niños pequeños. Yo saldré como fiador. A mí me pedirás cuentas de él. Si no te lo traigo y lo pongo delante de ti, seré ante ti el culpable para siempre. 10 Si no nos hubiéramos detenido, ahora ya habríamos vuelto dos veces.

11 Entonces Israel su padre les respondió:

—Si tiene que ser así, hagan esto: Tomen de lo mejor del país en sus equipajes y llévenlo a aquel hombre como un presente: un poco de bálsamo, algo de miel, perfumes, mirra, nueces y almendras. 12 Tomen con ustedes el doble del dinero, y devuelvan personalmente el dinero que les fue devuelto en la boca de sus costales; quizás fue un error. 13 Tomen también a su hermano. Levántense y vuelvan a aquel hombre. 14 ¡Que el Dios Todopoderoso les conceda hallar misericordia delante de aquel hombre, y libere a su otro hermano y a Benjamín! Y si yo he de ser privado de mis hijos, que lo sea.

15 Entonces los hombres tomaron el presente. Tomaron también con ellos el doble del dinero y a Benjamín. Se levantaron y descendieron a Egipto, y se presentaron ante José.

Hechos 6:1-7

Elección de los siete

En aquellos días, como crecía el número de los discípulos, se suscitó una murmuración de parte de los helenistas contra los hebreos, de que sus viudas eran desatendidas en la distribución diaria. Así que, los doce convocaron a la multitud de los discípulos y dijeron:

—No conviene que nosotros descuidemos la palabra de Dios para servir a las mesas. Escojan, pues, hermanos, de entre ustedes a siete hombres que sean de buen testimonio, llenos del Espíritu y de sabiduría, a quienes pondremos sobre esta tarea. Y nosotros continuaremos en la oración y en el ministerio de la palabra.

Esta propuesta agradó a toda la multitud; y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas y a Nicolás, un prosélito de Antioquía. Presentaron a estos delante de los apóstoles; y después de orar, les impusieron las manos.

Y la palabra de Dios crecía, y el número de los discípulos se multiplicaba en gran manera en Jerusalén; inclusive un gran número de sacerdotes obedecía a la fe.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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