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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Salmos 88

Plegaria en medio de la aflicción

88 Cántico. Salmo de los hijos de Coré. Al músico principal. Sobre Majalat[a]. Para ser cantado. Masquil[b] de Hemán el ezrajita.

Oh SEÑOR, Dios de mi salvación, día y noche clamo delante de ti.
Llegue mi oración a tu presencia;
inclina tu oído a mi clamor
porque mi alma está harta de males
y mi vida se ha acercado al Seol.
Soy contado con los que descienden a la fosa;
soy como un hombre sin fuerzas.
Estoy libre entre los muertos, como los cadáveres que yacen
en la tumba,
de quienes ya no te acuerdas,
y que han sido arrebatados
de tu mano.
Me has puesto en la honda fosa,
en lugares tenebrosos, en lugares profundos.
Sobre mí reposa tu ira;
me has afligido con todas tus olas.
Selah[c]
Has alejado de mí a mis conocidos; me has puesto como abominación para ellos.
Estoy encerrado; no puedo salir.
Mis ojos se enfermaron a causa
de mi aflicción.
Cada día te he invocado, oh SEÑOR;
a ti he extendido mis manos.
10 ¿Acaso harás milagros para
los muertos?
¿Se levantarán los muertos
para alabarte? Selah[d]
11 ¿Se contará en el sepulcro acerca de tu misericordia,
o de tu verdad en el Abadón?
12 ¿Será conocida en las tinieblas tu maravilla,
y tu justicia en la tierra del olvido?
13 Pero a ti he invocado, oh SEÑOR;
de mañana sale a tu encuentro
mi oración.
14 ¿Por qué desechas mi alma,
oh SEÑOR?
¿Por qué escondes de mí tu rostro?
15 Yo estoy pobre y abatido;
desde mi infancia he cargado tus terrores.
¡Ya no puedo más!
16 Sobre mí ha pasado tu ira;
tus terrores me han destruido.
17 De continuo me han rodeado como inundación
y, al mismo tiempo, me han cercado.
18 Has alejado de mí a mis amigos
y compañeros;
solo las tinieblas son mi compañía.

2 Reyes 20:1-11

El SEÑOR sana a Ezequías

20 En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. Entonces el profeta Isaías hijo de Amoz fue a él y le dijo:

—Así ha dicho el SEÑOR: “Pon en orden tu casa, porque vas a morir y no vivirás”.

Entonces él volvió su cara hacia la pared y oró al SEÑOR diciendo:

—Oh SEÑOR, acuérdate, por favor, de que he andado delante de ti en verdad y con corazón íntegro, y que he hecho lo bueno ante tus ojos.

Ezequías lloró con gran llanto. Y sucedió que antes que Isaías saliera del patio[a] central, le vino la palabra del SEÑOR, diciendo:

—Vuelve y di a Ezequías, el soberano de mi pueblo: “Así ha dicho el SEÑOR, Dios de tu padre David: ‘He oído tu oración y he visto tus lágrimas. He aquí, te voy a sanar; al tercer día subirás a la casa del SEÑOR. Añadiré quince años a tus días, y libraré a ti y a esta ciudad de mano del rey de Asiria. Defenderé esta ciudad por amor a mí mismo y por amor a mi siervo David’ ”.

Entonces Isaías dijo:

—Tomen pasta de higos…

La tomaron y la pusieron sobre la llaga; luego sanó. Entonces Ezequías preguntó a Isaías:

—¿Cuál será la señal de que el SEÑOR me sanará y de que subiré a la casa del SEÑOR al tercer día?

E Isaías respondió:

—Esta señal tendrás de parte del SEÑOR, de que él hará esto que ha dicho: ¿Puede avanzar la sombra diez gradas o retroceder diez gradas?

10 Ezequías respondió:

—Es cosa fácil que la sombra avance diez gradas; pero no que retroceda diez gradas.

11 Entonces el profeta Isaías invocó al SEÑOR, y él hizo que la sombra retrocediera diez gradas, por las gradas que había avanzado en la gradería de Acaz.

Marcos 9:14-29

Jesús sana a un muchacho

14 Cuando llegaron a los discípulos, vieron una gran multitud alrededor de ellos, y a unos escribas que disputaban con ellos. 15 En seguida, cuando toda la gente vio a Jesús se sorprendió, y corriendo hacia él lo saludaron. 16 Y les preguntó:

—¿Qué disputan con ellos?

17 Le respondió uno de la multitud:

—Maestro, traje a ti mi hijo porque tiene un espíritu mudo, 18 y dondequiera que se apodera de él, lo derriba. Echa espumarajos y cruje los dientes, y se va desgastando. Les dije a tus discípulos que lo echaran fuera pero no pudieron.

19 Y respondiendo les dijo:

—¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con ustedes? ¿Hasta cuándo los soportaré? ¡Tráiganmelo!

20 Se lo trajeron; y cuando el espíritu lo vio, de inmediato sacudió al muchacho, quien cayó en tierra y se revolcaba echando espumarajos. 21 Jesús le preguntó a su padre:

—¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto?

Él dijo:

—Desde niño. 22 Muchas veces lo echa en el fuego o en el agua para matarlo; pero si puedes hacer algo, ¡ten misericordia de nosotros y ayúdanos!

23 Jesús le dijo:

—“¿Si puedes…?”[a]. ¡Al que cree todo le es posible!

24 Inmediatamente el padre del muchacho clamó diciendo:

—¡Creo! ¡Ayuda mi incredulidad!

25 Pero cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo diciéndole:

—Espíritu mudo y sordo, yo te mando, ¡sal de él y nunca más entres en él!

26 Entonces, clamando y desgarrándolo con violencia, el espíritu salió y el muchacho quedó como muerto, de modo que muchos decían:

—¡Está muerto!

27 Pero Jesús lo tomó de la mano y lo enderezó, y él se levantó.

28 Cuando él entró en casa, sus discípulos le preguntaron en privado:

—¿Por qué no pudimos nosotros echarlo fuera?

29 Él les dijo:

—Este género con nada puede salir sino con oración[b].

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

Version Reina Valera Actualizada, Copyright © 2015 by Editorial Mundo Hispano