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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Isaías 1:10-18

10 Escuchen al Señor, líderes de «Sodoma».
    Escuchen la ley de nuestro Dios, pueblo de «Gomorra».
11 «¿Qué les hace pensar que yo deseo sus sacrificios?
    —dice el Señor—.
Estoy harto de sus ofrendas quemadas de carneros
    y de la grasa del ganado engordado.
No me agrada la sangre
    de los toros ni de los corderos ni de las cabras.
12 Cuando vienen a adorarme,
    ¿quién les pidió que desfilaran por mis atrios con toda esa ceremonia?
13 Dejen de traerme sus regalos sin sentido.
    ¡El incienso de sus ofrendas me da asco!
En cuanto a sus celebraciones de luna nueva, del día de descanso
    y de sus días especiales de ayuno,
todos son pecaminosos y falsos.
    ¡No quiero más de sus piadosas reuniones!
14 Odio sus celebraciones de luna nueva y sus festivales anuales;
    son una carga para mí. ¡No los soporto!
15 Cuando levanten las manos para orar, no miraré;
    aunque hagan muchas oraciones, no escucharé,
    porque tienen las manos cubiertas con la sangre de víctimas inocentes.
16 ¡Lávense y queden limpios!
    Quiten sus pecados de mi vista.
    Abandonen sus caminos malvados.
17 Aprendan a hacer el bien.
Busquen la justicia
    y ayuden a los oprimidos.
Defiendan la causa de los huérfanos
    y luchen por los derechos de las viudas.

18 »Vengan ahora. Vamos a resolver este asunto
    —dice el Señor—.
Aunque sus pecados sean como la escarlata,
    yo los haré tan blancos como la nieve.
Aunque sean rojos como el carmesí,
    yo los haré tan blancos como la lana.

Salmos 32:1-7

Salmo[a] de David.

32 ¡Oh, qué alegría para aquellos
    a quienes se les perdona la desobediencia,
    a quienes se les cubre su pecado!
Sí, ¡qué alegría para aquellos
    a quienes el Señor les borró la culpa[b] de su cuenta,
    los que llevan una vida de total transparencia!
Mientras me negué a confesar mi pecado,
    mi cuerpo se consumió,
    y gemía todo el día.
Día y noche tu mano de disciplina pesaba sobre mí;
    mi fuerza se evaporó como agua al calor del verano. Interludio

Finalmente te confesé todos mis pecados
    y ya no intenté ocultar mi culpa.
Me dije: «Le confesaré mis rebeliones al Señor»,
    ¡y tú me perdonaste! Toda mi culpa desapareció. Interludio

Por lo tanto, que todos los justos oren a ti, mientras aún haya tiempo,
    para que no se ahoguen en las desbordantes aguas del juicio.
Pues tú eres mi escondite;
    me proteges de las dificultades
    y me rodeas con canciones de victoria. Interludio

2 Tesalonicenses 1:1-4

Saludos de Pablo

Nosotros, Pablo, Silas[a] y Timoteo, escribimos esta carta a la iglesia en Tesalónica, a ustedes que pertenecen a Dios nuestro Padre y al Señor Jesucristo.

Que Dios nuestro Padre[b] y el Señor Jesucristo les den gracia y paz.

Ánimo durante la persecución

Amados hermanos, no podemos más que agradecerle a Dios por ustedes, porque su fe está floreciendo, y el amor de unos por otros, creciendo. Con orgullo les contamos a las demás iglesias de Dios acerca de la constancia y la fidelidad de ustedes en todas las persecuciones y privaciones que están sufriendo.

2 Tesalonicenses 1:11-12

11 Así que seguimos orando por ustedes, pidiéndole a nuestro Dios que los ayude para que vivan una vida digna de su llamado. Que él les dé el poder para llevar a cabo todas las cosas buenas que la fe los mueve a hacer. 12 Entonces el nombre de nuestro Señor Jesús será honrado por la vida que llevan ustedes, y serán honrados junto con él. Todo esto se hace posible por la gracia de nuestro Dios y Señor, Jesucristo.[a]

Lucas 19:1-10

Jesús y Zaqueo

19 Jesús entró en Jericó y comenzó a pasar por la ciudad. Había allí un hombre llamado Zaqueo. Era jefe de los cobradores de impuestos de la región y se había hecho muy rico. Zaqueo trató de mirar a Jesús pero era de poca estatura y no podía ver por encima de la multitud. Así que se adelantó corriendo y se subió a una higuera sicómoro que estaba junto al camino, porque Jesús iba a pasar por allí.

Cuando Jesús pasó, miró a Zaqueo y lo llamó por su nombre: «¡Zaqueo!—le dijo—. ¡Baja enseguida! Debo hospedarme hoy en tu casa».

Zaqueo bajó rápidamente y, lleno de entusiasmo y alegría, llevó a Jesús a su casa; pero la gente estaba disgustada, y murmuraba: «Fue a hospedarse en la casa de un pecador de mala fama».

Mientras tanto, Zaqueo se puso de pie delante del Señor y dijo:

—Señor, daré la mitad de mi riqueza a los pobres y, si estafé a alguien con sus impuestos, le devolveré cuatro veces más.

Jesús respondió:

—La salvación ha venido hoy a esta casa, porque este hombre ha demostrado ser un verdadero hijo de Abraham. 10 Pues el Hijo del Hombre[a] vino a buscar y a salvar a los que están perdidos.

Nueva Traducción Viviente (NTV)

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