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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Salmos 50:7-15

«¡Pueblo mío, Israel, escúchame!
    Yo presento mi caso contra ti.
    ¡Yo soy Dios, tu Dios!
No me quejo de las ofrendas
    y sacrificios que me ofreces continuamente.
No te voy a pedir novillos de tu ganado
    ni machos cabríos de tus corrales,
10 ya que soy el dueño de todos los animales del bosque
    y del ganado que está en mil montes.
11 Yo conozco a todas las aves que habitan las montañas,
    y son míos todos los animales que se mueven en el campo.
12 Si tuviera hambre, no te lo diría,
    porque soy dueño del mundo y de todo lo que hay en él.
13 ¿Acaso me alimento yo de carne de toros
    o bebo sangre de machos cabríos?
14 Así que haz una ofrenda de agradecimiento[a] a Dios
    y cumple lo que le has prometido.
15 Llámame cuando estés angustiado,
    que yo te rescataré y tú me honrarás».

Lamentaciones 1:7-11

Jerusalén recuerda
    cuando fue lastimada y perdió su hogar.
Se acuerda de todas las cosas bellas
    que tenía en el pasado.
Se acuerda de cuando su pueblo cayó ante el poder del enemigo
    y no hubo nadie que la ayudara.
Sus enemigos la miraban
    y se burlaban de su derrota.

Jerusalén cometió un gran pecado
    y por eso se volvió impura.
Todos los que la estimaban ahora la desprecian
    porque la han visto desnuda.
Ella se lamenta
    y se aleja avergonzada.

El vestido de Jerusalén se ensució.
    Ella no pensó en su futuro.
Cuando cayó en desgracia,
    no hubo nadie que la consolara.
¡SEÑOR, mira mi sufrimiento!
    ¡Mi enemigo ha ganado!

10 El enemigo extendió su mano
    y se llevó todos los tesoros de Jerusalén.
Ella vio cómo gente de otras naciones invadían su templo.
    ¡Tú habías ordenado que esas naciones nunca entraran en nuestro templo!

11 Toda la población de Jerusalén llora amargamente
    mientras busca algo qué comer.
Están entregando sus tesoros a cambio de comida,
    para poder seguir con vida.
¡SEÑOR, mira y date cuenta
    de lo abatida que estoy!

2 Pedro 2:17-22

17 Esos falsos maestros, son como ríos sin agua y como nubes a las que se lleva el viento. Dios los ha destinado a un lugar en la más negra oscuridad. 18 Buscan impresionar a la gente con sus palabras, que en realidad no valen nada. Con sus malos deseos y consejos seducen a quienes a duras penas logran escapar de los que viven en el error. 19 Les prometen libertad, pero ellos mismos son esclavos de hábitos que los destruirán, pues uno es esclavo de aquello que lo domina. 20 Ellos escaparon del mal que hay en el mundo cuando conocieron a nuestro Señor Jesucristo, pero si son atrapados y dominados nuevamente por ese mal, terminarán peor que al principio. 21 Hubiera sido mejor para ellos no haber conocido nunca el camino correcto, que haberlo conocido y luego apartarse del camino de la justicia. 22 (A)Con esa gente se cumple lo que dice el dicho: «El perro que vomita, regresa a su mismo vómito»,[a] y: «Aunque laven al cerdo, irá de nuevo a revolcarse en el barro».

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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