Revised Common Lectionary (Complementary)
Jehová redimirá a Israel
Cántico gradual
130 De lo profundo, Jehová, a ti clamo.
2 Señor, oye mi voz;
estén atentos tus oídos
a la voz de mi súplica.
3 Jah, si miras los pecados,
¿quién, Señor, podrá mantenerse?
4 Pero en ti hay perdón,
para que seas reverenciado.
5 Esperé yo en Jehová;
esperó mi alma,
en su palabra he esperado.
6 Mi alma espera en Jehová
más que los centinelas la mañana,
más que los vigilantes la mañana.
7 Espere Israel en Jehová,
porque en Jehová hay misericordia
y abundante redención con él.
8 Él redimirá a Israel
de todos sus pecados.
4 Éstos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados.
Adán y Eva en el Edén
Cuando Jehová Dios hizo la tierra y los cielos, 5 aún no había ninguna planta del campo sobre la tierra ni había nacido ninguna hierba del campo, porque Jehová Dios todavía no había hecho llover sobre la tierra ni había hombre para que labrara la tierra, 6 sino que subía de la tierra un vapor que regaba toda la faz de la tierra. 7 Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, sopló en su nariz aliento de vida y fue el hombre un ser viviente.
8 Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente, y puso allí al hombre que había formado. 9 E hizo Jehová Dios nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista y bueno para comer; también el árbol de la vida en medio del huerto, y el árbol del conocimiento del bien y del mal.
10 Salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos. 11 El primero se llama Pisón; es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro. 12 El oro de aquella tierra es bueno; y hay allí también bedelio y ónice. 13 El segundo río se llama Gihón; es el que rodea toda la tierra de Cus. 14 El tercer río se llama Hidekel; es el que va al oriente de Asiria. El cuarto río es el Éufrates.
Parábola del sembrador(A)
4 Juntándose una gran multitud y los que de cada ciudad venían a él, les dijo por parábola:
5 «El sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte cayó junto al camino, fue pisoteada y las aves del cielo se la comieron. 6 Otra parte cayó sobre la piedra y, después de nacer, se secó, porque no tenía humedad. 7 Otra parte cayó entre espinos, y los espinos que nacieron juntamente con ella la ahogaron. 8 Y otra parte cayó en buena tierra, nació y llevó fruto a ciento por uno.»
Hablando estas cosas, decía con fuerte voz: «El que tiene oídos para oír, oiga.»
9 Sus discípulos le preguntaron:
—¿Qué significa esta parábola?
10 Él dijo:
—A vosotros os es dado conocer los misterios del reino de Dios, pero a los otros por parábolas, para que viendo no vean y oyendo no entiendan.
11 »Ésta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios. 12 Los de junto al camino son los que oyen, pero luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra para que no crean y se salven. 13 Los de sobre la piedra son los que, habiendo oído, reciben la palabra con gozo, pero no tienen raíces; creen por algún tiempo, pero en el tiempo de la prueba se apartan. 14 La que cayó entre espinos son los que oyen pero luego se van y son ahogados por las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto. 15 Pero la que cayó en buena tierra son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.
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