Revised Common Lectionary (Complementary)
Alabanzas de gratitud al Señor
(1) Salmo. Canto para la dedicación del templo. De David.
30 (2) Señor, yo te alabo
porque tú me libertaste,
porque no has permitido
que mis enemigos se burlen de mí.
2 (3) Señor, mi Dios,
te pedí ayuda, y me sanaste;
3 (4) tú, Señor, me salvaste de la muerte;
me diste vida, me libraste de morir.
4 (5) Ustedes, fieles del Señor, ¡cántenle himnos!,
¡alaben su santo nombre!
5 (6) Porque su enojo dura un momento,
pero su buena voluntad, toda la vida.
Si lloramos por la noche,
por la mañana tendremos alegría.
6 (7) Yo me sentí seguro, y pensé:
«Nada me hará caer jamás.»
7 (8) Pero tú, Señor, en tu bondad
me habías afirmado en lugar seguro,
y apenas me negaste tu ayuda
el miedo me dejó confundido.
8 (9) A ti, Señor, clamo;
a ti, Señor, suplico:
9 (10) ¿Qué se gana con que yo muera,
con que sea llevado al sepulcro?
¡El polvo no puede alabarte
ni hablar de tu fidelidad!
10 (11) Señor, óyeme y ten compasión de mí;
Señor, ¡ayúdame!
11 (12) Has cambiado en danzas mis lamentos;
me has quitado el luto
y me has vestido de fiesta.
12 (13) Por eso, Señor y Dios,
no puedo quedarme en silencio:
¡te cantaré himnos de alabanza
y siempre te daré gracias!
2 ¡Tan grande ha sido el enojo del Señor,
que ha oscurecido a la bella Sión!
Ha derribado la hermosura de Israel,
como del cielo a la tierra;
ni siquiera se acordó, en su enojo,
del estrado de sus pies.
2 El Señor no ha dejado en pie
ni una sola de las casas de Jacob;
en un momento de furor ha destruido
las fortalezas de la bella Judá;
ha echado por tierra, humillados,
al reino y sus gobernantes.
3 Al encenderse su enojo, cortó de un tajo
todo el poder de Israel.
Nos retiró el apoyo de su poder
al enfrentarnos con el enemigo;
¡ha prendido en Jacob un fuego
que devora todo lo que encuentra!
4 El Señor, como un enemigo,
tensó el arco, afirmó el brazo;
igual que un adversario,
destrozó lo que era agradable a la vista;
como un fuego, lanzó su enojo
sobre el campamento de la bella Sión.
5 El Señor actuó como un enemigo:
destruyó por completo a Israel;
derrumbó todos sus palacios,
derribó sus fortalezas,
colmó a la bella Judá
de aflicción tras aflicción.
6 Como un ladrón, hizo violencia a su santuario;
destruyó el lugar de las reuniones.
El Señor hizo que en Sión se olvidaran
las fiestas y los sábados.
En el ardor de su enojo,
rechazó al rey y al sacerdote.
7 El Señor ha rechazado su altar,
ha despreciado su santuario;
ha entregado en poder del enemigo
las murallas que protegían la ciudad.
¡Hay un griterío en el templo del Señor,
como si fuera día de fiesta!
8 El Señor decidió derrumbar
las murallas de la bella Sión.
Trazó el plan de destrucción
y lo llevó a cabo sin descanso.
Paredes y murallas, que él ha envuelto en luto,
se han venido abajo al mismo tiempo.
9 La ciudad no tiene puertas ni cerrojos:
¡quedaron destrozados, tirados por el suelo!
Su rey y sus gobernantes están entre paganos;
ya no existe la ley de Dios.
¡Ni siquiera sus profetas tienen
visiones de parte del Señor!
10 Los ancianos de la bella Sión
se sientan silenciosos en el suelo,
se echan polvo sobre la cabeza
y se visten de ropas burdas.
Las jóvenes de Jerusalén
agachan la cabeza hasta el suelo.
11 El llanto acaba con mis ojos,
y siento que el pecho me revienta;
mi ánimo se ha venido al suelo
al ver destruida la ciudad de mi gente,
al ver que hasta los niños de pecho
mueren de hambre por las calles.
12 Decían los niños a sus madres:
«¡Ya no tenemos pan ni vino!»
Y caían como heridos de muerte
por las calles de la ciudad,
exhalando el último suspiro
en brazos de sus madres.
Razones para dar esta ofrenda
8 Ahora, hermanos, queremos contarles cómo se ha mostrado la bondad de Dios en las iglesias de Macedonia. 2 A pesar de las pruebas por las que han tenido que pasar, son muy felices; y a pesar de ser muy pobres, sus ofrendas han sido tan generosas como si fueran ricos. 3 Yo soy testigo de que han ofrendado espontáneamente según sus posibilidades, y aun más allá de ellas. Por su propia iniciativa 4 nos rogaron mucho que les permitiéramos tomar parte en esta ayuda para el pueblo de Dios. 5 Y hasta hicieron más de lo que esperábamos, pues se ofrendaron a sí mismos, primero al Señor y luego a nosotros, conforme a la voluntad de Dios. 6 Por eso hemos rogado a Tito que recoja entre ustedes esta bondadosa colecta que él comenzó antes a recoger. 7 Pues ustedes, que sobresalen en todo: en fe, en facilidad de palabra, en conocimientos, en buena disposición para servir y en amor que aprendieron de nosotros, igualmente deben sobresalir en esta obra de caridad.
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.