Revised Common Lectionary (Complementary)
Salmo[a] de Etán el ezraíta.
89 ¡Siempre cantaré acerca del amor inagotable del Señor!
Jóvenes y ancianos oirán de tu fidelidad.
2 Tu amor inagotable durará para siempre;
tu fidelidad es tan perdurable como los cielos.
3 Dijo el Señor: «Hice un pacto con David, mi siervo escogido.
Le hice este juramento:
4 “Estableceré a tus descendientes como reyes para siempre;
se sentarán en tu trono desde ahora y hasta la eternidad”». Interludio
15 Felices son los que oyen el alegre llamado a la adoración,
porque caminarán a la luz de tu presencia, Señor.
16 Todo el día se alegran de tu maravillosa fama;
se regocijan por tu justicia.
17 Tú eres la fuerza gloriosa de ellos.
A ti te agrada hacernos fuertes.
18 Así es, nuestra protección viene del Señor,
y él, el Santo de Israel, nos ha dado nuestro rey.
Setenta años de cautiverio
25 Este mensaje del Señor, para todo el pueblo de Judá, le vino a Jeremías durante el cuarto año del reinado de Joacim[a] sobre Judá. Este fue el año en que el rey Nabucodonosor[b] de Babilonia comenzó a reinar.
2 Jeremías el profeta le dijo a todo el pueblo de Judá y de Jerusalén: 3 «Durante los últimos veintitrés años—desde el año trece del reinado de Josías, hijo de Amón,[c] rey de Judá, hasta ahora—el Señor me ha estado dando sus mensajes. Yo se los he comunicado con toda fidelidad, pero ustedes no han querido escuchar.
4 »Una y otra vez, el Señor les ha enviado a sus siervos, los profetas, pero ustedes no escucharon ni prestaron atención. 5 Todas las veces el mensaje fue: “Apártense de su mal camino y de sus malas acciones. Solo entonces los dejaré vivir en esta tierra que el Señor les dio a ustedes y a sus antepasados para siempre. 6 No provoquen mi enojo al rendir culto a ídolos que ustedes hicieron con sus propias manos. Entonces no les haré ningún daño”.
7 »Pero ustedes no querían escucharme—dice el Señor—. Me pusieron furioso al rendir culto a ídolos hechos con sus propias manos y trajeron sobre ustedes todos los desastres que ahora sufren.
2 ¡Presten atención! Yo, Pablo, les digo lo siguiente: si dependen de la circuncisión para hacerse justos ante Dios, entonces Cristo no les servirá de nada. 3 Lo repito: si pretenden lograr el favor de Dios mediante la circuncisión, entonces están obligados a obedecer cada una de las ordenanzas de la ley de Moisés. 4 Pues, si ustedes pretenden hacerse justos ante Dios por cumplir la ley, ¡han quedado separados de Cristo! Han caído de la gracia de Dios.
5 Sin embargo, los que vivimos por el Espíritu esperamos con anhelo recibir por la fe la justicia que Dios nos ha prometido. 6 Pues, una vez que depositamos nuestra fe en Cristo Jesús, de nada sirve estar o no circuncidado. Lo importante es la fe que se expresa por medio del amor.
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