Revised Common Lectionary (Complementary)
Cántico para los peregrinos que suben a Jerusalén.
123 Levanto mis ojos a ti,
oh Dios, entronizado en el cielo.
2 Seguimos buscando la misericordia del Señor nuestro Dios,
así como los sirvientes fijan los ojos en su amo
y la esclava observa a su ama, atenta al más mínimo gesto.
3 Ten misericordia de nosotros, Señor, ten misericordia,
porque ya estamos hartos de tanto desprecio.
4 Ya estamos más que hartos de las burlas de los orgullosos
y del desprecio de los arrogantes.
Séptimo discurso de Job: respuesta a Zofar
21 Entonces Job habló de nuevo:
17 »Sin embargo, la luz de los malvados parece no extinguirse nunca.
¿Alguna vez tienen problemas?
¿Acaso Dios les reparte dolores con enojo?
18 ¿Se los lleva el viento como la paja?
¿Los arrastra la tormenta como al heno?
¡De ninguna manera!
19 »Ustedes dicen: “Bien, ¡al menos Dios castigará a los hijos de ellos!”;
pero yo digo que él debería castigar a los que pecan
para que comprendan su juicio.
20 Que vean con sus propios ojos su destrucción,
y beban en abundancia del enojo del Todopoderoso.
21 Pues, después de muertos,
no les importará lo que le suceda a su familia.
22 »Pero ¿quién podrá enseñarle algo a Dios,
si es él quien juzga aun a los más poderosos?
23 Una persona muere próspera,
muy cómoda y segura,
24 la viva imagen de la salud,
en excelente forma y llena de vigor.
25 Otra persona muere en amarga pobreza,
sin haber saboreado nunca de la buena vida.
26 Sin embargo, a los dos se les entierra en el mismo polvo;
los mismos gusanos los comen a ambos.
27 »Miren, yo sé lo que están pensando;
conozco los planes que traman contra mí.
28 Me hablarán de gente rica y malvada,
cuyas casas desaparecieron a causa de sus pecados;
29 pero pregunten a los que han visto mucho mundo
y ellos les dirán la verdad.
30 Los malvados se salvan en tiempos de calamidad
y se les permite escapar del desastre.
31 Nadie los critica abiertamente
ni les dan su merecido por lo que hicieron.
32 Cuando los llevan a la tumba,
una guardia de honor vigila su sepultura.
33 Un gran cortejo fúnebre va al cementerio.
Muchos presentan sus respetos cuando los sepultan
y descansan en paz bajo tierra.
34 »¿Cómo podrán consolarme sus frases huecas?
¡Todas sus explicaciones son mentiras!».
Saludos
1 Yo, Juan, el anciano,[a] les escribo esta carta a la señora elegida y a sus hijos,[b] a quienes amo en la verdad—y no solo yo sino también todos los que conocen la verdad—, 2 porque la verdad vive en nosotros y estará con nosotros para siempre.
3 La gracia, la misericordia y la paz que provienen de Dios Padre y de Jesucristo—el Hijo del Padre—permanecerán con nosotros, los que vivimos en la verdad y el amor.
Vivan en la verdad
4 ¡Qué contento me puse al encontrarme con algunos de tus hijos y ver que viven de acuerdo con la verdad, tal como el Padre lo ordenó!
5 Les escribo para recordarles, queridos amigos,[c] que nos amemos unos a otros. Este mandamiento no es nuevo, sino que lo hemos tenido desde el principio. 6 El amor consiste en hacer lo que Dios nos ha ordenado, y él nos ha ordenado que nos amemos unos a otros, tal como ustedes lo oyeron desde el principio.
7 Les digo esto, porque muchos engañadores han salido por el mundo. Ellos niegan que Jesucristo vino[d] en un cuerpo humano. Tales personas son engañadores y anticristos. 8 Tengan cuidado de no perder lo que hemos[e] logrado con tanto trabajo. Sean diligentes para que reciban una recompensa completa. 9 Todo el que se desvía de esta enseñanza no tiene ninguna relación con Dios; pero el que permanece en la enseñanza de Cristo tiene una relación tanto con el Padre como con el Hijo.
10 Si a sus reuniones llegara alguien que no enseña la verdad acerca de Cristo, no lo inviten a su casa ni le den ninguna clase de apoyo. 11 Cualquiera que apoye a ese tipo de gente se hace cómplice de sus malas acciones.
Conclusión
12 Tengo mucho más que decirles, pero no quiero hacerlo con papel y tinta. Pues espero visitarlos pronto y hablarles cara a cara. Entonces nuestra alegría será completa.
13 Recibe saludos de los hijos de tu hermana,[f] la elegida por Dios.
La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.