Revised Common Lectionary (Complementary)
Ruego tu ayuda
Canción de David.
1 SEÑOR, ruego tu ayuda;
escúchame cuando clamo a ti.
2 Que mi oración suba a ti como el incienso;
que mis brazos levantados hacia ti sean como el sacrificio de la tarde.
3 SEÑOR, ponle un guardia a mi boca
y un vigilante a la puerta de mis labios.
4 No permitas que mi corazón se incline a lo malo;
ni que me una a los perversos para hacer maldades.
No permitas que me junte con los que hacen el mal;
ni que coma con ellos en sus fiestas.
5 Acepto que el justo me corrija,
considero un acto de bondad que me reprenda;
yo nunca rechazaría eso.
Pero siempre seguiré tratando de hacer el bien
y no aprobaré lo que hagan los perversos.
6 Cuando sus líderes sean castigados,
se darán cuenta que yo decía la verdad.
7 La tierra se abrirá,
y sus huesos serán esparcidos en sus tumbas.
8 Mi Señor DIOS, mis ojos están fijos en ti;
confío en ti, no me dejes morir.
9 Protégeme de los hoyos y las trampas
que han puesto los perversos para atraparme.
10 Que esos perversos caigan en sus propias redes,
mientras yo paso por encima de ellas sin que me suceda nada malo.
El Señor habitará entre su pueblo
43 Entonces me llevó a la puerta, es decir a la puerta que da al oriente. 2 Allí noté la gloria del Dios de Israel que provenía del oriente haciendo un ruido tan fuerte como el de un mar enfurecido. Su gloria iluminó la tierra. 3 Fue como la visión que había visto antes, como la visión que vi cuando Dios vino a destruir la ciudad, como la que vi junto al canal Quebar. Me incliné rostro en tierra. 4 Luego la gloria del SEÑOR entró en el templo por la puerta que da hacia el oriente.
5 El Espíritu me levantó y me condujo al patio interior. Allí vi que la gloria del SEÑOR había llenado el templo. 6 Oí que alguien me hablaba desde el interior del templo mientras un hombre estaba parado a mi lado. La voz me decía: 7 «Hijo de hombre, el pueblo y sus reyes deben dejar de profanar el lugar de mi trono, el lugar donde pongo la planta de mis pies, donde habito por siempre entre el pueblo de Israel. El pueblo de Israel y sus reyes no volverán a profanar mi santo nombre con su infidelidad ni con sus tumbas reales. 8 Profanaron mi santo nombre cuando colocaron sus umbrales y postes junto a los míos, y cuando levantaron sólo un muro de por medio, cuando me hicieron enojar tanto con sus horribles acciones, que los destruí. 9 Ahora deben quitar de mi presencia su infidelidad y sus tumbas reales para que yo pueda habitar entre ellos por siempre.
10 »Cuéntale al pueblo de Israel, hijo de hombre, sobre el templo para que se avergüencen de sus horribles acciones y para que hagan planos exactos. 11 Entonces, si se avergüenzan de sus acciones, cuando les digas sobre la imagen del templo y sus planos, sus entradas y salidas, y todas las reglas y reglamentos sobre ellos, y cuando escribas todo esto ante ellos, ellos mantendrán los planos y sus reglamentos, y en realidad los seguirán. 12 Así que, estas son las instrucciones sobre el templo; toda el área que rodea la cima del monte será un Lugar Santísimo. ¡Toma nota, estas son las instrucciones para el templo!»
Jesús advierte al pueblo de Jerusalén
(Lc 13:34-35)
37 »¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los mensajeros que Dios le envía! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, así como la gallina junta a sus pollitos bajo sus alas, pero ustedes no quisieron! 38 Ahora su casa quedará completamente vacía 39 (A)y les digo: no me verán más sino hasta que digan ustedes: “¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!”[a]»
Jesús anuncia la destrucción del templo
(Mr 13:1-2; Lc 21:5-6)
24 Jesús salió del área del templo, y ya se iba, cuando sus seguidores se le acercaron para mostrarle los edificios del área del templo. 2 Él les dijo:
—¿Se refieren a todo esto? Pues les digo la verdad: no quedará piedra sobre piedra, todo se vendrá abajo.
Señales antes del fin
(Mr 13:3-31; Lc 21:7-33)
3 Luego Jesús estaba sentado en el monte de los Olivos. Se acercaron sus seguidores y le preguntaron en privado:
—Dinos, ¿cuándo sucederá eso y cuál será la señal de tu regreso y del fin del mundo?
4 Jesús les contestó:
—¡Tengan cuidado! No permitan que nadie los engañe. 5 Porque muchos vendrán contra mí al decir: “Yo soy el Mesías”, y engañarán a muchos. 6 Ustedes oirán sobre guerras y rumores de guerras, pero no se asusten. Todo esto tiene que pasar, pero todavía no será el fin. 7 Peleará nación contra nación, y reino contra reino. Habrá hambres y terremotos en muchos lugares. 8 Todo eso será el comienzo de mucho sufrimiento.
9 »En ese tiempo, los entregarán para que los castiguen y los maten. Todas las naciones los odiarán a ustedes por estar de mi parte. 10 En esos días, muchos creyentes perderán la fe, se entregarán unos a otros a las autoridades y se odiarán unos a otros. 11 Habrá muchos falsos profetas que vendrán y engañarán a la gente. 12 Debido a que habrá mucha maldad, el amor de muchos se irá enfriando. 13 Pero Dios salvará al que se mantenga hasta el final. 14 Y estas buenas noticias del reino se anunciarán en todo el mundo para testimonio a todas las naciones, y luego vendrá el fin.
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