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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Hechos 2:1-21

La venida del Espíritu en Pentecostés

Al llegar el día de Pentecostés[a] estaban todos reunidos en un mismo lugar[b]. Y de repente vino un estruendo del cielo, como si soplara un viento violento, y llenó toda la casa donde estaban sentados. Entonces aparecieron, repartidas entre ellos, lenguas como de fuego, y se asentaron sobre cada uno de ellos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en distintas lenguas, como el Espíritu les daba que hablaran.

En Jerusalén habitaban judíos, hombres piadosos de todas las naciones debajo del cielo. Cuando se produjo este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confundidos porque cada uno les oía hablar en su propio idioma. Estaban atónitos y asombrados, y decían:

—Miren, ¿no son galileos todos estos que hablan? ¿Cómo, pues, oímos nosotros cada uno en nuestro idioma en que nacimos? Partos, medos, elamitas; habitantes de Mesopotamia, de Judea y de Capadocia, del Ponto y de Asia, 10 de Frigia y de Panfilia, de Egipto y de las regiones de Libia más allá de Cirene; forasteros romanos, tanto judíos como prosélitos; 11 cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestros propios idiomas los grandes hechos de Dios.

12 Todos estaban atónitos y perplejos, y se decían unos a otros:

—¿Qué quiere decir esto?

13 Pero otros, burlándose, decían:

—Están llenos de vino nuevo.

Discurso de Pedro en Pentecostés

14 Entonces Pedro se puso de pie con los once, levantó la voz y les declaró:

—Hombres de Judea y todos los habitantes de Jerusalén, sea conocido esto a ustedes, y presten atención a mis palabras. 15 Porque estos no están embriagados, como piensan, pues es solamente como las nueve de la mañana del día. 16 Más bien, esto es lo que fue dicho por medio del profeta Joel:

17 Sucederá en los últimos días, dice Dios, que derramaré de mi Espíritu

sobre toda carne.

Sus hijos y sus hijas profetizarán,

sus jóvenes verán visiones

y sus ancianos soñarán sueños.

18 De cierto, sobre mis siervos y mis siervas

en aquellos días derramaré de mi Espíritu,

y profetizarán.

19 Daré prodigios en el cielo arriba,

y señales en la tierra abajo:

sangre, fuego y vapor de humo.

20 El sol se convertirá en tinieblas,

y la luna en sangre,

antes que venga el día del Señor, grande y glorioso.

21 Y sucederá que todo aquel

que invoque el nombre del Señor será salvo[c].

Ezequiel 37:1-14

Los huesos secos cobran vida

37 La mano del SEÑOR vino sobre mí; me llevó fuera por el Espíritu del SEÑOR y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos. Me hizo pasar junto y alrededor de ellos, y he aquí que eran muchísimos sobre la superficie del valle. Y he aquí que estaban muy secos. Entonces me preguntó:

—Oh hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos?

Y respondí:

—Oh SEÑOR Dios[a], tú lo sabes.

Entonces me dijo:

—Profetiza a estos huesos y diles: “Huesos secos, oigan la palabra del SEÑOR. Así ha dicho el SEÑOR Dios[b] a estos huesos: ‘He aquí, yo hago entrar espíritu en ustedes, y vivirán. Pondré tendones sobre ustedes, haré subir carne sobre ustedes, los cubriré de piel y pondré espíritu en ustedes; y vivirán. Y sabrán que yo soy el SEÑOR’”.

Profeticé, pues, como se me ordenó; y mientras yo profetizaba, hubo un ruido. Y he aquí un temblor, y los huesos se juntaron, cada hueso con su hueso. Miré, y he aquí que subían sobre ellos tendones y carne, y la piel se extendió encima de ellos. Pero no había espíritu en ellos. Entonces me dijo:

—Profetiza al espíritu. Profetiza, oh hijo de hombre, y di al espíritu que así ha dicho el SEÑOR Dios[c]: “Oh espíritu, ven desde los cuatro vientos y sopla sobre estos muertos, para que vivan”.

10 Profeticé como me había mandado, y el espíritu entró en ellos y cobraron vida. Y se pusieron de pie: ¡un ejército grande en extremo! 11 Luego me dijo:

—Oh hijo de hombre, estos huesos son toda la casa de Israel. He aquí que ellos dicen: “Nuestros huesos se han secado. Se ha perdido nuestra esperanza. Somos del todo destruidos”. 12 Por tanto, profetiza y diles que así ha dicho el SEÑOR Dios[d]: “He aquí, oh pueblo mío, yo abriré sus sepulcros. Los haré subir de sus sepulcros y los traeré a la tierra de Israel. 13 Y sabrán que soy el SEÑOR, cuando yo abra sus sepulcros y los haga subir de sus sepulcros, oh pueblo mío. 14 Pondré mi Espíritu en ustedes, y vivirán. Los colocaré en su propia tierra, y sabrán que yo, el SEÑOR, lo dije y lo hice”, dice el SEÑOR.

Salmos 104:24-34

24 ¡Cuán numerosas son tus obras,
oh SEÑOR!
A todas las hiciste con sabiduría;
la tierra está llena de tus criaturas.
25 Este es el mar grande y ancho,
en el cual hay peces sin número, animales grandes y pequeños.
26 Sobre él van los navíos;
allí está el Leviatán[a]
que hiciste para que jugase en él.
27 Todos ellos esperan en ti
para que les des su comida
a su tiempo.
28 Tú les das, y ellos recogen;
abres tu mano, y se sacian del bien.
29 Escondes tu rostro, y se desvanecen;
les quitas el aliento, y dejan de ser. Así vuelven a ser polvo.
30 Envías tu hálito, y son creados;
y renuevas la superficie de la tierra.
31 ¡Sea la gloria del SEÑOR
para siempre!
Alégrese el SEÑOR en sus obras.
32 Él mira la tierra, y ella tiembla; toca las montañas, y humean.
33 Cantaré al SEÑOR en mi vida;
a mi Dios cantaré salmos mientras viva.
34 Que mi meditación le sea grata
y que yo me alegre en el SEÑOR.

Salmos 104:35

35 Sean exterminados de la tierra los pecadores,
y los impíos dejen de ser.
¡Bendice, oh alma mía, al SEÑOR! ¡Aleluya!

Romanos 8:22-27

22 Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una sufre dolores de parto hasta ahora. 23 Y no solo la creación sino también nosotros, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos dentro de nosotros mismos aguardando la adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpo. 24 Porque fuimos salvos con esperanza; pero una esperanza que se ve no es esperanza, pues ¿quién sigue esperando lo que ya ve?[a]. 25 Pero si esperamos lo que no vemos, con perseverancia lo aguardamos.

26 Y asimismo, también el Espíritu nos ayuda en nuestras debilidades; porque no sabemos cómo debiéramos orar pero el Espíritu mismo intercede con gemidos indecibles. 27 Y el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque él intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios.

Hechos 2:1-21

La venida del Espíritu en Pentecostés

Al llegar el día de Pentecostés[a] estaban todos reunidos en un mismo lugar[b]. Y de repente vino un estruendo del cielo, como si soplara un viento violento, y llenó toda la casa donde estaban sentados. Entonces aparecieron, repartidas entre ellos, lenguas como de fuego, y se asentaron sobre cada uno de ellos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en distintas lenguas, como el Espíritu les daba que hablaran.

En Jerusalén habitaban judíos, hombres piadosos de todas las naciones debajo del cielo. Cuando se produjo este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confundidos porque cada uno les oía hablar en su propio idioma. Estaban atónitos y asombrados, y decían:

—Miren, ¿no son galileos todos estos que hablan? ¿Cómo, pues, oímos nosotros cada uno en nuestro idioma en que nacimos? Partos, medos, elamitas; habitantes de Mesopotamia, de Judea y de Capadocia, del Ponto y de Asia, 10 de Frigia y de Panfilia, de Egipto y de las regiones de Libia más allá de Cirene; forasteros romanos, tanto judíos como prosélitos; 11 cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestros propios idiomas los grandes hechos de Dios.

12 Todos estaban atónitos y perplejos, y se decían unos a otros:

—¿Qué quiere decir esto?

13 Pero otros, burlándose, decían:

—Están llenos de vino nuevo.

Discurso de Pedro en Pentecostés

14 Entonces Pedro se puso de pie con los once, levantó la voz y les declaró:

—Hombres de Judea y todos los habitantes de Jerusalén, sea conocido esto a ustedes, y presten atención a mis palabras. 15 Porque estos no están embriagados, como piensan, pues es solamente como las nueve de la mañana del día. 16 Más bien, esto es lo que fue dicho por medio del profeta Joel:

17 Sucederá en los últimos días, dice Dios, que derramaré de mi Espíritu

sobre toda carne.

Sus hijos y sus hijas profetizarán,

sus jóvenes verán visiones

y sus ancianos soñarán sueños.

18 De cierto, sobre mis siervos y mis siervas

en aquellos días derramaré de mi Espíritu,

y profetizarán.

19 Daré prodigios en el cielo arriba,

y señales en la tierra abajo:

sangre, fuego y vapor de humo.

20 El sol se convertirá en tinieblas,

y la luna en sangre,

antes que venga el día del Señor, grande y glorioso.

21 Y sucederá que todo aquel

que invoque el nombre del Señor será salvo[c].

Juan 15:26-27

26 “Pero cuando venga el Consolador, el Espíritu de verdad que yo les enviaré de parte del Padre, el cual procede del Padre, él dará testimonio de mí. 27 Además, ustedes también testificarán porque han estado conmigo desde el principio.

Juan 16:4-15

Sin embargo, les he dicho estas cosas para que, cuando venga su hora, se acuerden de ellas, que yo se las dije.

El ministerio del Espíritu Santo

“Sin embargo, no les dije esto al principio porque yo estaba con ustedes. Pero ahora voy al que me envió, y ninguno de ustedes me pregunta: ‘¿A dónde vas?’. Más bien, porque les he dicho esto, su corazón se ha llenado de tristeza. Pero yo les digo la verdad: Les conviene que yo me vaya; porque si no me voy el Consolador no vendrá a ustedes. Y si yo voy, se lo enviaré.

“Cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. En cuanto a pecado, porque no creen en mí; 10 en cuanto a justicia, porque me voy al Padre y no me verán más; 11 y en cuanto a juicio, porque el príncipe de este mundo ha sido juzgado.

12 “Todavía tengo que decirles muchas cosas, pero ahora no las pueden sobrellevar. 13 Y cuando venga el Espíritu de verdad, él los guiará a toda la verdad pues no hablará por sí solo sino que hablará todo lo que oiga y les hará saber las cosas que han de venir. 14 Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y les hará saber. 15 Todo lo que tiene el Padre es mío. Por esta razón dije que recibirá de lo mío y se lo hará saber.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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