Revised Common Lectionary (Complementary)
El Señor hace maravillas
1 ¡Aleluya!
Agradezco al SEÑOR de todo corazón,
en compañía de la gente honesta
y ante toda la comunidad.
2 El SEÑOR hace maravillas;
las experimentan[a] los que están felices con ellas.
3 Sus obras son gloriosas y excelentes;
su justicia nunca se acaba.
4 Ha hecho inolvidables sus maravillas;
el SEÑOR es compasivo y misericordioso.
5 Dios alimenta a los que lo respetan,
nunca se olvida de su pacto con ellos.
6 Él les dio a ellos la tierra de otras naciones
y así les mostró el poder de sus obras.
7 Todo lo que hace es bueno y justo;
podemos confiar en todos sus mandamientos,
8 pues son firmes para siempre
y están hechos de justicia y de verdad.
9 Dio libertad a su pueblo,
hizo con ellos un pacto para siempre.
Su nombre es santo y temible.
10 La sabiduría comienza por respetar al SEÑOR;
los que obedecen sus mandamientos demuestran que son inteligentes.
¡La alabanza a Dios permanece para siempre!
[b]
Miriam y Aarón critican a Moisés
12 Miriam y Aarón criticaron a Moisés porque se había casado con una mujer etíope. 2 Ellos dijeron: «¿Ha hablado el SEÑOR solamente a través de Moisés? ¿No ha hablado a través de nosotros también?», pero el SEÑOR escuchó lo que decían.
3 En verdad Moisés era muy humilde, más humilde que cualquier otro hombre en la tierra, 4 así que el SEÑOR les dijo a Moisés, a Aarón y a Miriam: «Vengan los tres a la carpa del encuentro». Entonces los tres fueron allá, 5 y el SEÑOR bajó en una columna de nube, se detuvo a la entrada de la carpa y llamó a Aarón y a Miriam. Entonces cuando ellos se acercaron 6 él les dijo: «Escuchen mis palabras:
»Cuando hay un profeta entre ustedes,
yo, el SEÑOR, me comunico con él en visión,
le hablo en sueños.
7 Sin embargo, así no es como yo hablo con mi siervo Moisés,
pues nadie en toda mi casa es tan fiel como él.
8 Yo le hablo a él directamente,
con claridad y sin acertijos.
Él ve el aspecto del SEÑOR,
¿cómo es que ustedes se atrevieron
a criticar a mi siervo Moisés?»
9 El SEÑOR se enojó mucho con ellos y se marchó. 10 En cuanto la nube se quitó de encima de la carpa, Miriam quedó leprosa, con la piel blanca como la nieve. Cuando Aarón se volvió hacia Miriam y la vio así, 11 le dijo a Moisés, «Oh señor, no nos castigues, pues hemos pecado tontamente. 12 Te ruego que no dejes que ella quede como un niño muerto antes de nacer. Una vez nuestra mamá dio a luz a una criatura con la piel medio desecha».
13 Entonces Moisés le suplicó al SEÑOR: «¡Oh Dios, te suplico que la sanes!»
14 Luego el SEÑOR le dijo a Moisés: «Si el papá de ella le hubiera escupido en la cara, ¿no habría durado su humillación siete días? Entonces que la mantengan fuera del campamento por siete días, después de los cuales se le permitirá entrar de nuevo al campamento».
15 Entonces ellos dejaron a Miriam fuera del campamento por siete días. El pueblo permaneció en ese lugar hasta que regresó Miriam.
Jesús sana a un leproso
(Mt 8:1-4; Mr 1:40-45)
12 Un día, Jesús estaba en un pueblo donde había un hombre con lepra en todo el cuerpo. Cuando vio a Jesús, se postró rostro en tierra delante de él y le rogó:
—Señor, si quieres, puedes quitarme esta enfermedad.
13 Entonces Jesús extendió la mano, lo tocó y dijo:
—Sí quiero. ¡Sana ya!
En ese mismo instante la lepra desapareció. 14 Jesús le ordenó:
—No se lo cuentes a nadie. Ve y preséntate ante el sacerdote y da la ofrenda por haber sido sanado, como lo ordenó Moisés. Esto servirá para que la gente compruebe que has sido sanado.[a]
15 Sin embargo, estas noticias se extendían cada vez más. Se le acercaban multitudes para oírlo y para que los sanara de sus enfermedades. 16 A menudo Jesús se retiraba a lugares donde podía estar solo para orar.
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