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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Salmos 4

Oración para la hora de acostarse

Al músico principal. Con Neguinot[a]. Salmo de David.

¡Respóndeme cuando clamo,
oh Dios de mi justicia[b]!
Tú que en la angustia ensanchaste
mi camino,
ten misericordia de mí
y oye mi oración.
Oh hijos del hombre,
¿hasta cuándo convertirán mi honra en infamia, amarán la vanidad y buscarán el engaño? Selah[c]
Sepan que el SEÑOR ha apartado al piadoso para sí;
el SEÑOR oirá cuando yo clame a él.
Tiemblen y no pequen.
Reflexionen en su corazón sobre
su cama y estén en silencio. Selah[d]
Ofrezcan sacrificios de justicia
y confíen en el SEÑOR.
Muchos dicen:
“¿Quién nos mostrará el bien?”. Haz brillar sobre nosotros, oh SEÑOR, la luz de tu rostro.
Tú has dado tal alegría a mi corazón que sobrepasa a la alegría que ellos tienen con motivo de su siega y de su vendimia.
En paz me acostaré y dormiré; porque solo tú, oh SEÑOR,
me haces vivir seguro.

Daniel 10:2-19

En aquellos días yo, Daniel, estaba de duelo durante tres semanas. No comí manjares delicados ni carne ni vino entraron en mi boca ni me ungí con aceite, hasta que se cumplieron tres semanas.

En el día veinticuatro del mes primero[a] estaba yo a la orilla del gran río Tigris. Entonces alcé mis ojos y miré, y he aquí un hombre vestido de lino, cuyos lomos estaban ceñidos con oro de Ufaz. Su cuerpo era como crisólito y su rostro como el aspecto del relámpago. Sus ojos eran como antorchas de fuego, y sus brazos y sus piernas como bronce bruñido, y el sonido de sus palabras como el estruendo de una multitud.

Solo yo, Daniel, vi la visión, y no la vieron los hombres que estaban conmigo. Sin embargo, cayó sobre ellos gran temor y huyeron para esconderse. Yo, pues, quedé solo y vi esta gran visión. No quedaron fuerzas en mí; más bien, mi vigor se convirtió en debilidad y no retuve mi fuerza. Luego oí el sonido de sus palabras; y al oír el sonido de sus palabras, caí adormecido sobre mi rostro, con mi rostro en tierra.

Revelación del conflicto celestial

10 Entonces he aquí, una mano me tocó e hizo que temblando me pusiera sobre mis rodillas y sobre las palmas de mis manos. 11 Y me dijo:

—Daniel, hombre muy amado, presta atención a las palabras que te hablaré. Ponte de pie, porque a ti he sido enviado ahora.

Mientras hablaba conmigo, me puse de pie temblando. 12 Y me dijo:

—Daniel, no temas, porque tus palabras han sido oídas desde el primer día que dedicaste tu corazón a entender y a humillarte en presencia de tu Dios. Yo he venido a causa de tus palabras. 13 El príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí que Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme; y quedé allí con los reyes de Persia. 14 He venido, pues, para hacerte entender lo que ha de acontecer a tu pueblo en los últimos días; porque la visión es aún para días.

15 Mientras hablaba conmigo tales palabras, puse mi rostro en tierra y enmudecí. 16 Pero he aquí que alguien semejante a un hijo[b] del hombre tocó mis labios. Entonces abrí mi boca y hablé; dije a aquel que estaba delante de mí:

—Señor mío, junto con la visión me han sobrevenido dolores y no me han quedado fuerzas. 17 ¿Cómo, pues, podrá el siervo de mi señor hablar con mi señor? Porque desde ahora me faltan las fuerzas y no me ha quedado aliento.

18 Entonces aquel que era semejante a un hombre me tocó otra vez y me fortaleció. 19 Y me dijo:

—Hombre muy amado, no temas; la paz sea contigo. Esfuérzate y sé valiente[c].

Mientras hablaba conmigo, recobré el vigor y dije:

—Hable mi señor, porque me has fortalecido.

1 Juan 2:26-28

26 Les he escrito esto acerca de los que los engañan. 27 Y en cuanto a ustedes, la unción que han recibido de él permanece en ustedes, y no tienen necesidad de que alguien les enseñe. Pero, como la misma unción les enseña acerca de todas las cosas, y es verdadera y no falsa, así como les enseñó, permanezcan en él.

Los hijos de Dios

28 Ahora, hijitos, permanezcan en él para que, cuando aparezca, tengamos confianza y no nos avergoncemos delante de él en su venida.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

Version Reina Valera Actualizada, Copyright © 2015 by Editorial Mundo Hispano