Revised Common Lectionary (Complementary)
He
33 SEÑOR, enséñame el camino de tus mandatos,
y yo lo seguiré hasta el fin.
34 Dame entendimiento para obedecer tus enseñanzas,
y de todo corazón yo la cumpliré.
35 Guíame por el camino de tus mandamientos,
porque en él me encuentro a gusto.
36 Pon en mí el deseo de cumplir con tus mandatos
y no el de satisfacer mis deseos egoístas.
37 Aleja de mi mente los pensamientos inútiles,
dame vida para vivir en tus caminos.
38 Cumple la promesa que le hiciste a tu siervo,
la que haces a los que te respetan.
39 Aleja de mí la vergüenza a la que temo,
porque tus órdenes son sabias y justas.
40 Yo deseo tus instrucciones,
dame vida de acuerdo a tu justicia.
La olla y la carne
24 El día diez del mes décimo del año noveno[a], el SEÑOR me habló: 2 «Hijo de hombre, escribe la fecha de hoy y la siguiente nota: El día de hoy el rey de Babilonia atacó a Jerusalén. 3 Dile al pueblo rebelde que el Señor DIOS les envía la siguiente parábola:
»Coloca la olla sobre el fuego
y ponle agua.
4 Agrégale pedazos de carne,
los mejores cortes de pierna y lomo,
y lo mejor de los huesos de la mejor oveja del rebaño.
5 Amontona leña debajo de ella
para que hierva bien el agua
y los huesos queden bien cocidos.
6 »Por lo tanto el Señor DIOS dice:
¡Ay de Jerusalén, ciudad sanguinaria!
¡Ay de esa olla oxidada cuyas manchas no se pueden quitar!
Saca todos los pedazos de carne,
pero no se los des a nadie.
7 Todavía tenía sangre en ella.
Derramaron la sangre en la piedra del altar
en vez de derramarla en el suelo
y cubrirla con polvo,[b]
como lo indica la ley.
8 Yo la coloqué sobre la piedra
para que el polvo no la cubriera,
y así se encendiera mi ira
e incitara a la venganza
del derrame de sangre inocente.
9 »Por lo tanto, dice el Señor DIOS:
¡Ay de la ciudad sanguinaria!
Yo mismo echaré más leña al fuego.
10 ¡Echa más leña y enciende el fuego!
Cocina bien la carne hasta que quede bien cocida y prepara las especias.[c]
Que se quemen bien los huesos.
11 Pon la olla vacía sobre el carbón
para que el cobre[d] esté al rojo vivo.
Que se acaben sus impurezas
y se consuma su óxido.
12 »Está tan oxidada que es imposible limpiarla.
Ni el fuego la purifica.
13 »He tratado de purificarte de tu repugnante libertinaje, pero como no has querido ser pura, ya no trataré de purificarte más, hasta que mi ira te consuma. Yo, el SEÑOR, he dicho. 14 Ha llegado la hora de hacer lo que les dije. No me detendré ni pasaré por alto nada. No tendré compasión. Recibirás el castigo por tu conducta y todas tus malas acciones. Es la decisión del Señor DIOS».
Pablo ama a los creyentes de Corinto
11 He estado hablando como un tonto, pero ustedes me han obligado a hacerlo. Ustedes son los que deberían hablar bien de mí. Aunque yo no sea nada, tampoco soy en nada inferior a esos superapóstoles. 12 Con las señales, milagros y maravillas que he hecho, les he demostrado pacientemente a ustedes que soy un apóstol. 13 ¿En qué los he tratado a ustedes menos que a las otras iglesias, excepto en que no he sido una carga para ustedes? Discúlpenme si los ofendo.
14 Ahora estoy listo para visitarlos por tercera vez, pero no seré una carga para ustedes. No busco lo que ustedes tienen, sino a ustedes mismos, porque no son los hijos los que tienen que ahorrar para sus padres, sino los padres para sus hijos. 15 Me siento feliz de gastar todo lo que tengo, incluso a mí mismo, para ayudarlos. ¿Será que entre más los quiero, menos me quieren ustedes? 16 Es muy claro que no he sido una carga para ustedes. Sin embargo, creen que yo fui astuto y me aproveché de ustedes engañándolos. 17 ¿Acaso me aproveché de ustedes por medio de alguno de los que les envié? Ustedes bien saben que no es así. 18 Le pedí a Tito que los visitara, y junto con él envié al hermano que ustedes conocen. ¿Acaso Tito los engañó? Ustedes saben que él y yo seguimos el mismo camino y tenemos el mismo propósito.
19 ¿Creen que todo este tiempo nos hemos estado defendiendo? No es así. Estamos hablando ante Dios como seguidores de Cristo. Ustedes son nuestros hermanos y todo lo que hacemos es para ayudarlos. 20 Me temo que ya no sean los mismos que yo quiero que sean, y que tampoco sea yo el que ustedes quieren que sea. Temo que entre ustedes haya disputas, envidia, egoísmo, calumnias, intrigas, orgullo y desorden. 21 Temo que cuando vaya a verlos de nuevo, Dios me humille delante de ustedes y tenga que lamentarme por los que han pecado y no han cambiado su vida, ni han dejado la impureza, la inmoralidad sexual y todo lo vergonzoso que han hecho.
© 2005, 2008, 2012, 2015 Centro Mundial de Traducción de La Biblia © 2005, 2008, 2012, 2015 Bible League International