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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Salmos 106:1-12

106 ¡Alabado sea el Señor!

¡Den gracias al Señor, porque él es bueno!
    Su fiel amor perdura para siempre.
¿Quién podrá enumerar los gloriosos milagros del Señor?
    ¿Quién podrá alabarlo lo suficiente?
Hay alegría para los que tratan con justicia a los demás
    y siempre hacen lo que es correcto.

Acuérdate de mí, Señor, cuando le muestres favor a tu pueblo;
    acércate y rescátame.
Déjame tener parte en la prosperidad de tus elegidos.
    Permite que me alegre por el gozo de tu pueblo;
    concédeme alabarte con los que son tu herencia.

Hemos pecado como nuestros antepasados.
    ¡Hicimos lo malo y actuamos de manera perversa!
Nuestros antepasados en Egipto
    no quedaron conmovidos ante las obras milagrosas del Señor.
Pronto olvidaron sus muchos actos de bondad hacia ellos;
    en cambio, se rebelaron contra él en el mar Rojo.[a]
Aun así, él los salvó:
    para defender el honor de su nombre
    y para demostrar su gran poder.
Ordenó al mar Rojo[b] que se secara
    y condujo a Israel a través del mar como si fuera un desierto.
10 Así los rescató de sus enemigos
    y los libertó de sus adversarios.
11 Después el agua volvió y cubrió a sus enemigos;
    ninguno de ellos sobrevivió.
12 Entonces el pueblo creyó las promesas del Señor
    y le cantó alabanzas.

Génesis 27:1-29

Jacob roba la bendición de Esaú

27 Cierto día, cuando Isaac ya era viejo y se estaba quedando ciego, llamó a Esaú, su hijo mayor, y le dijo:

—Hijo mío.

—¿Sí, padre?—respondió Esaú.

—Yo ya soy un hombre viejo—dijo Isaac—, y no sé cuándo moriré. Toma tu arco y una aljaba llena de flechas, y sal a campo abierto a cazar un animal para mí. Prepara mi comida preferida y tráemela aquí para que la coma. Entonces pronunciaré la bendición que te pertenece a ti, mi primer hijo varón, antes de que yo muera.

Rebeca oyó lo que Isaac le había dicho a su hijo Esaú. Entonces, cuando Esaú salió a cazar un animal, ella le dijo a su hijo Jacob:

—Escucha. Oí a tu padre decirle a Esaú: “Caza un animal y prepárame una comida deliciosa. Entonces te bendeciré en presencia del Señor antes de morir”. Ahora, hijo mío, escúchame. Haz exactamente lo que yo te diga. Vete a los rebaños y tráeme dos de los mejores cabritos. Con ellos prepararé el plato favorito de tu padre. 10 Después lleva la comida a tu padre para que se la coma y te bendiga antes de morir.

11 —Pero mira—respondió Jacob a Rebeca—, mi hermano Esaú es muy velludo; en cambio, mi piel es suave. 12 ¿Y si mi padre me toca? Entonces se dará cuenta de que intento engañarlo, y en lugar de bendecirme, me maldecirá.

13 Pero su madre respondió:

—¡Entonces que la maldición caiga sobre mí, hijo mío! Tú simplemente haz lo que te digo. ¡Sal y tráeme los cabritos!

14 Así que Jacob salió y consiguió los cabritos para su madre. Rebeca preparó con ellos un plato delicioso, tal como le gustaba a Isaac. 15 Después tomó las ropas favoritas de Esaú, que estaban allí en casa, y se las dio a su hijo menor, Jacob. 16 Con la piel de los cabritos, ella le cubrió los brazos y la parte del cuello donde él no tenía vello. 17 Luego le entregó a Jacob el plato delicioso y el pan recién horneado.

18 Entonces Jacob llevó la comida a su padre.

—¿Padre?—dijo.

—Sí, hijo mío—respondió Isaac—. ¿Quién eres, Esaú o Jacob?

19 —Soy Esaú, tu hijo mayor—contestó Jacob—. Hice tal como me pediste; aquí está lo que cacé. Ahora levántate y come, para que puedas darme tu bendición.

20 —¿Cómo es que encontraste la presa tan pronto, hijo mío?

—¡El Señor tu Dios la puso en mi camino!—contestó Jacob.

21 Entonces Isaac le dijo a Jacob:

—Acércate para que pueda tocarte y asegurarme de que de verdad eres Esaú.

22 Entonces Jacob se acercó a su padre, e Isaac lo tocó.

—La voz es la de Jacob, pero las manos son las de Esaú—dijo Isaac.

23 Sin embargo, no reconoció a Jacob porque, cuando tocó las manos de Jacob, estaban velludas como las de Esaú. Así que Isaac se preparó para bendecir a Jacob.

24 —¿De verdad eres mi hijo Esaú?—preguntó.

—Sí, lo soy—contestó Jacob.

25 Entonces Isaac dijo:

—Ahora, hijo mío, tráeme lo que cazaste. Primero comeré y después te daré mi bendición.

Entonces Jacob llevó la comida a su padre, e Isaac la comió. También bebió el vino que Jacob le sirvió. 26 Luego Isaac le dijo a Jacob:

—Acércate un poco más y dame un beso, hijo mío.

27 Así que Jacob se le acercó y le dio un beso. Entonces Isaac, al sentir el olor de la ropa, finalmente se convenció y bendijo a su hijo diciendo: «¡Ah! ¡El olor de mi hijo es como el olor del campo, que el Señor ha bendecido!

28 »Del rocío de los cielos
    y la riqueza de la tierra,
que Dios te conceda siempre abundantes cosechas de grano
    y vino nuevo en cantidad.
29 Que muchas naciones sean tus servidoras
    y se inclinen ante ti.
Que seas el amo de tus hermanos,
    y que los hijos de tu madre se inclinen ante ti.
Todos los que te maldigan serán malditos,
    y todos los que te bendigan serán bendecidos».

Romanos 16:1-16

Pablo saluda a sus amigos

16 Les encomiendo a nuestra hermana Febe, quien es diaconisa de la iglesia en Cencrea. Recíbanla en el Señor como digna de honra en el pueblo de Dios. Ayúdenla en todo lo que necesite, porque ella ha sido de ayuda para muchos, especialmente para mí.

Den mis saludos a Priscila y Aquila, mis colaboradores en el ministerio de Cristo Jesús. De hecho, ellos una vez arriesgaron la vida por mí. Yo les estoy agradecido, igual que todas las iglesias de los gentiles.[a] Den también mis saludos a la iglesia que se reúne en el hogar de ellos.

Saluden a mi querido amigo Epeneto. Él fue el primero de toda la provincia de Asia que se convirtió en seguidor de Cristo. Denle mis saludos a María, quien ha trabajado tanto por ustedes. Saluden a Andrónico y a Junias,[b] judíos como yo,[c] quienes estuvieron en la cárcel conmigo. Ellos son muy respetados entre los apóstoles y se hicieron seguidores de Cristo antes que yo. Saluden a Amplias, mi querido amigo en el Señor. Saludos también a Urbano, nuestro colaborador en Cristo, y a mi querido amigo Estaquis.

10 Saluden a Apeles, un buen hombre aprobado por Cristo. Y den mis saludos a los creyentes de la familia de Aristóbulo. 11 Saluden a Herodión, judío como yo.[d] Saluden a los de la familia de Narciso que son del Señor. 12 Den mis saludos a Trifena y Trifosa, obreras del Señor, y a la amada Pérsida, quien ha trabajado tanto para el Señor. 13 Saluden a Rufo, a quien el Señor eligió para hacerlo suyo; y también a su querida madre, quien ha sido como una madre para mí.

14 Den mis saludos a Asíncrito, Flegonte, Hermas, Patrobas, Hermes y a los hermanos que se reúnen con ellos. 15 Saluden también a Filólogo, Julia, Nereo y su hermana, y a Olimpas y a todos los creyentes[e] que se reúnen con ellos. 16 Salúdense unos a otros con un beso santo. Todas las iglesias de Cristo les envían saludos.

Nueva Traducción Viviente (NTV)

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