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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Error: 'Eclesiástico 35:12-17' not found for the version: Palabra de Dios para Todos
Jeremías 14:7-10

SEÑOR, sabemos que nuestros pecados nos condenan,
    pero haz algo para ayudarnos por tu propio honor.
Nos hemos alejado de ti muchas veces
    y hemos pecado contra ti.
Tú eres la esperanza de Israel,
    su salvador en tiempos de dificultad,
¿por qué ahora pareces un extraño en el país,
    un viajero que sólo viene a pasar la noche?
¿Por qué pareces como tomado por sorpresa,
    como un guerrero incapaz de ayudar?
SEÑOR, tú estás aquí con nosotros,
    se nos conoce como tu pueblo,
    así que no nos abandones.

10 Esto dice el SEÑOR acerca de este pueblo: «¡Cómo les gusta vagar! No dejan descansar a sus pies. Por eso el SEÑOR no los quiere. Ahora va a recordar su maldad y los castigará por sus pecados».

Jeremías 14:19-22

19 ¿Has rechazado por completo a Judá?
    ¿Has despreciado a Sion?
    ¿Por qué nos heriste sin remedio?
Esperábamos tener paz,
    pero nada bueno ocurre.
Esperábamos el momento de sanar,
    pero sólo llegó terror.
20 SEÑOR, reconocemos nuestros pecados
    y los de nuestros antepasados;
    hemos pecado contra ti.
21 Por tu propio honor, no nos rechaces
    y así tu reputación será engrandecida.
    No le quites honor a tu trono glorioso.
Recuerda tu pacto con nosotros,
    no lo anules.
22 ¿Acaso hay algún ídolo capaz de hacer llover?
    ¿Es que los cielos envían la lluvia por sí mismos?
Sólo tú, el SEÑOR Dios nuestro, puede hacerlo.
    Así que esperamos en ti,
    eres el único que ha hecho todas estas cosas.

Salmos 84:1-7

El templo del Señor

Al director. Al compás de la gitit. Canción de la familia Coré.

¡Qué hermoso es tu templo,
    SEÑOR Todopoderoso!
Deseo con ansia y emoción
    estar en los patios de tu templo, SEÑOR.
Mi corazón canta de alegría;
    al Dios vivo canta todo mi cuerpo.
SEÑOR Todopoderoso, mi Dios y Rey,
    hasta los pájaros han encontrado un hogar en tu templo.
Hacen sus nidos cerca de tu altar
    y allí tienen su cría.
Qué afortunado es el que vive en tu templo
    porque siempre te está adorando. Selah

Qué afortunado es el que se apoya en ti,
    el que sólo piensa en andar en tus caminos.
Cuando pasa por el valle de las Lágrimas,
    lo convierte en un oasis bendecido por la lluvia temprana.
Mientras se acercan, son cada vez más fuertes hasta llegar al monte Sion
    y encontrarse con el Dios más fuerte.

2 Timoteo 4:6-8

Se acerca el momento de mi muerte; mi vida ya se está ofreciendo como un sacrificio a Dios. Me fue bien en la competencia: he peleado bien, he terminado la carrera y no he perdido la fe. Ahora me espera una corona que recibiré como muestra de aprobación. El Señor, juez justo, me la dará ese día, y también a todos los que esperan con anhelo su llegada.

2 Timoteo 4:16-18

16 En mi primera defensa nadie me ayudó, todos me abandonaron. Que Dios no tome eso en contra de ellos. 17 Pero el Señor estuvo conmigo y me dio fuerzas para aprovechar al máximo la oportunidad de anunciar el mensaje para que todos los que no son judíos pudieran oír, y así me rescató de la boca del león. 18 El Señor me salvará cuando alguien quiera atacarme y me llevará a su reino en el cielo. Al Señor sea el honor por toda la eternidad. Así sea.

Lucas 18:9-14

Dios acepta a los humildes

Había unos que creían que siempre hacían el bien. Estaban tan seguros de sí mismos que menospreciaban a los demás. Jesús contó esta historia para ellos: 10 «Dos hombres fueron al templo a orar. Uno era un fariseo y el otro era un cobrador de impuestos. 11 El fariseo, puesto de pie, se puso a orar consigo mismo así: “Dios, te doy gracias porque no soy como los demás. No soy como los ladrones, los injustos, los que cometen el pecado de adulterio, ni tampoco como este cobrador de impuestos. 12 Ayuno dos veces a la semana y doy la décima parte de todo lo que adquiero”.

13 »En cambio, el cobrador de impuestos estaba de pie a cierta distancia. Cuando oró ni siquiera levantó la vista al cielo, sino que se golpeaba el pecho para mostrar que estaba arrepentido, y decía: “¡Dios, ten compasión de mí porque soy un pecador!” 14 Les digo que este se fue a su casa aprobado por Dios pero el otro no, porque el que se cree mucho será humillado, pero el que se humilla recibirá honor».

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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