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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
2 Samuel 11:26-12:10

26 Cuando Betsabé se enteró de que Urías, su esposo, había muerto, hizo duelo por él. 27 Después del luto, David mandó que la llevaran al palacio. David se casó con ella y ella le dio un hijo, pero al SEÑOR no le agradó lo que David había hecho.

Natán reprende a David

12 El SEÑOR envió a Natán para que le dijera a David:

—Había dos hombres que vivían en una ciudad. Uno era rico, y otro pobre. El rico tenía muchas ovejas y ganado. Pero el pobre no tenía nada, excepto una ovejita que había comprado y criado. La ovejita creció en su propia casa junto con él y sus hijos, comía de su comida, bebía de su vaso y dormía en su regazo. Ella era para el hombre pobre como su propia hija. Sucedió entonces que un viajero llegó a visitar al hombre rico. Este quería ofrecerle de comer pero como no quería matar a ninguna de sus ovejas ni ganado para alimentar al viajero, tomó la ovejita del hombre pobre y la mandó preparar para darle de comer a su huésped.

David se enojó tanto contra el hombre rico que le dijo a Natán:

—¡Tan cierto como que el SEÑOR vive, que el que hizo eso merece la muerte! Debe pagar cuatro veces[a] el valor de la oveja por haber cometido este acto terrible y no haber tenido piedad.

Entonces Natán le dijo a David:

—¡Tú eres ese hombre! El SEÑOR Dios de Israel dice: “Te elegí[b] para que fueras el rey de Israel. Te libré de Saúl. Dejé que tomaras a la hija de tú amo y a sus esposas, y te di las hijas de Israel y Judá. Y si no fuera suficiente, te habría dado aun más. ¿Por qué entonces ignoraste mi mandato e hiciste lo que me desagrada? Dejaste que los amonitas mataran a Urías el hitita para quedarte con su esposa. Es como si tú mismo lo hubieras matado en batalla. 10 ¡Por eso tu familia jamás tendrá paz! Al tomar a la esposa de Urías el hitita, me despreciaste”.

2 Samuel 12:13-15

13 Entonces David reconoció ante Natán diciendo:

—He pecado contra el SEÑOR.

Natán le dijo a David:

—El SEÑOR te perdonará incluso este pecado, no morirás. 14 Porque en este asunto tú le has faltado gravemente al respeto al SEÑOR,[a] tu hijo sí morirá.

Muerte del hijo de David y Betsabé

15 Después de esto, Natán regresó a su casa. El SEÑOR hizo que el niño que David había tenido con la esposa de Urías enfermara de gravedad.

Salmos 32

¡Perdonado!

Un poema de David.

Qué afortunados son aquellos rebeldes
    a quienes Dios les perdona sus pecados.
Qué afortunados son los que el SEÑOR considera inocentes
    porque no mintieron en cuanto a sus pecados.

Todos los días que seguía orando,
    sin confesar mis pecados,
    me debilitaba cada vez más.
Dios mío, tú hacías mi vida cada día más difícil.
    Llegué a ser como tierra que se seca en verano. Selah

Entonces, decidí confesarte todos mis pecados;
    no escondí ninguna de mis culpas.
Decidí confesarte mis errores, SEÑOR,
    y tú perdonaste todas mis culpas. Selah

Por eso, todo tu pueblo fiel debe orar a ti.
    Y así, aunque estén en mil dificultades, nada malo les sucederá.
Tú eres mi refugio,
    me rodeas y proteges.
Por todos lados te escucho gritándome alegremente
    que tenga en cuenta que tú me has salvado.[a] Selah

«Te enseñaré y te mostraré el camino;
    te estaré observando y seré tu guía.
No sean como el caballo
    o como el mulo sin entendimiento,
a los que hay que sujetar con rienda y freno
    porque si no, no se acercan a ti».

10 Los perversos reciben muchos sufrimientos.
    En cambio, quien confía en el SEÑOR está protegido por el fiel amor de Dios.
11 Por eso alégrense y sean felices en el SEÑOR.
    Alégrense todos ustedes gente honesta.

Gálatas 2:15-21

15 Nosotros somos judíos de nacimiento y no nacimos pecadores que es como le decimos a los que no son judíos. 16 Sin embargo, sabemos que nadie consigue estar bien con Dios por actos de obediencia a una ley. Dios aprueba sólo a los que tienen fe en Jesucristo.[a] Por eso hemos puesto nuestra fe en Jesucristo, para estar bien con Dios. Somos aprobados por Dios por nuestra fe en Cristo,[b] no por actos de obediencia a una ley, porque nadie consigue estar bien con Dios por actos de obediencia.

17 Nosotros, los creyentes que somos judíos, acudimos a Cristo para estar bien con Dios. Eso demuestra que también nosotros somos pecadores. ¿Entonces es Cristo el que nos hace pecadores? ¡Nada de eso! 18 Lo que sí estaría muy mal es que yo enseñara otra vez lo que ya he abandonado. 19 Ya no vivo para la ley, pues he muerto para ella. La ley misma me mató, pero al morir para la ley, puedo ahora vivir para Dios. Es como si yo mismo hubiera sido clavado en la cruz con Cristo. 20 Ahora ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Y mientras vivo en este cuerpo, vivo por fe en el Hijo de Dios,[c] quien me amó y entregó su vida para salvarme. 21 Así que yo no voy a rechazar el generoso amor de Dios. Pues si por la ley fuera posible que estuviéramos bien con Dios, entonces la muerte de Cristo no serviría de nada.

Lucas 7:36-8:3

Jesús y una mujer perdonada

36 Uno de los fariseos invitó a Jesús a comer, así que él fue a la casa del fariseo y ocupó su lugar en la mesa. 37 Había en el pueblo una mujer de mala vida. Cuando se enteró de que Jesús estaba comiendo en la casa del fariseo, le llevó un frasco de alabastro con perfume en aceite. 38 Se colocó detrás de Jesús, llorando a sus pies y empezó a mojarle los pies con sus lágrimas. Los secó con su cabello, los besó y los ungió con el perfume en aceite.

39 Al ver esto, el fariseo que había invitado a Jesús a comer se dijo a sí mismo: «Si este hombre fuera un profeta, sabría qué clase de mujer es esta que lo está tocando. Sabría que es una pecadora». 40 Entonces Jesús respondiendo a lo que el fariseo estaba pensando, dijo:

—Simón, tengo algo que decirte.

Simón le dijo:

—Dime, Maestro.

41 Jesús dijo:

—Dos hombres tenían una deuda con un prestamista. Uno le debía 500 monedas de plata y el otro le debía 50. 42 Ninguno de los dos tenía dinero y no podían pagar la deuda, así que como no podían pagar, les perdonó la deuda. ¿Cuál de los dos lo amará más?

43 Simón respondió:

—Me imagino que al que más le perdonó.

Él le dijo:

—Tienes razón.

44 Jesús miró a la mujer y le dijo a Simón:

—¿Ves a esta mujer? Vine a tu casa y no me diste agua para lavarme los pies, mientras que ella los ha mojado con sus lágrimas y los ha secado con su cabello. 45 Tú no me saludaste de beso, pero desde que llegué, ella no ha cesado de besarme los pies. 46 No me diste aceite para arreglarme el cabello, pero ella ungió mis pies con perfume en aceite. 47 Te digo que se puede ver que sus muchos pecados le han sido perdonados y por eso ahora me demostró mucho amor. Pero al que poco se le perdona, poco ama.

48 Entonces Jesús le dijo a la mujer:

—Tus pecados son perdonados.

49 Los que estaban comiendo con ellos se dijeron a sí mismos:

—¿Quién es este hombre que se atreve a perdonar pecados?

50 Pero Jesús le dijo a la mujer:

—Tu fe te has salvado, vete en paz.

Los seguidores de Jesús

Después de esto, Jesús iba con sus doce apóstoles por las ciudades y pueblos anunciando a la gente la buena noticia del reino de Dios. También iban con él varias mujeres que Jesús había sanado de espíritus malignos y de enfermedades. Una de ellas era María, conocida como Magdalena, de quien habían salido siete demonios. También iban con él Juana, la esposa de Cuza el administrador de Herodes, Susana y muchas más. Estas mujeres ayudaban con su dinero a Jesús y a sus seguidores.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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