Revised Common Lectionary (Complementary)
15 Tú lo sabes, oh Jehová; acuérdate de mí, y visítame, y véngame de mis enemigos. No me dejes perecer en la prolongación de tu enojo; sabes que por amor de ti sufro afrenta.
16 Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tus palabras fueron para mí un gozo y la alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos.
17 No me senté en compañía de gente alegre, ni me regocijé; me senté solo por causa de tu mano, porque me llenaste de indignación.
18 ¿Por qué es perpetuo mi dolor, y mi herida desahuciada hasta rehusar curación? ¿Serás para mí como arroyo ilusorio, como aguas que no son estables?
Dios consuela a Jeremías
19 Por tanto, así dice Jehová: Si te vuelves, yo te restauraré y delante de mí estarás; y si entresacas lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Que se vuelvan ellos a ti, y tú no te vuelvas a ellos.
20 Y te pondré en este pueblo por muro fortificado de bronce, y pelearán contra ti, pero no prevalecerán contra ti; porque yo estoy contigo para guardarte y para librarte, dice Jehová.
21 Y te libraré de la mano de los malvados, y te redimiré de la mano de los terribles.
Declaración de integridad
Salmo de David.
26 Júzgame, oh Jehová, porque yo en mi integridad he andado;
He confiado asimismo en Jehová sin titubear.
2 Escudríñame, oh Jehová, y pruébame;
Examina mis íntimos pensamientos y mi corazón.
3 Porque tu misericordia está delante de mis ojos,
Y ando en tu verdad.
4 No me he sentado con hombres hipócritas,
Ni entré con los que andan simuladamente.
5 Aborrecí la reunión de los malignos,
Y con los impíos nunca me senté.
6 Lavaré en inocencia mis manos,
Y así andaré alrededor de tu altar, oh Jehová,
7 Haciendo resonar mi voz de acción de gracias,
Y proclamando todas tus maravillas.
8 Jehová, la habitación de tu casa he amado,
Y el lugar de la morada de tu gloria.
9 El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, adheríos a lo bueno.
10 Amaos entrañablemente los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honor, dando la preferencia los unos a los otros.
11 En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor;
12 gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración;
13 compartiendo las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad.
14 Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis.
15 Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran.
16 Tened unanimidad de sentimientos entre vosotros; no con altivez de sentimientos, sino condescendiendo con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión.
17 No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres.
18 Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.
19 No os venguéis vosotros mismos, amados, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.
20 Así que, si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber; pues haciendo esto, amontonarás sobre su cabeza carbones encendidos.
21 No seas vencido por el mal, sino vence con el bien el mal.
Jesucristo anuncia su muerte
21 Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que él debía ir a Jerusalén y padecer mucho de parte de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día.
22 Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, no lo permita Dios; en ninguna manera te suceda esto.
23 Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque tus sentimientos no son los de Dios, sino los de los hombres.
24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame.
25 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.
26 Porque, ¿qué provecho sacará el hombre de ganar el mundo entero, si pierde su alma? ¿O qué dará un hombre a cambio de su alma?
27 Porque el Hijo del Hombre ha de venir en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a su conducta.
28 De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que hayan visto venir en su reino al Hijo del Hombre.
Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.