Revised Common Lectionary (Complementary)
Cántico para los peregrinos que suben a Jerusalén. Salmo de David.
124 ¿Qué habría ocurrido si el Señor no hubiera estado de nuestro lado?
Que todo Israel repita:
2 ¿Qué habría ocurrido si el Señor no hubiera estado de nuestro lado
cuando nos atacaron?
3 Nos habrían tragado vivos
en el ardor de su enojo.
4 Las aguas nos habrían envuelto;
un torrente nos habría inundado.
5 Así es, las impetuosas aguas de su furia
nos habrían ahogado hasta la vida misma.
6 ¡Alaben al Señor,
quien no permitió que nos despedazaran con sus dientes!
7 Escapamos como un pájaro de la trampa del cazador;
¡la trampa se rompió y somos libres!
8 Nuestra ayuda viene del Señor,
quien hizo el cielo y la tierra.
Gloria futura de Jerusalén
54 «¡Canta, oh mujer sin hijos,
tú que nunca diste a luz!
Prorrumpe en canciones de alegría a toda voz, oh Jerusalén,
tú que nunca tuviste dolores de parto.
Pues la mujer desolada ahora tiene más hijos
que la que vive con su esposo
—dice el Señor—.
2 Agranda tu casa; construye una ampliación.
Extiende tu hogar y no repares en gastos.
3 Pues pronto estarás llena a rebosar;
tus descendientes ocuparán otras naciones
y repoblarán las ciudades en ruinas.
4 »No temas; ya no vivirás avergonzada.
No tengas temor; no habrá más deshonra para ti.
Ya no recordarás la vergüenza de tu juventud
ni las tristezas de tu viudez.
5 Pues tu Creador será tu marido;
¡el Señor de los Ejércitos Celestiales es su nombre!
Él es tu Redentor, el Santo de Israel,
el Dios de toda la tierra.
6 Pues el Señor te llamó para que te libres de tu dolor,
como si fueras una esposa joven abandonada por su marido
—dice tu Dios—.
7 Por un breve instante te abandoné,
pero con gran compasión te recibiré de nuevo.
8 En un estallido de enojo aparté de ti mi rostro por un poco de tiempo.
Pero con amor eterno tendré compasión de ti
—dice el Señor, tu Redentor—.
9 »Así como juré en tiempos de Noé
que nunca más permitiría que un diluvio cubra la tierra,
ahora también juro
que nunca más me enojaré contigo ni te castigaré.
10 Pues las montañas podrán moverse
y las colinas desaparecer,
pero aun así mi fiel amor por ti permanecerá;
mi pacto de bendición nunca será roto
—dice el Señor, que tiene misericordia de ti—.
23 »Entonces, si alguien les dice: “Miren, aquí está el Mesías” o “Allí está”, no lo crean. 24 Pues se levantarán falsos mesías y falsos profetas y realizarán grandes señales y milagros para engañar, de ser posible, aun a los elegidos de Dios. 25 Miren, que les he advertido esto de antemano.
26 »Por lo tanto, si alguien les dice: “Miren, el Mesías está en el desierto”, ni se molesten en ir a buscarlo. O bien, si les dicen: “Miren, se esconde aquí”, ¡no lo crean! 27 Pues, así como el relámpago destella en el oriente y brilla en el occidente, así será cuando venga el Hijo del Hombre.[a] 28 Así como los buitres, cuando se juntan, indican que hay un cadáver cerca, de la misma manera, esas señales revelan que el fin está cerca.[b]
29 »Inmediatamente después de la angustia de esos días,
“El sol se oscurecerá,
la luna no dará luz,
las estrellas caerán del cielo,
y los poderes de los cielos serán sacudidos”[c] .
30 Y entonces, por fin, aparecerá en los cielos la señal de que el Hijo del Hombre viene, y habrá un profundo lamento entre todos los pueblos de la tierra. Verán al Hijo del Hombre venir en las nubes del cielo con poder y gran gloria.[d] 31 Enviará a sus ángeles con un potente toque de trompeta y reunirán a los elegidos de todas partes del mundo,[e] desde los extremos más lejanos de la tierra y del cielo.
32 »Ahora, aprendan una lección de la higuera. Cuando las ramas echan brotes y comienzan a salir las hojas, ustedes saben que el verano se acerca. 33 De la misma manera, cuando vean que suceden todas estas cosas, sabrán que su regreso está muy cerca, a las puertas. 34 Les digo la verdad, no pasará esta generación[f] hasta que todas estas cosas sucedan. 35 El cielo y la tierra desaparecerán, pero mis palabras no desaparecerán jamás.
La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.