Revised Common Lectionary (Complementary)
Salmo.
98 Canten al Señor una nueva canción,
porque ha hecho obras maravillosas.
Su mano derecha obtuvo una poderosa victoria;
su santo brazo ha mostrado su poder salvador.
2 El Señor anunció su victoria
y reveló su justicia a toda nación.
3 Recordó su promesa de amar y de ser fiel a Israel.
¡Los extremos de la tierra han visto la victoria de nuestro Dios!
4 Aclamen al Señor, habitantes de toda la tierra;
¡prorrumpan en alabanza y canten de alegría!
5 Canten alabanzas al Señor con el arpa,
con el arpa y dulces melodías,
6 con trompetas y el sonido del cuerno de carnero.
¡Toquen una alegre sinfonía delante del Señor, el Rey!
7 ¡Que el mar y todo lo que contiene le exclamen alabanzas!
¡Que se le unan la tierra y todas sus criaturas vivientes!
8 ¡Que los ríos aplaudan con júbilo!
Que las colinas entonen sus cánticos de alegría
9 delante del Señor,
porque viene a juzgar la tierra.
Juzgará al mundo con justicia,
y a las naciones con imparcialidad.
David cobra venganza por los gabaonitas
21 Durante el reinado de David hubo un hambre que duró tres años. Entonces David consultó al Señor, y el Señor dijo: «El hambre se debe a que Saúl y su familia son culpables de la muerte de los gabaonitas».
2 Entonces el rey mandó llamar a los gabaonitas. No formaban parte de Israel, pero eran todo lo que quedaba de la nación de los amorreos. El pueblo de Israel había jurado no matarlos, pero Saúl, en su celo por Israel y Judá, trató de exterminarlos. 3 David les preguntó:
—¿Qué puedo hacer por ustedes? ¿Cómo puedo compensarlos para que ustedes vuelvan a bendecir al pueblo del Señor?
4 —Bueno, el dinero no puede resolver este asunto entre nosotros y la familia de Saúl—le contestaron los gabaonitas—. Tampoco podemos exigir la vida de cualquier persona de Israel.
—¿Qué puedo hacer entonces?—preguntó David—. Solo díganme, y lo haré por ustedes.
5 Ellos respondieron:
—Fue Saúl quien planeó destruirnos, para impedir que tengamos un lugar en el territorio de Israel. 6 Así que entréguennos siete hijos de Saúl, y los ejecutaremos delante del Señor en Gabaón en el monte del Señor.[a]
—Muy bien—dijo el rey—lo haré.
7 Debido al juramento que David y Jonatán habían hecho delante del Señor, el rey le perdonó la vida a Mefiboset,[b] el hijo de Jonatán, nieto de Saúl. 8 Sin embargo, les entregó a los dos hijos de Saúl, Armoni y Mefiboset, cuya madre fue Rizpa la hija de Aja. También les entregó a los cinco hijos de la hija de Saúl, Merab,[c] la esposa de Adriel, hijo de Barzilai de Mehola. 9 Los hombres de Gabaón los ejecutaron en el monte delante del Señor. Los siete murieron juntos al comienzo de la cosecha de la cebada.
10 Después Rizpa, la hija de Aja y madre de dos de los hombres, extendió una tela áspera sobre una roca y permaneció allí toda la temporada de la cosecha. Ella evitó que las aves carroñeras despedazaran los cuerpos durante el día e impidió que los animales salvajes se los comieran durante la noche. 11 Cuando David supo lo que había hecho Rizpa, la concubina de Saúl, 12 fue a ver a la gente de Jabes de Galaad para recuperar los huesos de Saúl y de su hijo Jonatán. (Cuando los filisteos mataron a Saúl y a Jonatán en el monte Gilboa, la gente de Jabes de Galaad robó sus cuerpos de la plaza pública de Bet-sán donde los filisteos los habían colgado). 13 De esa manera David obtuvo los huesos de Saúl y Jonatán, al igual que los huesos de los hombres que los gabaonitas habían ejecutado.
14 Luego el rey ordenó que enterraran los huesos en la tumba de Cis, padre de Saúl, en la ciudad de Zela, en la tierra de Benjamín. Después Dios hizo que terminara el hambre en la tierra.
Ánimo durante la persecución
3 Amados hermanos, no podemos más que agradecerle a Dios por ustedes, porque su fe está floreciendo, y el amor de unos por otros, creciendo. 4 Con orgullo les contamos a las demás iglesias de Dios acerca de la constancia y la fidelidad de ustedes en todas las persecuciones y privaciones que están sufriendo. 5 Y Dios usará esa persecución para mostrar su justicia y para hacerlos dignos de su reino, por el cual sufren. 6 En su justicia él les dará su merecido a quienes los persiguen.
7 Y Dios les brindará descanso a ustedes que están siendo perseguidos y también a nosotros cuando el Señor Jesús aparezca desde el cielo. Él vendrá con sus ángeles poderosos, 8 en llamas de fuego, y traerá juicio sobre los que no conocen a Dios y sobre los que se niegan a obedecer la Buena Noticia de nuestro Señor Jesús. 9 Serán castigados con destrucción eterna, separados para siempre del Señor y de su glorioso poder. 10 Aquel día cuando él venga, recibirá gloria de su pueblo santo y alabanza de todos los que creen. Esto también los incluye a ustedes, porque creyeron lo que les dijimos acerca de él.
11 Así que seguimos orando por ustedes, pidiéndole a nuestro Dios que los ayude para que vivan una vida digna de su llamado. Que él les dé el poder para llevar a cabo todas las cosas buenas que la fe los mueve a hacer. 12 Entonces el nombre de nuestro Señor Jesús será honrado por la vida que llevan ustedes, y serán honrados junto con él. Todo esto se hace posible por la gracia de nuestro Dios y Señor, Jesucristo.[a]
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