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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Nueva Biblia Viva (NBV)
Version
Salmos 119:169-176

169 Oh Señor, escucha mi clamor, dame el sentido común que prometiste. 170 Escucha mis plegarias. Líbrame como lo prometiste. 171 Que se llenen mis labios de alabanza, pues tú me enseñas tus decretos. 172 Que mi lengua entone un canto a tu palabra, pues todos tus mandamientos son justos. 173 Que estés listo para ayudarme, pues yo he decidido seguir tus mandamientos. 174 Oh Señor, he anhelado tu salvación, y tu ley es mi deleite. 175 Déjame vivir para alabarte; que tus leyes me ayuden.

176 Me he apartado como oveja extraviada; ven y encuéntrame, porque no me he olvidado de tus mandamientos.

1 Reyes 13:1-10

El hombre de Dios que llegó de Judá

13 Cuando Jeroboán se acercaba al altar para quemar el incienso al becerro de oro, vino un profeta de Judá, de parte del Señor, y se le acercó. Luego a una orden del Señor, el profeta gritó: «¡Altar, altar! El Señor dice que un niño llamado Josías nacerá de la línea de David, y él sacrificará sobre ti a los sacerdotes de los santuarios de las colinas que han venido aquí a quemar incienso; y los huesos de los hombres serán quemados sobre ti».

Entonces, como prueba de que su mensaje era verdadero, les dio una señal ese mismo día. Les dijo: «Este altar se partirá, y las cenizas que hay sobre él serán esparcidas».

El rey se puso furioso con el profeta por haber dicho esto. Entonces, señalando con su brazo al profeta, gritó a sus guardias: «¡Arresten a este hombre!». Pero instantáneamente el brazo del rey quedó paralizado, de modo que no podía bajarlo. En aquel mismo momento apareció una gran grieta en el altar y las cenizas se esparcieron, tal como el profeta había dicho que ocurriría, porque esta era la prueba de que Dios estaba hablando a través de él.

―¡Por favor, por favor! —gritaba el rey al profeta—, ruega al Señor tu Dios que restablezca mi brazo nuevamente.

Entonces el profeta oró al Señor, y el brazo del rey volvió a la normalidad. Entonces el rey le dijo al profeta:

―Ven a mi casa conmigo, reposa un poco y come algo, pues quiero darte un regalo.

Pero el profeta le respondió:

―Aun cuando me dieras la mitad de tu palacio, no podría ir contigo; ni tampoco comeré, ni beberé agua en este lugar. Porque el Señor me ha dado estrictas órdenes de no comer ni beber agua mientras esté aquí, y de no regresar a Judá por el camino que vine.

10 Entonces regresó por otro camino.

Romanos 3:9-20

No hay un solo justo

Bueno, ¿somos los judíos mejores que los demás? En ninguna manera. Ya hemos demostrado que todos los hombres son pecadores, ya sean judíos o gentiles.

10 Como dicen las Escrituras:

«Nadie es bueno, nadie en absoluto. 11 Nadie entiende, ninguno busca a Dios. 12 Todos han perdido el camino, nadie vive como Dios manda».

13 «Sus conversaciones están llenas de suciedad, como el hedor de una tumba abierta; sus lenguas están cargadas de engaños».

14 «Cuanto dicen está impregnado de veneno de serpientes; sus bocas están llenas de maldición y amargura».

15 «Matan con rapidez y ligereza; 16 dondequiera que van, dejan tras sí destrucción y miseria».

17 «Nunca han sabido lo que es la paz. 18 No les importa Dios ni lo temen».

19 Sabemos que esto que dice la ley, lo dice a quienes están sujetos a ella. Por eso, el mundo entero tiene que callar y todos tendrán que reconocer que el juicio de Dios es justo.

20 Y esto es así porque nadie puede alcanzar el favor de Dios por obedecer la ley, pues mientras mejor conocemos la ley de Dios más nos damos cuenta de que somos pecadores.

Nueva Biblia Viva (NBV)

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