Revised Common Lectionary (Complementary)
7 Así ha dicho Jehová:
«Regocijaos en Jacob con alegría;
dad voces de júbilo a la cabeza de naciones.
¡Haced oír, alabad y decid:
“Salva, Jehová, a tu pueblo,
el resto de Israel”!
8 Yo los hago volver de la tierra del norte,
los reuniré de los extremos de la tierra;
entre ellos, juntamente, a ciegos y a cojos,
a la mujer que está encinta y a la que dio a luz.
En gran compañía volverán acá.
9 Irán con llanto,
mas con misericordia los haré volver
y los haré andar junto a arroyos de aguas,
por camino derecho en el cual no tropezarán,
porque yo soy el padre de Israel,
y Efraín es mi primogénito.
Testimonio de la restauración
Cántico gradual
126 Cuando Jehová hizo volver de la cautividad a Sión,
fuimos como los que sueñan.
2 Entonces nuestra boca se llenó de risa
y nuestra lengua de alabanza.
Entonces decían entre las naciones:
«¡Grandes cosas ha hecho Jehová con estos!»
3 ¡Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros!
¡Estamos alegres!
4 ¡Haz volver nuestra cautividad, Jehová,
como los arroyos del Neguev!
5 Los que sembraron con lágrimas,
con regocijo segarán.
6 Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla,
pero al volver vendrá con regocijo trayendo sus gavillas.
23 Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podían continuar; 24 pero éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable. 25 Por eso puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
26 Tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores y hecho más sublime que los cielos; 27 que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo, porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. 28 La Ley constituye sumos sacerdotes a hombres débiles; pero la palabra del juramento, posterior a la Ley, constituye al Hijo, hecho perfecto para siempre.
El ciego Bartimeo recibe la vista(A)
46 Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él, sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo, el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino, mendigando. 47 Al oír que era Jesús nazareno, comenzó a gritar:
—¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!
48 Y muchos lo reprendían para que callara, pero él clamaba mucho más:
—¡Hijo de David, ten misericordia de mí!
49 Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarlo; y llamaron al ciego, diciéndole:
—Ten confianza; levántate, te llama.
50 Él entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús. 51 Jesús le preguntó:
—¿Qué quieres que te haga?
El ciego le dijo:
—Maestro, que recobre la vista.
52 Jesús le dijo:
—Vete, tu fe te ha salvado.
Al instante recobró la vista, y seguía a Jesús por el camino.
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