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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Salmos 113

113 ¡Alabado sea el Señor!

Sí, alábenle, oh siervos del Señor,
    ¡alaben el nombre del Señor!
Bendito sea el nombre del Señor
    ahora y para siempre.
En todas partes—del oriente al occidente—,
    alaben el nombre del Señor.
Él está por encima de las naciones;
    su gloria es más alta que los cielos.

¿Quién puede compararse con el Señor nuestro Dios,
    quien está entronizado en las alturas?
Él se inclina para mirar
    el cielo y la tierra.
Levanta del polvo a los pobres,
    y a los necesitados, del basurero.
Los pone entre príncipes,
    ¡incluso entre los príncipes de su propio pueblo!
A la mujer sin hijos le da una familia
    y la transforma en una madre feliz.

¡Alabado sea el Señor!

Génesis 30:1-24

30 Cuando Raquel vio que no podía darle hijos a Jacob, tuvo celos de su hermana. Le rogaba a Jacob:

—¡Dame hijos o moriré!

Entonces Jacob se puso furioso con Raquel.

—¿Acaso yo soy Dios?—le dijo—. ¡Él es el que no te ha permitido tener hijos!

Entonces Raquel le dijo:

—Toma a mi sierva, Bilha, y duerme con ella. Ella dará a luz hijos por mí,[a] y a través de ella yo también podré tener una familia.

Entonces Raquel entregó a su sierva Bilha como esposa para Jacob, y él durmió con ella. Bilha quedó embarazada y le dio a Jacob un hijo. Raquel le puso por nombre Dan,[b] porque dijo: «¡Dios me ha hecho justicia! Oyó mi petición y me dio un hijo». Luego Bilha volvió a embarazarse y dio a Jacob un segundo hijo. Raquel le puso por nombre Neftalí,[c] porque dijo: «He luchado mucho con mi hermana, ¡y estoy ganando!».

Mientras tanto, Lea se dio cuenta de que ya no quedaba embarazada, entonces tomó a su sierva, Zilpa, y la entregó a Jacob como esposa. 10 Pronto Zilpa le dio un hijo a Jacob. 11 Lea le puso por nombre Gad,[d] porque dijo: «¡Qué afortunada soy!». 12 Entonces Zilpa dio a Jacob un segundo hijo, 13 y Lea le puso por nombre Aser,[e] porque dijo: «¡Qué alegría que tengo! Ahora las demás mujeres celebrarán conmigo».

14 Cierto día, durante la cosecha de trigo, Rubén encontró algunas mandrágoras que crecían en el campo y se las llevó a su madre, Lea. Raquel le suplicó a Lea:

—Por favor, dame algunas de las mandrágoras que te trajo tu hijo.

15 —¿No fue suficiente que me robaras a mi marido? ¿Ahora también te robarás las mandrágoras de mi hijo?—le respondió Lea con enojo.

Raquel contestó:

—Dejaré que Jacob duerma contigo esta noche si me das algunas mandrágoras.

16 Así que, al atardecer, cuando Jacob regresaba de los campos, Lea salió a su encuentro. «¡Debes venir a dormir conmigo esta noche!—le dijo ella—. Pagué por ti con algunas mandrágoras que encontró mi hijo». Por lo tanto, esa noche él durmió con Lea; 17 y Dios contestó las oraciones de Lea, y ella volvió a quedar embarazada y dio a luz un quinto hijo a Jacob. 18 Ella le puso por nombre Isacar,[f] porque dijo: «Dios me ha recompensado por haber dado a mi sierva como esposa a mi marido». 19 Luego Lea quedó embarazada de nuevo y dio a luz un sexto hijo a Jacob. 20 Le puso por nombre Zabulón,[g] porque dijo: «Dios me ha dado una buena recompensa. Ahora mi marido me tratará con respeto, porque le he dado seis hijos». 21 Más adelante, ella dio a luz una hija y le puso por nombre Dina.

22 Después Dios se acordó de la dificultad de Raquel y contestó sus oraciones permitiéndole tener hijos. 23 Ella quedó embarazada y dio a luz un hijo. «Dios ha quitado mi deshonra», dijo ella. 24 Y le puso por nombre José,[h] porque dijo: «Que el Señor añada aún otro hijo a mi familia».

Romanos 8:18-30

La gloria futura

18 Sin embargo, lo que ahora sufrimos no es nada comparado con la gloria que él nos revelará más adelante. 19 Pues toda la creación espera con anhelo el día futuro en que Dios revelará quiénes son verdaderamente sus hijos. 20 Contra su propia voluntad, toda la creación quedó sujeta a la maldición de Dios. Sin embargo, con gran esperanza, 21 la creación espera el día en que será liberada de la muerte y la descomposición, y se unirá a la gloria de los hijos de Dios. 22 Pues sabemos que, hasta el día de hoy, toda la creación gime de angustia como si tuviera dolores de parto; 23 y los creyentes también gemimos—aunque tenemos al Espíritu Santo en nosotros como una muestra anticipada de la gloria futura—porque anhelamos que nuestro cuerpo sea liberado del pecado y el sufrimiento. Nosotros también deseamos con una esperanza ferviente que llegue el día en que Dios nos dé todos nuestros derechos como sus hijos adoptivos,[a] incluido el nuevo cuerpo que nos prometió. 24 Recibimos esa esperanza cuando fuimos salvos. (Si uno ya tiene algo, no necesita esperarlo; 25 pero si deseamos algo que todavía no tenemos, debemos esperar con paciencia y confianza).

26 Además, el Espíritu Santo nos ayuda en nuestra debilidad. Por ejemplo, nosotros no sabemos qué quiere Dios que le pidamos en oración, pero el Espíritu Santo ora por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. 27 Y el Padre, quien conoce cada corazón, sabe lo que el Espíritu dice, porque el Espíritu intercede por nosotros, los creyentes,[b] en armonía con la voluntad de Dios. 28 Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen[c] para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos. 29 Pues Dios conoció a los suyos de antemano y los eligió para que llegaran a ser como su Hijo, a fin de que su Hijo fuera el hijo mayor[d] entre muchos hermanos. 30 Después de haberlos elegido, Dios los llamó para que se acercaran a él; y una vez que los llamó, los puso en la relación correcta con él; y luego de ponerlos en la relación correcta con él, les dio su gloria.

Nueva Traducción Viviente (NTV)

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