Revised Common Lectionary (Complementary)
Alabanzas a la bondad del Señor
(1) De David, cuando se retiró de la presencia de Abimélec, ante quien había fingido sufrir un ataque de locura.
34 (2) Bendeciré al Señor a todas horas;
mis labios siempre lo alabarán.
2 (3) Yo me siento orgulloso del Señor;
¡óiganlo y alégrense, hombres humildes!
3 (4) Alabemos juntos y a una voz
la grandeza del nombre del Señor.
4 (5) Recurrí al Señor, y él me contestó,
y me libró de todos mis temores.
5 (6) Los que miran al Señor
quedan radiantes de alegría
y jamás se verán defraudados.
6 (7) Este pobre gritó, y el Señor lo oyó
y lo libró de todas sus angustias.
7 (8) El ángel del Señor protege y salva
a los que honran al Señor.
8 (9) Prueben, y vean que el Señor es bueno.
¡Feliz el hombre que en él confía!
Últimas órdenes de David
2 La muerte de David se acercaba por momentos, así que David ordenó a su hijo Salomón: 2 «Voy a emprender el último viaje, como todo el mundo. Ten valor y pórtate como un hombre. 3 Cumple las ordenanzas del Señor tu Dios, haciendo su voluntad y cumpliendo sus leyes, mandamientos, decretos y mandatos, según están escritos en la ley de Moisés, para que prosperes en todo lo que hagas y dondequiera que vayas. 4 También para que el Señor confirme la promesa que me hizo, de que si mis hijos cuidaban su conducta y se conducían con verdad delante de él, con todo su corazón y toda su alma, nunca faltaría en mi familia quien ocupara el trono de Israel.
5 »Ahora bien, tú ya sabes lo que me hizo Joab, el hijo de Seruiá, es decir, lo que hizo con dos generales del ejército israelita: con Abner, el hijo de Ner, y con Amasá, el hijo de Jéter, a quienes mató en tiempo de paz para vengar la sangre derramada en guerra, haciéndome responsable de ese asesinato. 6 Por lo tanto, actúa con inteligencia y no lo dejes tener una muerte tranquila. 7 En cuanto a los hijos de Barzilai, el de Galaad, trátalos con bondad y hazlos participar de tu mesa, pues ellos me protegieron cuando yo huía de tu hermano Absalón. 8 Por otra parte, fíjate que está contigo Simí, hijo de Guerá, el benjaminita de Bahurim. Él fue quien me lanzó una maldición terrible el día que yo iba hacia Mahanaim. Después, sin embargo, salió a recibirme al río Jordán, y yo tuve que jurarle por el Señor que no lo mataría. 9 No lo perdones. Eres inteligente, y sabrás qué hacer con él. Pero procura que su muerte sea violenta.»
Pedir, buscar y llamar a la puerta(A)
7 »Pidan, y Dios les dará; busquen, y encontrarán; llamen a la puerta, y se les abrirá. 8 Porque el que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama a la puerta, se le abre.
9 »¿Acaso alguno de ustedes sería capaz de darle a su hijo una piedra cuando le pide pan? 10 ¿O de darle una culebra cuando le pide un pescado? 11 Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a quienes se las pidan!
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.