Revised Common Lectionary (Complementary)
Al director musical. Sígase la tonada de «La canción del lagar». Salmo de Asaf.
81 ¡El Señor nos fortalece! ¡Entonemos alabanzas! ¡Cantemos al Dios de Israel! 2 Cantemos con el acompañamiento de pandereta; y de la melodiosa lira y el arpa. 3 ¡Hagamos sonar la trompeta! Vayamos a las fiestas sagradas en tiempo de luna llena, en tiempos de luna nueva. 4 Porque así lo mandan las leyes de Israel; es una ley del Dios de Jacob. 5 Él hizo que fuera una orden para Israel, cuando hirió a Egipto para liberarnos. Oí una voz desconocida que decía: 6 «Ahora aliviaré tu hombro de su carga; liberaré tus manos de sus pesadas tareas». 7 Él dijo: «En medio de tu angustia me llamaste y yo te salvé; desde el nubarrón te respondí. En Meribá puse a prueba tu fe, cuando te quejaste por falta de agua. 8 Escúchame, pueblo mío, mientras te doy serias advertencias: ¡Ay Israel, si tan sólo me escucharas! 9 No tendrás ningún dios extranjero, ni te inclinarás ante ningún dios extraño. 10 Yo soy el Señor tu Dios, quien te sacó de la tierra de Egipto. ¡Pruébame! Abre bien la boca, y verás si no la lleno. ¡Recibirás toda la bendición que necesites! 11 ¡Pero no, mi pueblo no quiere oír! Israel no me quiere a su lado. 12 Entonces los entregué a su ceguera y necedad, a que vivieran como mejor les pareciera. 13 Si mi pueblo tan sólo me escuchara, si Israel quisiera andar por mis caminos. 14 ¡Con qué rapidez sometería yo a sus enemigos! ¡Qué pronto caerían mis manos sobre los que están en su contra! 15 Los que odian al Señor se humillarían ante él, su desolación sería eterna. 16 Pero a ti te daría él los más ricos manjares. Te daría miel de la peña hasta dejarte satisfecho».
Encuentro de Rut con Booz
2 Noemí tenía un pariente de su marido en Belén que era muy rico. Se llamaba Booz.
2 Un día Rut le dijo a Noemí:
―Quizás yo pueda ir a los campos de algún hombre bondadoso para recoger algunas de las gavillas que quedan tras los segadores.
Y Noemí dijo:
―Muy bien, hija mía, ve a hacer lo que has dicho.
3 Y así lo hizo. Ocurrió que el campo en que ella entró a espigar pertenecía a Booz el pariente del marido de Noemí. 4 Booz llegó de la ciudad mientras ella estaba allí. Después de cambiar saludos con los segadores, 5 preguntó al capataz:
―¿Quién es esa muchacha que está allí?
6 El capataz le dijo:
―Es la joven moabita que volvió con Noemí. 7 Me pidió permiso esta mañana para recoger las gavillas que se les caían a los segadores, y ha estado recogiéndolas desde entonces, salvo unos pocos minutos que estuvo descansando a la sombra.
8 Booz se dirigió a ella y le dijo:
―Escucha, hija mía. Quédate aquí para espigar. No vayas a otros campos. 9 Sigue detrás de mis segadoras. Yo les he dicho a los hombres que no te molesten; y cuando tengas sed, bebe del agua que sacan los criados.
10 Ella le dio gracias de todo corazón:
―¿Cómo puedes ser tan bondadoso conmigo? —preguntó—. Tú sabes que yo tan sólo soy una extranjera.
11 ―Sí —replicó Booz—, pero sé también de todo el amor y bondad que has mostrado a tu suegra desde la muerte de tu marido, y cómo has dejado a tu padre y a tu madre en tu tierra y has venido a vivir entre nosotros como extranjera. 12 Que el Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte, te bendiga por ello.
13 ―Gracias, señor —contestó ella—, tú has sido bondadoso conmigo, aunque ni siquiera soy una de tus trabajadoras.
14 A la hora de la comida, Booz la llamó:
―Ven y come con nosotros.
Ella se sentó con los segadores y él le sirvió comida, más de la que podía comer. 15 Y cuando volvió al trabajo nuevamente, Booz les dijo a sus hombres que la dejaran espigar entre las gavillas sin prohibírselo, 16 y que dejaran caer espigas con el propósito de que ella las recogiera, y no la reprendieran. 17 Ella trabajó allí todo el día, y en la tarde, después de desgranar la cebada que había espigado la midió, y eran como veinticuatro kilos. 18 Se los llevó a la ciudad y se los dio a su suegra, juntamente con la comida que había sobrado.
19 ―¿Cómo pudiste sacar tanto? —exclamó Noemí—. ¿Dónde has estado espigando hoy? Gracias a Dios por la persona que ha sido tan bondadosa contigo.
Rut le contó a su suegra todo lo ocurrido y le dijo que el nombre del propietario del campo era Booz.
20 ―¡Que Dios lo bendiga! Dios ha seguido mostrándonos su misericordia a nosotras y también a tu marido muerto —exclamó Noemí muy emocionada—. Ese hombre es uno de nuestros parientes más cercanos. Él tiene la obligación de ayudarnos.
21 ―Me dijo que regresara y espigara muy cerca de las segadoras hasta que haya terminado la cosecha de todo el campo —añadió Rut.
22 ―¡Esto es maravilloso! —exclamó Noemí—. Haz lo que él ha dicho. Quédate con sus criadas hasta que haya terminado la cosecha. Estarás más segura allí que en cualquier otro campo.
23 Así lo hizo Rut, y espigó con ellos hasta el fin de la cosecha de la cebada, y luego durante el tiempo de la cosecha del trigo. En ese tiempo vivía con su suegra.
14 Por eso, amados hermanos, mientras esperan ustedes el cumplimiento de estas cosas, traten de vivir sin pecado y procuren vivir en paz con Dios.
15-16 Recuerden que si no ha venido todavía es porque nos está concediendo tiempo para nuestra salvación. Nuestro sabio y amado hermano Pablo ya les ha hablado de esto en muchas de sus cartas. Algunos de sus comentarios no son fáciles de entender. Por eso, los ignorantes y los inconstantes tuercen su significado (así como también el de otros pasajes de las Escrituras) con lo que se labran su propia destrucción.
17 Así que ustedes, amados hermanos, puesto que ya están apercibidos, manténganse alerta, no sea que se dejen confundir y desviar por esos perversos individuos, y pierdan su firmeza y caigan.
18 Más bien, crezcan en el amor y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
¡A él sea dada la gloria ahora y hasta la eternidad! Amén.
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