Revised Common Lectionary (Complementary)
El Señor defiende a los indefensos
Al director, con la seminit. Canción de David.
1 ¡Sálvame, SEÑOR!
Ya no hay persona fiel,
los fieles desaparecieron del mundo[a].
2 Sólo se dicen mentiras unos a otros.
Ocultan sus verdaderas intenciones cuando hablan bien de su vecino.
3 Que el SEÑOR calle esas bocas mentirosas
y selle esos labios que exageran.
4 Esos que dicen: «Nuestra boca hará que triunfemos,
confiamos en nuestros labios.
¿Quién será capaz de someternos?»
5 Pero el SEÑOR dice: «Yo vendré a defender a los pobres
que sufren por causa de los perversos
que los han oprimido y maltratado.
Yo les daré la seguridad que han estado buscando».
6 Las palabras del SEÑOR son tan puras y verdaderas
como plata terrenal que ha sido fundida
y purificada siete veces en el horno.
7 SEÑOR, cuida a la gente indefensa,
protégela siempre de esta perversa generación.
8 Los perversos están por todos lados,
y los seres humanos alaban la maldad.
10 La gente mala es cruel;
jamás tiene compasión de sus semejantes.
11 Castiga al irrespetuoso
y eso servirá de ejemplo para los demás,
pero una pequeña reprimenda es suficiente
para que el sabio aprenda.
12 El justo Dios observa la casa del perverso
y lo condena a la ruina.
13 El que se niega a tenderle la mano al pobre,
tampoco recibirá ayuda cuando la necesite.
14 Un regalo en secreto calma el enojo,
y una propina en secreto alivia la furia más grande.
15 Un juicio justo anima a la gente buena
y atemoriza a la gente mala.
16 El que se aleja de la sabiduría
se encamina a la destrucción.
Advertencia a los maestros de la ley
(Mt 23:1-36; Mr 12:38-40; Lc 11:37-54)
45 Mientras toda la gente escuchaba a Jesús, él les dijo a sus seguidores: 46 «Tengan cuidado de los maestros de la ley. A ellos les gusta pasearse vistiendo ropa que muestre su autoridad y les encanta que la gente los salude con respeto en las plazas de mercado. También les gusta mucho sentarse en los lugares de honor de las sinagogas y tener los mejores lugares en los banquetes. 47 Ellos se roban los bienes de las viudas y para disimularlo hacen largas oraciones. Por eso Dios los castigará con más severidad».
Una viuda da todo lo que tiene
(Mr 12:41-44)
21 Jesús levantó la mirada y vio a los ricos poniendo sus ofrendas en la caja del dinero del templo. 2 También vio a una viuda muy pobre que estaba dando dos pequeñas monedas de cobre como ofrenda. 3 Entonces Jesús dijo:
—En verdad les digo que esta pobre viuda dio más que todos los demás. 4 Porque todos ellos dieron de lo que les sobraba, pero ella, a pesar de su pobreza, entregó todo lo que tenía para vivir.
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