Revised Common Lectionary (Complementary)
15 Voy a volverme a mi lugar hasta que reconozcan su culpa y busquen mi rostro. Y en su angustia me buscarán con diligencia”.
Llamado a la auténtica consagración
6 ¡Vengan y volvámonos al SEÑOR! Porque él arrebató pero nos sanará; él hirió pero nos vendará. 2 Él nos dará vida después de dos días; al tercer día nos levantará y viviremos delante de él. 3 Conozcamos y persistamos en conocer al SEÑOR. Segura como el alba será su salida; vendrá a nosotros como la lluvia; como la lluvia tardía regará la tierra.
4 “¿Qué haré contigo, oh Efraín? ¿Qué haré contigo, oh Judá? La lealtad de ustedes es como la nube de la mañana y como el rocío que muy temprano se desvanece. 5 Por esta razón yo los despedazaré por medio de los profetas; los mataré con los dichos de mi boca y mi juicio saldrá como la luz. 6 Porque misericordia quiero yo y no sacrificios; y conocimiento de Dios más que holocaustos.
7 “Escucha, oh pueblo mío, y hablaré; testificaré contra ti, oh Israel. Yo soy Dios, el Dios tuyo.
8 No te reprocharé con respecto
a tus sacrificios
ni a tus holocaustos, que siempre están delante de mí.
9 No tomaré toros de tu casa
ni machos cabríos de tus rediles
10 porque míos son todos los animales del bosque,
los millares del ganado
en mis montes.
11 Conozco todas las aves de las alturas,
y las criaturas del campo son mías.
12 Si yo tuviera hambre, no te lo diría a ti porque mío es el mundo y su plenitud.
13 ¿He de comer la carne de los toros? ¿He de beber la sangre de los machos cabríos?
14 ¡Ofrece a Dios sacrificio de acción
de gracias!
¡Paga tus votos al Altísimo!
15 Invócame en el día de la angustia;
yo te libraré, y tú me glorificarás”.
La promesa se cumple por la fe
13 Porque la promesa a Abraham y a su descendencia, de que sería heredero del mundo, no fue dada por medio de la ley sino por medio de la justicia de la fe. 14 Porque si los herederos son los que se basan en la ley, la fe ha sido hecha inútil y la promesa invalidada. 15 Porque la ley produce ira; pero donde no hay ley tampoco hay transgresión. 16 Por esto, proviene de la fe a fin de que sea según la gracia, para que la promesa sea firme para toda su descendencia. No para el que es solamente de la ley sino también para el que es de la fe de Abraham, quien es padre de todos nosotros 17 —como está escrito: Te he puesto por padre de muchas naciones[a]— delante de Dios, a quien él creyó, quien vivifica a los muertos y llama a las cosas que no existen como si existieran.
18 Abraham creyó contra toda esperanza, de modo que vino a ser padre de muchas naciones[b], de acuerdo con lo que le había sido dicho: Así será tu descendencia[c]. 19 Sin debilitarse en la fe, él tuvo muy en cuenta[d] su cuerpo ya muerto (pues tenía casi cien años) y la matriz muerta de Sara. 20 Pero no dudó de la promesa de Dios por falta de fe. Al contrario, fue fortalecido en su fe dando gloria a Dios, 21 plenamente convencido de que Dios, quien había prometido, era poderoso para hacerlo. 22 Por esta razón le fue contada por justicia[e].
23 Pero no solo para él fue escrito que le fue contada 24 sino también para nosotros (a quienes nos habría de ser contada), los que creemos en Dios que resucitó de entre los muertos a Jesús nuestro Señor, 25 quien fue entregado por causa de nuestras transgresiones y resucitado para nuestra justificación.
9 Pasando de allí, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, sentado en el lugar de los tributos públicos, y le dijo: “¡ Sígueme!”. Y él se levantó y lo siguió.
10 Sucedió que, estando Jesús sentado a la mesa en casa, he aquí muchos publicanos y pecadores que habían venido estaban sentados a la mesa con Jesús y sus discípulos. 11 Y cuando los fariseos lo vieron, decían a sus discípulos:
—¿Por qué come su maestro con los publicanos y pecadores?
12 Al oírlo, Jesús les dijo:
—Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos. 13 Vayan, pues, y aprendan qué significa: Misericordia quiero y no sacrificio[a]. Porque yo no he venido para llamar a justos, sino a pecadores[b].
Jesús sana a una mujer
18 Mientras él hablaba estas cosas, he aquí vino un hombre principal y se postró delante de él diciéndole:
—Mi hija acaba de morir. Pero ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá.
19 Jesús se levantó y lo siguió con sus discípulos. 20 Y he aquí una mujer que sufría de hemorragia desde hacía doce años se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; 21 porque ella pensaba dentro de sí: “Si solamente toco su vestido, seré sanada”. 22 Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo:
—Ten ánimo, hija, tu fe te ha salvado.
Y la mujer fue sanada desde aquella hora.
Jesús resucita a una niña
23 Cuando Jesús llegó a la casa del principal y vio a los que tocaban las flautas y a la multitud que hacía bullicio, 24 les dijo:
—Apártense, porque la muchacha no ha muerto, sino que duerme.
Y se burlaban de él. 25 Cuando hubieron sacado a la gente, él entró y la tomó de la mano; y la muchacha se levantó. 26 Y salió esta noticia por toda aquella tierra.
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