Revised Common Lectionary (Complementary)
Salmo de David.
23 El Señor es mi pastor, nada me falta;
2 en verdes pastos me hace descansar.
Junto a tranquilas aguas me conduce;
3 me infunde nuevas fuerzas.
Me guía por sendas de justicia
por amor a su nombre.
4 Aun si voy por valles tenebrosos,
no temo peligro alguno
porque tú estás a mi lado;
tu vara de pastor me reconforta.
5 Dispones ante mí un banquete
en presencia de mis enemigos.
Has ungido con perfume mi cabeza;
has llenado mi copa a rebosar.
6 La bondad y el amor me seguirán
todos los días de mi vida;
y en la casa del Señor
habitaré para siempre.
Profecía contra Jerusalén
22 Profecía contra el valle de la Visión:
¿Qué te pasa ahora,
que has subido a las azoteas,
2 ciudad llena de disturbios,
de tumultos y parrandas?
Tus víctimas no cayeron a filo de espada
ni murieron en batalla.
3 Todos tus jefes huyeron juntos,
pero fueron capturados
sin haber disparado el arco.
Todos tus prisioneros fueron capturados
mientras trataban de huir.
4 Por eso dije: «Apartaos de mí;
voy a llorar amargamente.
No insistáis en consolarme:
¡la hija de mi pueblo ha sido destruida!»
5 El Señor, el Señor Todopoderoso,
ha decretado un día de pánico,
un día de humillación y desconcierto
en el valle de la Visión,
un día para derribar muros
y para clamar a las montañas.
6 Montado en sus carros de combate,
Elam toma la aljaba;
Quir muestra el escudo.
7 Llenos de carros de combate
están tus valles preferidos;
apostados a la puerta están los jinetes.
8 ¡Judá se ha quedado indefensa!
Aquel día os fijasteis
en el arsenal del Palacio del bosque;
Exhortación a los ancianos y a los jóvenes
5 A los ancianos que están entre vosotros, yo, que soy anciano como ellos, testigo de los sufrimientos de Cristo y partícipe con ellos de la gloria que se ha de revelar, os ruego esto: 2 cuidad como pastores el rebaño de Dios que está a vuestro cargo, no por obligación ni por ambición de dinero, sino con afán de servir, como Dios quiere. 3 No seáis tiranos con los que están a vuestro cuidado, sino sed ejemplos para el rebaño. 4 Así, cuando aparezca el Pastor supremo, recibiréis la inmarcesible corona de gloria.
5 Así mismo, jóvenes, someteos a los ancianos. Revestíos todos de humildad en vuestro trato mutuo, porque
«Dios se opone a los orgullosos,
pero da gracia a los humildes».[a]
Saludos finales
12 Con la ayuda de Silvano, a quien considero un hermano fiel, os he escrito brevemente, para animaros y confirmaros que esta es la verdadera gracia de Dios. Manteneos firmes en ella.
13 Saludos de parte de la comunidad que está en Babilonia, escogida como vosotros, y también de mi hijo Marcos. 14 Saludaos los unos a los otros con un beso de amor fraternal.
Paz a todos vosotros que estáis en Cristo.
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