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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Dios Habla Hoy (DHH)
Version
Salmos 105:1-15

Los actos de Dios por Israel(A)

105 ¡Den gracias al Señor!
¡Proclamen su nombre!
Cuenten a los pueblos sus acciones.
Canten himnos en su honor.
¡Hablen de sus grandes hechos!
Siéntanse orgullosos de su santo nombre.
¡Siéntase alegre el corazón
de los que buscan al Señor!
Recurran al Señor, y a su poder;
recurran al Señor en todo tiempo.
Recuerden sus obras grandes y maravillosas,
y los decretos que ha pronunciado;
ustedes, descendientes de su siervo Abraham;
ustedes, hijos de Jacob, sus escogidos.

Él es el Señor, nuestro Dios;
¡él gobierna toda la tierra!
Ni aunque pasen mil generaciones
se olvidará de las promesas de su alianza,
de la alianza que hizo con Abraham,
del juramento que hizo a Isaac
10 y que confirmó como ley para Jacob,
como alianza eterna para Israel,
11 cuando dijo:
«Voy a darte la tierra de Canaán
como la herencia que te toca.»

12 Aunque ellos eran pocos,
unos cuantos extranjeros en la tierra,
13 que iban de nación en nación
y de reino en reino,
14 Dios no permitió que nadie los maltratara,
y aun advirtió a los reyes:
15 «No toquen a mis escogidos
ni maltraten a mis profetas.»

Salmos 105:16-41

16 Hizo venir hambre a aquella tierra,
y les quitó todo alimento.
17 Pero envió delante de ellos a José,
al que habían vendido como esclavo.
18 Le lastimaron los pies con cadenas;
¡lo aprisionaron con hierros!
19 La palabra del Señor puso a prueba a José,
hasta que se cumplió lo que José había anunciado.
20 El rey, el que gobernaba a mucha gente,
ordenó que le dieran libertad;
21 lo nombró amo y señor de su casa
y de todo cuanto tenía,
22 para que enseñara e hiciera sabios
a los jefes y a los ancianos.

23 Vino después Israel, que es Jacob,
y vivió como extranjero en Egipto,
en la tierra de Cam.
24 Dios hizo grande en número a su pueblo,
y más fuerte que los egipcios.
25 Pero hizo que los egipcios
se pusieran en contra de su pueblo
y engañaran a los siervos de Dios.

26 Entonces Dios envió a su siervo Moisés,
y a Aarón, a quien había escogido,
27 y ellos realizaron señales de Dios en el desierto:
¡grandes maravillas en la tierra de Cam!
28 Envió Dios una oscuridad que todo lo cubrió,
pero los egipcios desatendieron sus palabras.
29 Convirtió en sangre el agua de sus ríos,
y mató a sus peces;
30 infestó de ranas el país,
y aun la alcoba del rey.
31 Habló Dios, y nubes de tábanos y mosquitos
invadieron el territorio egipcio.
32 En vez de lluvia, envió granizo
y llamas de fuego sobre el país.
33 Destrozó sus viñas y sus higueras;
¡destrozó los árboles de Egipto!
34 Habló Dios, y llegaron las langostas;
¡tantas eran, que no se podían contar!
35 ¡Devoraron la hierba del campo
y todo lo que la tierra había producido!
36 ¡Hirió de muerte, en Egipto mismo,
al primer hijo de toda familia egipcia!

37 Dios sacó después a su pueblo
cargado de oro y plata,
y nadie entre las tribus tropezó.
38 Los egipcios se alegraron de verlos partir,
pues estaban aterrados.
39 Dios extendió una nube para cubrirlos
y un fuego para alumbrarlos de noche.
40 Pidieron comida, y les mandó codornices,
y con pan del cielo los dejó satisfechos.
41 Partió la roca, y de ella brotó agua
que corrió por el desierto como un río.

Salmos 105:42

42 Pues se acordó de la santa promesa
que había hecho a su siervo Abraham.

2 Crónicas 20:1-22

Victoria sobre Moab y Amón

20 Algún tiempo después, los moabitas y los amonitas, aliados con los meunitas, atacaron a Josafat; entonces fueron algunos a decirle: «¡De Edom, del otro lado del Mar Muerto, viene un gran ejército contra ti! ¡Ya están en Hasesón-tamar!» (Hasesón-tamar es lo mismo que En-gadi.)

Josafat sintió miedo y decidió acudir al Señor. Así que anunció un ayuno en todo Judá, y la gente de Judá se reunió para pedir ayuda al Señor. De todas las ciudades de Judá llegó gente. Josafat se puso de pie en medio del pueblo de Judá que se había reunido en Jerusalén, frente al atrio nuevo del templo del Señor, y exclamó: «Señor, Dios de nuestros antepasados, ¡tú eres el Dios del cielo, tú gobiernas a todas las naciones! ¡En tus manos están la fuerza y el poder: nadie puede oponerte resistencia! Dios nuestro, tú arrojaste de la presencia de tu pueblo Israel a los habitantes de este territorio y se lo diste para siempre a los descendientes de Abraham, tu amigo. Después de haberse establecido aquí, construyeron un templo para ti, y dijeron: “Si nos viene algún mal como castigo, sea la guerra, la peste o el hambre, nos presentaremos delante de este templo, porque tú estás en este templo, y en nuestras angustias te pediremos ayuda, y tú nos escucharás y nos salvarás.” 10 Pues ahora, aquí están los amonitas, los moabitas y los de la montaña de Seír, en cuyos territorios no quisiste que entraran los israelitas cuando venían de Egipto, sino que se apartaron de ellos y no los destruyeron. 11 En pago de eso, ahora nos atacan para arrojarnos de tu propiedad, la tierra que tú nos diste como propiedad. 12 Dios nuestro, ¿no vas a castigarlos? Pues nosotros no tenemos fuerza suficiente para hacer frente a ese gran ejército que nos ataca. ¡No sabemos qué hacer; por eso tenemos los ojos puestos en ti!»

13 Todo Judá estaba de pie delante del Señor, incluyendo sus mujeres y sus hijos, aun los niños más pequeños. 14 Y estando todo el pueblo reunido, Jahaziel, hijo de Zacarías y nieto de Benaías, el cual era hijo de Jeiel y nieto de Matanías, un levita descendiente de Asaf, quedó poseído por el espíritu del Señor 15 y dijo: «Pongan atención, habitantes de Judá y de Jerusalén, y tú, rey Josafat. El Señor les dice: “No tengan miedo ni se asusten ante ese gran ejército, porque esta guerra no es de ustedes sino de Dios. 16 Bajen mañana a atacarlos. Vienen subiendo por la cuesta de Sis, y ustedes los encontrarán en el extremo del arroyo que está frente al desierto de Jeruel. 17 No son ustedes los que van a pelear esta batalla. Tomen posiciones, esténse quietos y verán cómo el Señor los librará. ¡Habitantes de Jerusalén y de todo Judá, no tengan miedo ni se asusten; marchen mañana contra ellos, porque el Señor está con ustedes!”»

18 Entonces Josafat se arrodilló y se inclinó hasta tocar el suelo con la frente, y los habitantes de Judá y Jerusalén se postraron ante el Señor para adorarlo. 19 Y los levitas descendientes de Quehat y los descendientes de Coré empezaron a alabar en voz muy alta al Señor, Dios de Israel.

20 A la mañana siguiente se levantaron temprano para ponerse en camino hacia el desierto de Tecoa. Y en el momento de salir, Josafat se puso de pie para decirles: «Escúchenme, habitantes de Jerusalén y de Judá: confíen en el Señor, su Dios, y se sentirán seguros; confíen en sus profetas, y todo les saldrá bien.»

21 Y después de consultar con el pueblo, nombró algunos cantores para que, vestidos con ropas sagradas y marchando al frente de las tropas, alabaran al Señor con el himno: «Den gracias al Señor, porque su amor es eterno.»

22 Luego, en el momento en que empezaron a cantar con alegría himnos de alabanza, el Señor creó confusión entre los amonitas, los moabitas y los de la montaña de Seír, que venían a atacar a Judá, y fueron derrotados.

Lucas 13:22-31

La puerta angosta(A)

22 En su camino a Jerusalén, Jesús enseñaba en los pueblos y aldeas por donde pasaba. 23 Uno le preguntó:

—Señor, ¿son pocos los que se salvan?

Y él contestó:

24 —Procuren entrar por la puerta angosta; porque les digo que muchos querrán entrar, y no podrán. 25 Después que el dueño de la casa se levante y cierre la puerta, ustedes, los que están afuera, llamarán y dirán: “Señor, ábrenos.” Pero él les contestará: “No sé de dónde son ustedes.” 26 Entonces comenzarán ustedes a decir: “Hemos comido y bebido contigo, y tú enseñaste en nuestras calles.” 27 Pero él les contestará: “No sé de dónde son ustedes. ¡Apártense de mí, malhechores!” 28 Entonces vendrán el llanto y la desesperación, al ver que Abraham, Isaac, Jacob y todos los profetas están en el reino de Dios, y que ustedes son echados fuera. 29 Porque va a venir gente del norte y del sur, del este y del oeste, para sentarse a comer en el reino de Dios. 30 Entonces algunos de los que ahora son los últimos serán los primeros, y algunos que ahora son los primeros serán los últimos.

Jesús llora por Jerusalén(B)

31 También entonces llegaron algunos fariseos, y le dijeron a Jesús:

—Vete de aquí, porque Herodes te quiere matar.

Dios Habla Hoy (DHH)

Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.