Revised Common Lectionary (Complementary)
Canción de las gradas: de David.
1 Al no haber estado el SEÑOR por nosotros, diga ahora Israel:
2 Al no haber estado el SEÑOR por nosotros, cuando se levantaron contra nosotros los hombres,
3 vivos nos habrían entonces tragado, cuando se encendió su furor contra nosotros.
4 Entonces nos habrían inundado las aguas; sobre nuestra alma hubiera pasado el torrente;
5 hubieran entonces pasado sobre nuestra alma las aguas soberbias.
6 ¶ Bendito el SEÑOR, que no nos dio por presa a sus dientes.
7 Nuestra alma escapó cual ave del lazo de los cazadores; se quebró el lazo, y escapamos nosotros.
8 Nuestro socorro es en el Nombre del SEÑOR, que hizo el cielo y la tierra.
8 ¶ Y se acordó Dios de Noé, y de todos los animales, y de todas las bestias que estaban con él en el arca; e hizo pasar Dios un viento sobre la tierra, y cesaron las aguas.
2 Y se cerraron las fuentes del abismo, y las ventanas de los cielos; y la lluvia de los cielos fue detenida.
3 Y se tornaron las aguas de sobre la tierra, yendo y volviendo; y decrecieron las aguas al cabo de ciento cincuenta días.
4 ¶ Y reposó el arca en el mes séptimo, a los diecisiete días del mes, sobre los montes de Armenia.
5 Y las aguas fueron decreciendo hasta el mes décimo; en el décimo, al primero del mes, se descubrieron las cabezas de los montes.
6 ¶ Y fue, que al cabo de cuarenta días, Noé abrió la ventana del arca que había hecho,
7 y envió al cuervo, el cual salió, y estuvo yendo y tornando hasta que las aguas se secaron de sobre la tierra.
8 Envió también de sí a la paloma, para ver si las aguas se habían aliviado de sobre la faz de la tierra;
9 y no halló la paloma donde reposar la planta de su pie, y se volvió a él al arca, porque las aguas estaban aún sobre la faz de toda la tierra. Y él extendió su mano y la tomó, la metió consigo en el arca.
10 Y esperó aún otros siete días, y volvió a enviar la paloma del arca.
11 Y la paloma volvió a él a la hora de la tarde; y he aquí que traía una hoja de oliva tomada en su boca; y entendió Noé que las aguas se habían aliviado de sobre la tierra.
12 Y esperó aún otros siete días, y envió la paloma, la cual no tornó a volver a él más.
13 ¶ Y fue, que en el año seiscientos uno de Noé, en el mes primero, al primero del mes, las aguas se enjugaron de sobre la tierra y quitó Noé la cubierta del arca, y miró, y he aquí que la faz de la tierra estaba seca.
14 Y en el mes segundo, a los veintisiete días del mes, se secó la tierra.
15 ¶ Y habló Dios a Noé diciendo:
16 Sal del arca tú, y tu mujer, y tus hijos, y las mujeres de tus hijos contigo.
17 Todos los animales que están contigo de toda carne, de aves y de bestias y de toda criatura que anda arrastrándose sobre la tierra, sacarás contigo; y vayan por la tierra, y fructifiquen, y multiplíquense sobre la tierra.
18 Entonces salió Noé, y sus hijos, y su mujer, y las mujeres de sus hijos con él.
19 Todos los animales, y toda criatura, y toda ave, todo lo que se mueve sobre la tierra según sus especies, salieron del arca.
6 ¶ ¿Pues qué diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia crezca?
2 En ninguna manera. Porque los que somos muertos al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?
3 ¿O no sabéis que todos los que somos bautizados en el Cristo Jesús, somos bautizados en su muerte?
4 Porque somos sepultados juntamente con él a muerte por el bautismo; para que como el Cristo resucitó de los muertos a gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida.
5 Porque si fuimos plantados juntamente en él a la semejanza de su muerte, también lo seremos a la de su resurrección;
6 convencidos que nuestro viejo hombre juntamente fue colgado en el madero con él, para que el cuerpo del pecado sea deshecho, a fin de que no sirvamos más al pecado.
7 Porque el que es muerto, justificado es del pecado.
8 Y si morimos con el Cristo, creemos que también viviremos con él;
9 seguros de que el Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñoreará más de él.
10 Porque el que es muerto, al pecado murió una vez; y el que vive, a Dios vive.
11 Así también vosotros, pensad que vosotros de cierto sois muertos al pecado; mas que vivís a Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
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