Revised Common Lectionary (Complementary)
8 Clemente y misericordioso es Jehová,
lento para la ira y grande en misericordia.
9 Bueno es Jehová para con todos,
y sus misericordias sobre todas sus obras.
10 ¡Te alaben, Jehová, todas tus obras,
y tus santos te bendigan!
11 La gloria de tu reino digan
y hablen de tu poder,
12 para hacer saber sus poderosos hechos a los hijos de los hombres
y la gloria de la magnificencia de su reino.
13 Tu reino es reino de todos los siglos
y tu señorío por todas las generaciones.
14 Sostiene Jehová a todos los que caen
y levanta a todos los oprimidos.
El candelabro de oro y los olivos
4 Volvió el ángel que hablaba conmigo, y me despertó como a un hombre a quien se despierta de su sueño. 2 Y me preguntó:
—¿Qué ves?
Respondí:
—Veo un candelabro de oro macizo, con un depósito arriba, con sus siete lámparas y siete tubos para las lámparas que están encima de él. 3 Junto al candelabro hay dos olivos, el uno a la derecha del depósito y el otro a su izquierda.
4 Proseguí y pregunté a aquel ángel que hablaba conmigo:
—¿Qué es esto, señor mío?
5 Y el ángel que hablaba conmigo me respondió:
—¿No sabes qué es esto?
Le dije:
—No, señor mío.
6 Entonces siguió diciéndome:
«Ésta es palabra de Jehová para Zorobabel, y dice:
“No con ejército, ni con fuerza,
sino con mi espíritu,
ha dicho Jehová de los ejércitos.
7 ¿Quién eres tú, gran monte?
Delante de Zorobabel serás reducido a llanura;
él sacará la primera piedra entre aclamaciones de:
¡Qué bella, qué bella es!”
Jesús se regocija(A)
21 En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: «Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó.
22 »Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.»
23 Y volviéndose a los discípulos, les dijo aparte:
—Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis, 24 pues os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.
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