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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Salmos 110

Salmo de David.

110 El Señor le dijo a mi Señor:[a]
    «Siéntate en el lugar de honor a mi derecha,
hasta que humille a tus enemigos
    y los ponga por debajo de tus pies».

El Señor extenderá tu poderoso reino desde Jerusalén,[b]
    y gobernarás a tus enemigos.
Cuando vayas a la guerra,
    tu pueblo te servirá por voluntad propia.
Estás envuelto en vestiduras santas,
    y tu fuerza se renovará cada día como el rocío de la mañana.

El Señor ha hecho un juramento y no romperá su promesa:
    «Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec».

El Señor está a tu derecha para protegerte;
    derribará a muchos reyes cuando estalle su enojo.
Castigará a las naciones
    y llenará de cadáveres sus territorios;
    destrozará cabezas por toda la tierra.
Pero él se refrescará en los arroyos junto al camino.
    Saldrá vencedor.

Éxodo 3:7-15

Luego el Señor le dijo:

—Ciertamente he visto la opresión que sufre mi pueblo en Egipto. He oído sus gritos de angustia a causa de la crueldad de sus capataces. Estoy al tanto de sus sufrimientos. Por eso he descendido para rescatarlos del poder de los egipcios, sacarlos de Egipto y llevarlos a una tierra fértil y espaciosa. Es una tierra donde fluyen la leche y la miel, la tierra donde actualmente habitan los cananeos, los hititas, los amorreos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos. ¡Mira! El clamor de los israelitas me ha llegado y he visto con cuánta crueldad abusan de ellos los egipcios. 10 Ahora ve, porque te envío al faraón. Tú vas a sacar de Egipto a mi pueblo Israel.

11 Pero Moisés protestó:

—¿Quién soy yo para presentarme ante el faraón? ¿Quién soy yo para sacar de Egipto al pueblo de Israel?

12 Dios contestó:

—Yo estaré contigo. Y esta es la señal para ti de que yo soy quien te envía: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, adorarán a Dios en este mismo monte.

13 Pero Moisés volvió a protestar:

—Si voy a los israelitas y les digo: “El Dios de sus antepasados me ha enviado a ustedes”, ellos me preguntarán: “¿Y cuál es el nombre de ese Dios?”. Entonces, ¿qué les responderé?

Dios le contestó a Moisés:

14 Yo Soy el que Soy.[a] Dile esto al pueblo de Israel: “Yo Soy me ha enviado a ustedes”.

15 Dios también le dijo a Moisés:

—Así dirás al pueblo de Israel: “Yahveh,[b] el Dios de sus antepasados, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado a ustedes.

Este es mi nombre eterno,
    el nombre que deben recordar por todas las generaciones”.

Juan 8:39-59

39 —¡Nuestro padre es Abraham!—declararon.

—No—respondió Jesús—, pues si realmente fueran hijos de Abraham, seguirían su ejemplo.[a] 40 En cambio, procuran matarme porque les dije la verdad, la cual oí de Dios. Abraham nunca hizo algo así. 41 No, ustedes imitan a su verdadero padre.

—¡Nosotros no somos hijos ilegítimos!—respondieron—. Dios mismo es nuestro verdadero Padre.

42 Jesús les dijo:

—Si Dios fuera su Padre, ustedes me amarían, porque he venido a ustedes de parte de Dios. No estoy aquí por mi propia cuenta, sino que él me envió. 43 ¿Por qué no pueden entender lo que les digo? ¡Es porque ni siquiera toleran oírme! 44 Pues ustedes son hijos de su padre, el diablo, y les encanta hacer las cosas malvadas que él hace. Él ha sido asesino desde el principio y siempre ha odiado la verdad, porque en él no hay verdad. Cuando miente, actúa de acuerdo con su naturaleza porque es mentiroso y el padre de la mentira. 45 Por eso, es natural que no me crean cuando les digo la verdad. 46 ¿Quién de ustedes puede, con toda sinceridad, acusarme de pecado? Y si les digo la verdad, ¿por qué, entonces, no me creen? 47 Los que pertenecen a Dios escuchan con gusto las palabras de Dios, pero ustedes no las escuchan porque no pertenecen a Dios.

48 —¡Samaritano endemoniado!—replicó la gente—. ¿No veníamos diciendo que estabas poseído por un demonio?

49 —No—dijo Jesús—, no tengo ningún demonio. Pues yo honro a mi Padre; en cambio, ustedes me deshonran a mí. 50 Y, aunque no tengo ninguna intención de glorificarme a mí mismo, Dios va a glorificarme y él es el verdadero juez. 51 Les digo la verdad, ¡todo el que obedezca mi enseñanza jamás morirá!

52 —Ahora estamos convencidos de que estás poseído por un demonio—dijo la gente—. Hasta Abraham y los profetas murieron, pero tú dices: “¡El que obedezca mi enseñanza nunca morirá!”. 53 ¿Acaso eres más importante que nuestro padre Abraham? Él murió, igual que los profetas. ¿Tú quién te crees que eres?

54 Jesús contestó:

—Si yo buscara mi propia gloria, esa gloria no tendría ningún valor, pero es mi Padre quien me glorificará. Ustedes dicen: “Él es nuestro Dios”[b] , 55 pero ni siquiera lo conocen. Yo sí lo conozco; y si dijera lo contrario, ¡sería tan mentiroso como ustedes! Pero lo conozco y lo obedezco. 56 Abraham, el padre de ustedes, se alegró mientras esperaba con ansias mi venida; la vio y se llenó de alegría.

57 Entonces la gente le dijo:

—Ni siquiera tienes cincuenta años. ¿Cómo puedes decir que has visto a Abraham?[c]

58 Jesús contestó:

—Les digo la verdad, ¡aun antes de que Abraham naciera, Yo Soy![d]

59 En ese momento, tomaron piedras para arrojárselas, pero Jesús desapareció de la vista de ellos y salió del templo.

Nueva Traducción Viviente (NTV)

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