Revised Common Lectionary (Complementary)
Cántico de alabanza
96 Cantad a Jehová cántico nuevo;
Cantad a Jehová, toda la tierra.
2 Cantad a Jehová, bendecid su nombre;
Anunciad de día en día su salvación.
3 Proclamad entre las naciones su gloria,
En todos los pueblos sus maravillas.
4 Porque grande es Jehová, y digno de suprema alabanza;
Temible sobre todos los dioses.
5 Porque todos los dioses de los pueblos son meras figuras;
Pero Jehová hizo los cielos.
6 Honor y majestad delante de él;
Poder y gloria en su santuario.
7 Tributad a Jehová, oh familias de los pueblos,
Tributad a Jehová la gloria y el poder.
8 Dad a Jehová la honra debida a su nombre;
Traed ofrendas, y venid a sus atrios.
9 Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad;
Tema delante de él toda la tierra.
31 Si alguno peca contra su prójimo, y le toman juramento haciéndole jurar, y viene el juramento delante de tu altar en esta casa;
32 tú oirás desde el cielo y actuarás, y juzgarás a tus siervos, condenando al impío y haciendo recaer su proceder sobre su cabeza, y justificando al justo para darle conforme a su justicia.
33 Si tu pueblo Israel es derrotado delante de sus enemigos por haber pecado contra ti, y se vuelven a ti y confiesan tu nombre, y oran y te ruegan y suplican en esta casa,
34 tú oirás en los cielos, y perdonarás el pecado de tu pueblo Israel, y los volverás a la tierra que diste a sus padres.
35 Si el cielo se cierra y no llueve, por haber ellos pecado contra ti, y te ruegan en este lugar y confiesan tu nombre, y se vuelven del pecado, cuando los aflijas,
36 tú oirás en los cielos, y perdonarás el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, enseñándoles el buen camino en que anden; y darás lluvias sobre tu tierra, la cual diste a tu pueblo por heredad.
37 Si en la tierra hay hambre, pestilencia, tizoncillo, añublo, langosta o pulgón; si sus enemigos los sitian en la tierra en donde habiten; cualquier plaga o enfermedad que sea;
38 toda oración y toda súplica que haga cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, cuando cualquiera sienta la plaga en su corazón, y extienda sus manos a esta casa,
39 tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada, y perdonarás, y actuarás, y darás a cada uno conforme a sus caminos, cuyo corazón tú conoces (porque sólo tú conoces el corazón de todos los hijos de los hombres);
40 para que te teman todos los días que vivan sobre la faz de la tierra que tú diste a nuestros padres.
Jesucristo cura a un endemoniado
31 Descendió a Capernaúm, ciudad de Galilea; y en sábado les estaba enseñando;
32 y se quedaban asombrados de su enseñanza, porque su palabra era con autoridad.
33 Había en la sinagoga un hombre poseído por el espíritu de un demonio inmundo, y gritó con voz muy fuerte:
34 ¡Ah! ¿Qué tenemos que ver contigo, Jesús nazareno? ¿Has venido a destruirnos? Ya sé quién eres tú: el Santo de Dios.
35 Jesús entonces le increpó, diciendo: Cállate y sal de él. Y el demonio, arrojándole en medio, salió de él sin hacerle ningún daño.
36 Todos quedaron sobrecogidos de estupor, y se decían unos a otros: ¿Qué manera de hablar es ésta, que manda con autoridad y poder a los espíritus inmundos, y salen?
37 Y su fama se extendía por todos los lugares de los contornos.
Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.