Revised Common Lectionary (Complementary)
Para el director del coro: cántico. Salmo, acompáñese con instrumentos de cuerda.
67 Que Dios tenga misericordia y nos bendiga;
que su rostro nos sonría con favor. Interludio
2 Que se conozcan tus caminos en toda la tierra
y tu poder salvador entre los pueblos por todas partes.
3 Que las naciones te alaben, oh Dios;
sí, que todas las naciones te alaben.
4 Que el mundo entero cante de alegría,
porque tú gobiernas a las naciones con justicia
y guías a los pueblos del mundo. Interludio
5 Que las naciones te alaben, oh Dios;
sí, que todas las naciones te alaben.
6 Entonces la tierra dará sus cosechas,
y Dios, nuestro Dios, nos bendecirá en abundancia.
7 Así es, Dios nos bendecirá,
y gente de todo el mundo le temerá.
20 »Reúnanse y vengan,
fugitivos de las naciones vecinas.
¡Qué necios son los que llevan consigo sus ídolos de madera
y dirigen sus oraciones a dioses que no pueden salvarlos!
21 Consulten entre ustedes, defiendan su causa;
reúnanse y resuelvan qué decir.
¿Quién dio a conocer estas cosas desde hace mucho?
¿Cuál de los ídolos alguna vez les dijo que iban a suceder?
¿Acaso no fui yo, el Señor?
Pues no hay otro Dios aparte de mí,
un Dios justo y Salvador;
fuera de mí no hay otro.
22 ¡Que todo el mundo me busque para la salvación!,
porque yo soy Dios; no hay otro.
23 He jurado por mi propio nombre;
he dicho la verdad
y no faltaré a mi palabra:
toda rodilla se doblará ante mí,
y toda lengua me declarará su lealtad[a]».
24 La gente declarará:
«El Señor es la fuente de mi justicia y de mi fortaleza».
Y todos los que estaban enojados con él
se le acercarán y quedarán avergonzados.
25 En el Señor, todas las generaciones de Israel serán justificadas,
y en él se enorgullecerán.
El canto de Moisés y del Cordero
15 Luego vi en el cielo otro maravilloso suceso de gran importancia. Siete ángeles sostenían las últimas siete plagas, que completarían la ira de Dios. 2 Vi delante de mí algo que parecía un mar de cristal mezclado con fuego. Sobre este mar estaban de pie todos los que habían vencido a la bestia, a su estatua y al número que representa su nombre. Todos tenían arpas que Dios les había dado 3 y entonaban el canto de Moisés, siervo de Dios, y el canto del Cordero:
«Grandes y maravillosas son tus obras,
oh Señor Dios, el Todopoderoso.
Justos y verdaderos son tus caminos,
oh Rey de las naciones.[a]
4 ¿Quién no te temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Pues solo tú eres santo.
Todas las naciones vendrán y adorarán delante de ti,
porque tus obras de justicia han sido reveladas».
La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.