Revised Common Lectionary (Complementary)
Al director musical. Acompáñese con instrumentos de cuerda. Masquil de David, cuando gente de Zif fue a decirle a Saúl: «¿No estará David escondido con nosotros?».
54 ¡Ven con gran poder, Dios; y sálvame! ¡Defiéndeme con tu potencia! 2 ¡Escucha mi oración! Presta atención a mi súplica. 3 Porque gente desconocida me está atacando; hombres violentos tratan de matarme; hombres a quienes Dios no les importa.
4 Pero Dios es mi auxilio. El Señor es quien me sostiene vivo. 5 Él hará que las maldades de mis enemigos se vuelvan contra ellos mismos.
Haz como lo prometiste y acaba con estos malvados. 6 Te presentaré una ofrenda voluntaria y alabaré, Señor, tu buen nombre.
7 Dios me ha rescatado de toda mi tribulación, y me ha ayudado a triunfar sobre mis enemigos.
24 Entonces Sedequías hijo de Quenaná, se acercó a Micaías y lo golpeó en el rostro.
―¿Desde cuándo el Espíritu del Señor ha dejado de hablarme a mí, para hablarte a ti?
25 Y Micaías le respondió:
―Recibirás la respuesta a tu pregunta cuando andes escondiéndote de habitación en habitación.
26 Entonces el rey Acab ordenó que arrestaran a Micaías.
―Llévenlo a Amón, el jefe de la ciudad, y a mi hijo Joás. 27 Díganles que yo he ordenado que pongan a este individuo en la cárcel, y lo alimenten con pan y agua, sólo lo suficiente para que siga vivo hasta que yo regrese en paz.
28 ―Si tú vuelves en paz —respondió Micaías— será prueba de que el Señor no ha hablado por medio de mí.
Entonces Micaías se volvió al pueblo que estaba parado cerca, y dijo:
―¡Tomen nota de lo que he dicho!
Muerte de Acab
29 El rey Acab, de Israel, y el rey Josafat, de Judá, subieron contra Ramot de Galaad.
30 Acab le dijo a Josafat: «Usa tus ropas reales, pero yo no usaré las mías, sino que me disfrazaré». Entonces Acab se disfrazó y entró en la batalla.
31 El rey de Siria había dado orden a sus treinta y dos comandantes de los carros de guerra que concentraran los ataques contra el rey Acab. 32-33 Cuando vieron a Josafat con sus vestiduras reales, pensaron: «Este es el hombre que buscamos». Entonces lo rodearon para atacarlo. Pero cuando Josafat gritó pidiendo ayuda, ellos dejaron de perseguirlo.
34 Sin embargo, alguien disparó una flecha sin dirección y esta hizo blanco en el rey Acab, por entre las uniones de su armadura. Entonces el rey ordenó al que conducía su carro: «Sácame de aquí, pues estoy herido». 35 La batalla se hizo cada vez más intensa a medida que transcurría el día. El rey Acab, herido, permanecía de pie en su carro, frente a los sirios. Pero la sangre que manaba de su herida corría por el piso del carro. Finalmente, al atardecer, murió. 36-37 Cuando el sol se estaba poniendo, se corrió la voz por el campamento: «¡El rey ha muerto! ¡Que todos regresen a sus ciudades! ¡Que cada uno vaya a su casa!».
Fue así como murió el rey Acab. Llevaron su cuerpo a Samaria, y allí lo sepultaron. 38 Cuando su carro y su armadura fueron lavados junto al estanque de Samaria, donde las prostitutas se bañaban, los perros vinieron y lamieron la sangre del rey, tal como el Señor lo había anunciado.
39 El resto de la historia de Acab, incluyendo el relato de la construcción del palacio de marfil y las ciudades que edificó, está escrito en el libro de los reyes de Israel. 40 Acab fue sepultado entre sus antepasados, y su hijo Ocozías fue el nuevo rey de Israel.
Todo Israel será salvo
25 Quiero que conozcan bien, amados hermanos, este misterio, para que no sean arrogantes. Sí, es cierto que algunos israelitas han sido muy tercos, y esto será así hasta que los gentiles hayan creído. 26 Y después de esto, todo Israel obtendrá la salvación. Así está escrito:
«De Sion vendrá un Libertador que apartará del pueblo de Jacob la impiedad.
27 Y este será mi pacto con ellos cuando perdone sus pecados».
28 Hoy día muchos israelitas son enemigos de Dios, pero esto los ha beneficiado a ustedes. Sin embargo, Dios aún ama a los israelitas porque eligió a los patriarcas. 29 Dios jamás retira sus dádivas ni se olvida de aquellos a quienes ha elegido. 30 Antes ustedes eran rebeldes contra Dios, pero cuando los israelitas desobedecieron a Dios, él dirigió hacia ustedes su compasión. 31 De la misma manera, los que han desobedecido alcanzarán misericordia, como resultado de la misericordia de Dios hacia ustedes. 32 En conclusión, Dios encerró a israelitas y a gentiles en la desobediencia, para tener misericordia de todos.
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