Revised Common Lectionary (Complementary)
Confianza en el Señor
(1a) Cántico de las subidas.
130 (1b) Desde el fondo del abismo
clamo a ti, Señor:
2 ¡Escucha, Señor, mi voz!,
¡atiendan tus oídos mi grito suplicante!
3 Señor, Señor,
si tuvieras en cuenta la maldad,
¿quién podría mantenerse en pie?
4 Pero en ti encontramos perdón,
para que te honremos.
5 Con toda mi alma espero al Señor,
y confío en su palabra.
6 Yo espero al Señor
más que los centinelas a la mañana.
Así como los centinelas esperan a la mañana,
7 espera tú, Israel, al Señor,
pues en él hay amor y completa libertad.
8 ¡Él librará a Israel de toda su maldad!
4 Ésta es la historia de la creación del cielo y de la tierra.
El hombre en el jardín de Edén
Cuando Dios el Señor hizo el cielo y la tierra, 5 aún no había plantas ni había brotado la hierba, porque Dios el Señor todavía no había hecho llover sobre la tierra, ni había nadie que la trabajara. 6 Sin embargo, de la tierra salía agua que regaba todo el terreno. 7 Entonces Dios el Señor formó al hombre de la tierra misma, y sopló en su nariz y le dio vida. Así el hombre se convirtió en un ser viviente.
8 Después Dios el Señor plantó un jardín en la región de Edén, en el oriente, y puso allí al hombre que había formado. 9 Hizo crecer también toda clase de árboles hermosos que daban fruto bueno para comer. En medio del jardín puso también el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.
10 En Edén nacía un río que regaba el jardín, y que de allí se dividía en cuatro. 11 El primero se llamaba Pisón, que es el que da vuelta por toda la región de Havilá, donde hay oro. 12 El oro de esa región es fino, y también hay resina fina y piedra de ónice. 13 El segundo río se llamaba Guihón, y es el que da vuelta por toda la región de Cus. 14 El tercero era el río Tigris, que es el que pasa al oriente de Asiria. Y el cuarto era el río Éufrates.
La parábola del sembrador(A)
4 Muchos salieron de los pueblos para ver a Jesús, de manera que se reunió mucha gente. Entonces les contó esta parábola: 5 «Un sembrador salió a sembrar su semilla. Y al sembrar, una parte de la semilla cayó en el camino, y fue pisoteada, y las aves se la comieron. 6 Otra parte cayó entre las piedras; y cuando esa semilla brotó, se secó por falta de humedad. 7 Otra parte de la semilla cayó entre espinos; y al nacer juntamente, los espinos la ahogaron. 8 Pero otra parte cayó en buena tierra; y creció, y dio una buena cosecha, hasta de cien granos por semilla.»
Esto dijo Jesús, y añadió con voz muy fuerte: «¡Los que tienen oídos, oigan!»
El porqué de las parábolas(B)
9 Los discípulos le preguntaron a Jesús qué quería decir aquella parábola. 10 Les dijo: «A ustedes Dios les da a conocer los secretos de su reino; pero a los otros les hablo por medio de parábolas, para que por más que miren no vean, y por más que oigan no entiendan.
Jesús explica la parábola del sembrador(C)
11 »Esto es lo que quiere decir la parábola: La semilla representa el mensaje de Dios; 12 y la parte que cayó por el camino representa a los que oyen el mensaje, pero viene el diablo y se lo quita del corazón, para que no crean y se salven. 13 La semilla que cayó entre las piedras representa a los que oyen el mensaje y lo reciben con gusto, pero no tienen suficiente raíz; creen por algún tiempo, pero a la hora de la prueba fallan. 14 La semilla que cayó entre espinos representa a los que escuchan, pero poco a poco se dejan ahogar por las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, de modo que no llegan a dar fruto. 15 Pero la semilla que cayó en buena tierra, son las personas que con corazón bueno y dispuesto escuchan y hacen caso del mensaje y, permaneciendo firmes, dan una buena cosecha.
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.